F1

Lasse Lipponen, el afortunado

Lotus sube a un aficionado a un Fórmula 1 en el Paul Ricard

Lotus organizó hace unas semanas un concurso a través de las redes sociales

El ganador pilotó un Fórmula Renault en el Paul Ricard, y posteriormente se subió a un Fórmula 1 biplaza manejado por Jérôme d'Ambrosio

Eva García

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22 Oct 2013 - 17:39

Lasse Lipponen es el nombre del afortunado aficionado que acompañó a la escudería Lotus en una jornada para el recuerdo en el circuito francés del Paul Ricard, un día en el que, además de tomar el volante de un Fórmula Renault, gozó de la oportunidad de sentir de la adrenalina de un Fórmula 1 biplaza con Jérôme d'Ambrosio a los mandos.

Lipponen, que hace unas semanas ganó un concurso online organizado por la escudería, ha reconocido que la experiencia que ha vivido "debe ser el sueño de todo seguidor de la Fórmula 1", y ha explicado que es un recuerdo que conservará siempre con él.

"¡Estaba en las nubes! El lunes por la tarde me di cuenta de que esto era real. Estaba aquí, en el Paul Ricard, en un circuito que siempre había querido visitar. ¡No me resultó fácil dormir esa noche!"

Esta experiencia debe ser el sueño de todo aficionado a la Fórmula 1

"La primera reunión estuvo encaminada a salir al circuito con un Fórmula Renault. Me hablaron de la seguridad, de las trazadas, de qué hacer en caso de trompo, y me dieron información sobre los frenos, el embrague y el acelerador".

"¡Y luego salí a pista por primera vez! El cockpit de un Fórmula Renault es algo pequeño para alguien como yo, que mido 1'82 metros y peso 95 kilos, pero aprendimos las trazadas de carrera y pude sentir por primera vez la fuerza de la aerodinámica. A medida que progresaba la sesión, me fui sintiendo más y más cómodo".

Posteriormente, Lasse aparcó el Fórmula Renault para auparse a todo un Fórmula 1 biplaza pilotado por el belga Jérôme d'Ambrosio.

"El coche de Fórmula 1 era increíble. Es una bestia, inspira respeto. Las últimas dos vueltas las hicimos más y más rápido, con Jérôme d'Ambrosio en el biplaza demostrando qué era capaz de hacer. Yo estaba pensando 'ahora tiene que frenar, ahora frenará... ah, pues no necesita frenar en esta curva'. Ha sido espectacular".

"Su conducción fue increíble. Sus reflejos ante el subviraje del coche, la velocidad que llevaba en las curva, la fuerza de las frenadas... ¡pura adrenalina! No ha sido el paseo más cómodo de mi vida, pero sí el más divertido", ha explicado.

Paul Ricard