La FIA sanciona con diez segundos a Verstappen: no pierde posición
La FIA ha anunciado que Max Verstappen recibe una sanción de diez segundos. El piloto de Países Bajos ve castigada su acción de clavar los frenos delante de Hamilton, pero no alterada su posición ni su resultado en Yeda.
El gran punto clave de la carrera ha sido el accidente entre Verstappen y Hamilton en la curva 27. Su investigación dejaba en duda la segunda posición del piloto de Red Bull y con ella, el Mundial. Sin embargo, tras el veredicto, Max mantiene el resultado.
La Federación ha concluido, tras cuatro horas de deliberación con el veredicto más sencillo la acción de Max Verstappen con Lewis Hamilton en la curva 27. La FIA opta por un castigo contundente de diez segundos, con el que se lava las manos en el sentido de que sí sancionan, pero éste no interfiere el resultado final de la carrera ni tampoco en las puntuaciones en el Mundial.
Max Verstappen cruzó la meta un segundo por detrás de Hamilton y Valtteri Bottas, a 27 segundos de su compañero. La sanción de diez segundos al de Red Bull por frenar de manera repentina en recta y chocar contra Hamilton no es suficiente para que pierda la segunda posición.
"Los comisarios escucharon a Verstappen, a Hamilton y a representantes de sus equipos, revisaron el vídeo y la telemetría y decidieron que Max tuvo predominantemente la culpa. El coche 33 ralentizó de manera significativa en la curva 26. De todos modos, fue obvio que ningún piloto quería ponerse líder antes de la tercera zona de detección de DRS", se puede leer en el comunicado de la FIA.
"Para decidir penalizar al piloto del coche 33, la clave para los comisarios fue que éste frenó de manera repentina y significativa, con una deceleración de 2.4 G. Los comisarios consideraron irresponsable la frenada repentina del piloto del coche número 33 y como la causa predominante del choque, así que se impone una penalización estándar de diez segundos por este tipo de incidente", añaden.
La FIA termina su escrito, que se puede leer a continuación con el recordatorio de que los competidores pueden apelar decisiones como ésta. Aparentemente se cierra una batalla, pero seguro que no la guerra.
