Ferrari, ¿leyenda o equipo sobrevalorado?

La respuesta seguramente es que sí. Ferrari es un equipo cuya dimensión es menor a la de su propio nombre. Las leyendas, historias y rumores tienen un legado incluso mayor al de la verdadera Scuderia Ferrari. Pero por otra parte, se trata del único equipo que ha estado 'siempre' en la Fórmula 1. Es también el que ha cosechado más éxitos y aunque a rachas, es un equipo que sigue siendo capaz de estar arriba. Puede que su último título llegara hace más de un lustro y que tanto Red Bull como Mercedes les estén dominando pero nunca llegan a caer demasiado. Siguen siendo un equipo de la zona alta.

Pero lo primero es lo primero, ¿cual es la historia detrás de los éxitos de Ferrari? En los últimos 66 años, los italianos han tenido esencialmente tres rachas ganadoras, todas ellas con varios títulos. En los años 50, Alberto Ascari dominó las temporadas de 1952 y 1953, cuando Ferrari se quedó como el único equipo de fábrica a tiempo completo en la Fórmula 1. No hay duda de que los títulos fueron merecidos con un piloto de talento y por ser la única marca que apostaba de verdad por la categoría. Luego Fangio selló el título de 1956 con un híbrido Lancia-Ferrari y Mike Hawthorn sacó un título in extremis en 1958.

Con el fin de los años 50, se cerró la primera etapa de oro de Ferrari, seguramente la más pura en cierta forma puesto que se trata de la única época donde la 'italianidad' de la Scuderia supuso una ventaja y no un inconveniente. En 1961 llegó otro título aunque esta vez vino dado por una nueva normativa que Ferrari aceptó mientras los rivales británicos negaron. Los italianos trabajaron en un motor desde un año antes y el resultado era evidente. Para 1962 estos se habían puesto las pilas y Ferrari quedaba fuera de juego. No fue hasta 1964 con la llegada de John Surtees y su disciplina militar, que el título volvió.

Con su marcha, Ferrari entró en una de sus etapas más oscuras. Sin dinero y con su Gestione Sportiva sin una dirección clara, hubo que esperar más de una década para volver a ganar. Niki Lauda, con un trabajo reminiscente al del mejor Surtees, se encargó de devolver a Ferrari a la senda del triunfo. Con él, Ferrari se reestructuró como nunca antes, se profesionalizó y alcanzó a los constructores británicos a nivel de trabajo, gracias también a ciertos fichajes clave. Mientras el austríaco estuvo en Ferrari llegaron tres títulos de constructores y dos de pilotos. Luego, aún con la inercia del momento, se consiguió un doble éxito en 1979 con Jody Scheckter.

Fue el último hasta la era de Michael Schumacher, Ross Brawn y Jean Todt. Precisamente este último fue el encargado de construir el imperio rojo. Muchos no lo tienen en cuenta pero Todt empezó su trabajo en Ferrari en 1993 y le llevó hasta 1999 ganar un título -de constructores-. Hubo que esperar al año siguiente para empezar algo único en la historia de la categoría reina. Una vez más, había sido necesario pasar por un proceso de 'desitalianización' que permitiera al equipo sacar el máximo provecho de sus medios, el dinero disponible y lo fuerte de su nombre en términos de márketing.

Hay una tendencia clara; los títulos llegan a rachas y entre ellos llega a haber muchos años de fracasos aunque en realidad, los años realmente malos son pocos, puesto que Ferrari consigue estar arriba casi siempre. Esto es lo que define la calidad de un equipo. Es inevitable que existan las malas y las buenas rachas. Un acierto tecnológico, la influencia de un elemento -ya sea ingeniero, director o piloto- que esté por encima de sus contemporáneos... Es todo parte del juego y por supuesto, no es exclusivo a Ferrari. Williams también ha ganado por rachas, al igual que McLaren y ahora Red Bull está descubriendo el sistema.

Es indudable que Ferrari es un equipo de leyenda. No en vano tienen más éxitos que nadie. Pero tampoco es menos cierto que existe una sobrevaloración clara. Es lo normal cuando muchos de los aficionados a la Fórmula 1 actual empezaron a seguirla cuando Ferrari dominaba con Michael Schumacher. Se juntaron varios elementos como el hecho que el equipo más reconocible fuera el dominador y en el imaginario popular se creó un cuadro que representa a un equipo todopoderoso cuando la realidad es que Ferrari ha sido, históricamente hablando, un equipo bueno pero no genial. Como buena estructura italiana, le ha sobrado pasión tanto en el bueno como en el mal sentido.

Ferrari ha sabido vender su nombre muy bien hasta el punto que trabajar allí es un sueño para casi cualquier ingeniero o piloto. Mientras la Scuderia mantenga la suficiente capacidad económica como para estar arriba, seguirá atrayendo a gente de talento que querrá formar parte de la historia de esta leyenda. Y mientras esto sea así, siempre habrá un mínimo de calidad, lo que a su vez hará que sea fácil mantener el presupuesto. Tanto por lo 'fácil' que resulta vender el nombre como por unos resultados que en el peor de los casos tendrán algo como lo que vimos en 2014 cada quince o veinte años.

¿Es Ferrari el mejor equipo de la historia de la Fórmula 1? Sin lugar a dudas, en cuanto a números se refiere, es así. Pero, ¿más allá de los números? Quien sabe. Pero es uno de los grandes. Junto a McLaren y Williams, los otros dos legendarios que aún se mantienen hoy en día a flote. Junto a Lotus, Brabham, Cooper y tantos otros que hoy en día no siguen en marcha. Es difícil juzgar qué equipo es el mejor de la historia. Aunque se me ocurre una idea; hagamos veinte carreras al año y veamos quien construye el mejor coche. Así, sabremos qué equipo es el mejor de la actualidad... ¿hace?