GP de Hungría - Carrera

Infarto húngaro: victoria de Vettel, podio de Red Bull y Alonso quinto

Víctor Serrano
26/07/2015 15:57

En los morros de los coches, en los pontones, en los garajes de los equipos, en las camisetas, en los corazones, en los pensamientos y en los cascos… En esos mismos cascos que se unieron bajo el semáforo de Hungría para rodear a aquél que llevaba su compañero. Todos unidos y de la mano, como sus dueños, para decirle un último adiós. Sentimientos a flor de piel y lágrimas a punto de estallar por él, por Jules Bianchi, por esa estrella que ya brilla en el firmamento.

El francés ha estado presente en cada segundo del GP, y como homenaje a su vida y a su memoria, sus amigos del asfalto no pudieron dedicarle una mejor carrera. Un canto a la F1, un verdadero deleite para sus aficionados e incluso para sus detractores. Espectáculo en estado puro que dejó una clasificación repleta de sorpresas, empezando por la victoria de un antiguo rey: Sebastian Vettel.

El alemán pudo volver a pasear por el podio aquel dedo índice que creíamos olvidado después de pillar con la guardia baja a ambos Mercedes en la salida. Y es que, tanto él como Räikkönen tomaron el testigo de Williams en Silverstone y se pusieron a liderar el pelotón valiéndose de una fantástica arrancada. Mientras, Hamilton, que intentaba recuperar posiciones desde la cuarta plaza, se salía de la pista persiguiendo a Rosberg y se reincorporaba en el décimo puesto.

Un comienzo lleno de sobresaltos que no acabarían tras apagarse el semáforo… Según iban avanzando las 69 vueltas (una menos porque hubo que abortar la salida al estar Massa mal colocado en la parrilla), los coches rojos dejaban atrás a Nico y Lewis devoraba posiciones hasta pasar a Ricciardo y colocarse tras su compañero. Le iba comiendo segundos a un ritmo vertiginoso por la diferencia de compuestos hasta que la carrera dio un vuelco.

y vuelta a empezar. Ahora, los cuatro primeros estaban juntos con las gomas medias y con Ricciardo detrás con las blandas dispuesto a dar guerra. Quedaban casi 20 vueltas por delante en las que podían pasar de todo.

No hubo que esperar nada para que sucediesen una serie de acontecimientos que voltearon la carrera como un peluche metido en una lavadora. Al irse el coche de seguridad, Rosberg se deshacía de un Räikkönen que no llevaba MGU-K, Hamilton se tocaba con Ricciardo en una acción que le costaría un Drive Through, y Verstappen hacía el afilador a Bottas mandándole al final de la parrilla. Y, mientras tanto, Vettel seguía haciendo su camino hacia el triunfo. 

El panorama no podía ser más favorable para las opciones de Nico en el Mundial, con Lewis resignado a quedarse sin puntuar y la victoria casi a tiro de DRS, pero en esta película había más protagonistas y a Ricciardo le tocó esta vez el papel de malo. El australiano, con el coche seriamente dañado, intentó pasar a Rosberg y se llevó su rueda trasera izquierda por delante, obligándole a pasar por boxes y a tirar por la borda su golpe al título.

Con la lucha entre el Red Bull y el Mercedes, Sebastian cogió aire y cruzo la meta eufórico y con un sentido mensaje a Bianchi para celebrar su segundo triunfo del año y el 41 en la F1, registro que le iguala a Senna. A su espalda, llegaría un sorprendente Daniil Kvyat y Ricciardo tras cambiar su morro. Y en Mercedes se dio la vuelta a la tortilla: al final Hamilton se fue de Hungría con cuatro puntos de ventaja sobre Rosberg. Cosas de la vida, cosas de la Fórmula 1.

Con Kimi retirado, las sorpresas seguían llegando: Verstappen cuarto y con Drive Through incluido; Alonso quinto en la mejor posición de McLaren, que también puntuó con la novena plaza de Button; tercer abandono seguido de Sainz con un STR10 lleno de achaques; Sergio Pérez, que sufrió la colisión de un multi-sancionado Maldonado, también retirado; unos desafortunados Williams fuera de los puntos; y Merhi superando a un Stevens que tampoco vio la meta. Como ven un jaleo, un bendito jaleo.