Cambio drástico en la estructura de Daimler: coches y camiones se separan

Esta reorganización, que será una realidad antes de que termine el año, supondrá la mayor reestructuración para la compañía desde la venta de Chrysler en el verano de 2007.

Para completar esta escisión y ganarse la confianza de los inversores, Daimler ha anunciado que venderá acciones de la nueva empresa de camiones a sus accionistas. El nombre Mercedes-Benz se asociará exclusivamente a los coches de calle.

El expresidente Dieter Zetsche ya tuvo encima de su mesa la posibilidad de separar los coches de los camiones, pero prefirió no hacerlo porque defendía que mantenerlos unidos les aportaba más fortaleza empresarial.

En este caso, el ahora presidente Ola Källenius ha dado luz verde porque la industria de la automoción está a las puertas de una transición energética que puede ampliar la distancia tecnológica entre los diferentes vehículos.

El coche eléctrico se perfila como la solución de futuro para los turismos –ahí están el nuevo EQA o el inminente EQS para corroborarlo–, pero Daimler cree que el hidrógeno también puede tener un peso importante en el caso de los vehículos comerciales.

Esta separación también pone de manifiesto cómo los fabricantes tradicionales están obligados a demostrar ante sus accionistas que están listos para la transición que se avecina, en un intento por ganar valor en bolsa.

Källenius ha dicho que los coches de calle y los camiones son "negocios distintos" que difieren en "sus clientes, sus caminos tecnológicos y sus necesidades económicas". Con la escisión, "podrán operar de forma más efectiva como entidades independientes".

El Deutsche Bank ha valorado la unidad de camiones de Daimler en unos 29.000 millones de euros, una previsión que Sanford C. Bernstein eleva hasta los 35.000 millones de euros.