GP de Japón - Carrera

Hamilton gana en la salida, punto de Sainz y Alonso corre en un GP2

Víctor Serrano
27/09/2015 08:34

De Jinmu en el siglo VII a.C al actual Akihito hay una lista de 125 emperadores de Japón, unos legendarios y otros de carne y hueso. Pues el país del sol naciente ya puede contar a otro más. Este no tiene un nombre asiático ni una nación a sus pies, ni tampoco ha dirigido ejércitos. Simplemente, se trata del hombre que hace imperar su ley por encima de la del resto, de alguien que no tiene rival y que va directo a por su tercera corona. Es el Emperador Hamilton.

Pobres aquellos osados que intenten acercarse a su trono, serán devorados por los leones sin piedad. Rosberg es el que más opciones tiene de apearle de su posición de privilegio porque es quien viste sus mismos colores, pero no tienen el mismo brillo… El alemán partía primero y con ánimo de repetir el mordisco que dio al Mundial en Marina Bay, pero el lobo se convirtió en cordero al poco de apagarse el semáforo. 

Apenas un par de curvas. Eso es lo que le duró a Nico la esperanza de vencer a Lewis. El británico tuvo mejor tracción, el sitio adecuado y el pie en la tabla más tiempo, por lo que Rosberg tuvo que ceder su puesto y con él, un par de ellos más. Así, el líder del año lo pasó a ser también de la carrera y no tendría rival hasta ver la bandera de cuadros. Una actuación impoluta que se saldó con la octava victoria de la temporada y siete puntos más de ventaja, lo que suman 48.

Mientras el emperador disfrutaba de su glorioso paseo entre vítores y aplausos, su rival tenía que recuperar lo que había perdido para minimizar los daños y mantener viva una llama de la esperanza que cada vez tiene menos fuerza. Los objetivos de Nico eran Bottas y Vettel, por ese orden. Al primero le pasó con un enorme adelantamiento en la chicane, y al segundo haciendo valer la estrategia de Mercedes en su segunda parada. Cruzó la meta a 19 segundos de Lewis.

Paró una vuelta antes que Valtteri completando un 'undercut' de manual que le permitió acabar justo detrás de su compañero. Balance de 11-3 para Vettel.

Hülkenberg finalizó sexto sin hacer ruido aunque remontando seis posiciones, y Lotus tuvo la segunda mejor carrera del año. Grosjean y Maldonado sumaron diez puntos sin meterse con nadie y alargando sus segundas paradas más que el resto. Y cerrando las diez primeras posiciones, encontramos a los Toro Rosso. Con Verstappen por delante de Sainz, al contrario de cómo partieron en la parrilla por más que le pese al español. Que seguro le pesa, y mucho.

Más que nada porque el orden lógico tendría que haber sido otro. Y es que Carlos, haciendo una excepción, falló. Le avisaron tarde de su segundo paso por boxes y golpeó el bolardo que delimita la entrada del pit lane. Su alerón delantero quedó maltrecho y perdió un valioso puñado de segundos mientras esperaba a que se lo cambiaran. Una lástima ya que el ritmo que había estado demostrando le habría permitido luchar en la pista con los Lotus.

Trece segundos por detrás llegó Alonso, quien dejó dos evidencias: que sus manos continúan haciendo magia y que el MP4-30 no está a la altura de la Fórmula 1, más bien de la GP2… Logró situarse noveno en la salida, pero de poco le valió. Rápidamente, los Toro Rosso, los Sauber y todo el que se acercaba a su alerón trasero se lo comía con gran facilidad. Fernando hacía lo imposible por retenerlos, y durante muchas vueltas lo logró, de ahí el mérito de su undécimo.

No paró de lanzar lamentos por la radio. Honda volvió a quedar en evidencia, esta vez ante su afición, pero Fernando puede dormir tranquilo. Fuera de los puntos acabaron Pérez, Ricciardo y Massa, los tres perjudicados en la salida por pinchazos. Su mala suerte fue nuestra diversión por la guerra que dieron en la parte de atrás. Y solo contamos un abandono, el de Nasr. Todo esto nos deparó Suzuka. Casi un año después de la tragedia. No olvidamos. Siempre Jules.