GP de México - Clasificación

Rosberg le quita la Pole a Hamilton, Vettel muy cerca y Q3 sin españoles

Víctor Serrano
31/10/2015 21:08

Cierto, ya está todo el pescado vendido. Los títulos tienen dueño, y el de más prestigio lo va a levantar un hombre que tiene en casa otros dos. Pero quien piense que no hay nada en juego se equivoca, siempre hay encima de la mesa algo imprescindible: el orgullo. Rosberg tiene el suyo muy tocado desde que comparte garaje con Hamilton, pero no ha podido elegir mejor día para espantar a sus fantasmas.

En el día de Halloween, Nico le quitó la guadaña a Lewis, se puso una túnica negra y salió a la pista dispuesto a comerse al que se le pusiera por delante. Al alemán se le ha visto muy fino desde que pisó el asfalto de México y, a excepción de una Q2 en la que se vio superado por su compañero, tuvo el mando. Así que ni truco, ni trato, sino Pole. La quinta de la temporada para Rosberg. De las últimas 10 solo ha convertido dos en triunfo. Se admiten apuestas.

Por el momento, será él y no el mejor amigo de la primera plaza de los sábados quien salga en carrera con la vista despejada. Una diferencia justa, de menos de dos décimas, pero suficiente para tratar de impedir desde el mejor sitio posible el reto del tricampeón: ganar las últimas tres citas. A Rosberg le salían los tiempos a la primera, mientras que Hamilton, como el resto, tenía que esperar a una segunda para tener los neumáticos a tono. Eso marcó la diferencia.

Poca diferencia, mucha menos de la que estamos acostumbrados a ver en la clasificación, hubo entre los Mercedes y su más inmediato perseguidor, sí, el de siempre: Vettel. Esta vez, Seb dejó el Ferrari a solo tres décimas de la mejor flecha de plata. Una distancia que no le convirtió en amenaza, pero sí en incordio. Veremos si consigue darle la vuelta cuando se apaguen los semáforos mañanaa, porque en Brackley parecen no contar con la ventaja que se les presuponía.

Mientras Vettel disfrutaba en la zona alta, a Räikkönen le tocó sufrir. Tuvo problemas de motor por la mañana y de frenos por la tarde. Hizo un trompo en la Q2, llegó al box y se bajó del coche... 15º que se convierte en 18º por estrenar una caja de cambios. Así, Kimi saldrá justo por delante de ambos McLaren, quienes, condenados al ostracismo de la parrilla por su enésimo cambio de motor, tuvieron un sábado nefasto. Sin importancia, pero nefasto.

Y es que Alonso no pudo si quiera pasar de la Q1, algo que no le había ocurrido en las últimas cuatro carreras. Pero, al menos, pudo probar el asfalto con el MP4-30, algo que no puede decir Button. Al inglés no pudieron arreglarle a tiempo el fallo del motor que le dejó casi sin rodar en los L3 y vio los toros desde la barrera. Lleva un fin de semana inédito. Tampoco hay buenas noticias para Sainz, que se quedó a solo siete milésimas de Hülkenberg, quien marcó el corte de la Q3.

El español reconoció luego que había equivocado su estrategia al montar el blando demasiado pronto, Verstappen sí la clavó y eso le llevó a clasificarse en la octava posición justo delante del ídolo local Sergio Pérez. El mexicano logró su mayor objetivo ante sus fans, batir a Hülkenberg, y lo hizo por 72 milésimas. Lo suficiente para que el 'Checómetro', término adoptado ingeniosamente por Cristóbal Rosaleny, fuera entrando en calor para el plato fuerte.

En el menú de mañana, una lata de bebida energética y una copita de vermut acompañaran al puré de calabaza; en algún lado hay que echar los restos decorativos de la noche más infernal del año… Puesto que Red Bull y Williams prometen animar las cosas donde más emociona. Apenas se cuentan dos décimas entre los cuatro monoplazas. Con Kvyat y Bottas como jefes de filas, siguiendo sus posiciones, aspiran a dar guerra.

Eso sí, los de Grove tienen la bala más rápida: Massa alcanzó los 364 km/h de punta, un récord que tiene con el ceño fruncido a Monza. En cuanto al resto, Lotus intentará sumar algún punto, algo que tendrán más difícil en Sauber, y Rossi volvió a ganar el duelo de Manor a Stevens. Aún queda otra protagonista, la lluvia. Ayer avisó, hoy volvió a llamar a la puerta tímidamente, y mañana podría echarla abajo. No estaría mal, animaría una estrategia que será anodina.