Dos cómplices de Ghosn se declaran culpables

Padre e hijo fueron arrestados en su país natal en mayo de 2020 y extraditados a Japón en marzo de 2021, donde ya ha comenzado el proceso judicial contra ellos. Ambos han confirmado la versión de la fiscalía, que los señalaba como cómplices del ejecutivo.

Reconocen de este modo que idearon y ejecutaron la fuga de Ghosn, que incluyó un avión privado hasta Estambul y un segundo vuelo a Beirut, donde Carlos Ghosn permanece desde entonces sin riesgo de ser extraditado.

Carlos Ghosn estaba en libertad provisional a la espera de juicio cuando decidió ejecutar el plan. Cogió un tren bala de Tokio a Osaka y desde ahí fue al Aeropuerto Internacional de Kansai, al que accedió oculto en la funda de un instrumento aprovechando que esa instalación no estaba preparada para escanear con rayos X paquetes de gran volumen.

En el último año y medio, la fiscalía de Japón ha puesto en el punto de mira a Michael y Peter Taylor, y la fiscalía de Turquía ha hecho lo propio con el personal de los dos aviones privados, al que acusa de tráfico ilegal de personas en tanto que Ghosn entró y salió del país de forma irregular.

En el caso de los Taylor, la acusación sostiene que la familia de Carlos Ghosn hizo dos pagos de 540.000 y 322.500 dólares en 2019. Una vez completada la fuga, el entorno de Ghosn pagó otros 500.000 dólares en Bitcoin cuando comenzaba el proceso judicial contra sus cómplices para ayudarles a costear su defensa.

Michael y Peter Taylor se enfrentan ahora a penas de hasta tres años de cárcel.