Barcelona empieza a multar este martes a los vehículos más contaminantes

Las sanciones debían haber comenzado a aplicarse el 1 de abril, pero su entrada en vigor se pospuso al 15 de septiembre a causa de la pandemia. Esta semana, con la activación de la norma y el comienzo del curso escolar, TMB sacará a la calle toda su flota para que el metro pueda ofrecer su máxima capacidad. También reforzará las líneas de autobuses.

Diversas asociaciones han criticado la entrada en vigor de las multas en el contexto actual, pues son muchos los que defienden que el coche particular es mucho más seguro frente al COVID-19 que la utilización del transporte de juego. La medida afectará a 125.000 vehículos que normalmente circulaban por la ciudad.

La concejal de Movilidad, Janet Sanz, se mostró contraria a que el Gobierno apoyase la reactivación de la industria del automóvil tras el confinamiento por la pandemia por los efectos contaminantes del mismo. También se han efectuado cambios sustanciales que afectan a la movilidad por las calles de la ciudad.

Durante el verano, los barceloneses han visto cómo la velocidad quedaba limitada a 30 kilómetros/hora a toda la red vial secundaria. También cómo disminuían las vías de circulación por la proliferación de carriles de bici o la supresión de muchos chaflanes, bien por ampliación de las aceras o para ofrecer más espacio a las terrazas de los bares.

Algunos expertos señalan que las medidas contra la circulación de los coches particulares provocarán un colapso circulatorio importante y que además ello hará que aumente la contaminación atmosférica, efecto contrario a una de las razones aducidas para poner trabas a la circulación de vehículos particulares, que también se extiende a las motos con normas más estrictas para irlas sacado de las aceras.

A todo ello, ha aumentado el tráfico de distribución dado que las compras por internet y otras redes sociales se han disparado durante la pandemia y no parece que esta tendencia vaya a disminuir sino todo lo contrario. Desde 1990 las emisiones de transporte subieron un 30% en el ámbito urbano, superando los límites previstos por la OMS lo que coloca a las grandes ciudades como Barcelona ante la disyuntiva de hacer frente a copiosas multas de la CE por incumplimiento de la normativa europea sobre calidad del aire, que es lo que preocupa a los ayuntamientos.

Cabe recordar que estas normas no tienen en cuenta el CO2, que se mide a nivel estatal, sino el NOx y las partículas. Durante la pandemia estos niveles se desplomaron muy por debajo del máximo, pero con el retorno a la actividad han vuelto a adquirir el nivel habitual o muy próximo, en muchos casos por encima del límite permitido. De ahí la confusión que estas normas crean entre los usuarios.

El problema es tal que la compra de bicicletas se ha disparado estos últimos meses. Los modelos más económicos y populares están agotados y en algún caso hay lista de espera de más de tres meses, ya que muchos otros países, sobre todo China, también registran el mismo fenómeno. También puede ser las causas de que en los últimos meses se haya recuperado las ventas de los vehículos nuevos más pequeños y económicos en mayor medida que las de los vehículos de gamas superiores.