Uno de los dos McLaren F1 LM-Spec, listo para subasta

Los registros dicen que se fabricaron 104 unidades del McLaren F1, de las que tan sólo 64 eran aptas para circular por carretera abierta. Con una producción tan limitada y el pedigrí de ser el primer coche de calle de Woking, no es de extrañar que su reputación perdure en el tiempo y que sea un objeto de deseo de los coleccionistas más adinerados.

Los expertos estiman que el precio final del chasis 018 oscilará entre los 23 y 26 millones de euros, una cifra que inmediatamente lo convertiría en el McLaren F1 más caro de la historia. Su singularidad y los 21.400 kilómetros de su odómetro explican su valor. En 2017, se pagaron unos 14 millones de euros por la primera unidad que llegó a los Estados Unidos.

El chasis 018, que incluye el High Downforce Package, va un paso más allá que sus hermanos gracias a la especificación Le Mans, que lo convierte en una auténtica rareza. Entre otras modificaciones, ésta incluye un alerón trasero más grande para incrementar la carga aerodinámica y una versión vitaminada del motor V12 de 6.1 litros de BMW, que al liberarlo de las bridas pasa de 627 a 680 caballos de potencia.

Es cierto que McLaren preparó un total de cinco coches para destinarlos a la competición, pero conviene no confundirlos con este ejemplar de F1. Los modelos de circuito eran criaturas creadas por y para batir al cronómetro, con el consiguiente sacrificio en materia de confort en busca del rendimiento deportivo. El 018 es un coche de calle, con el estándar de calidad que se espera de ellos.

En el año 2000, el propietario del coche lo envió a Woking para que McLaren le instalara una radio, mejorara los faros delanteros e integrara una suspensión ajustable. También repintó la carrocería y sustituyó las llantas originales de 17 pulgadas de diámetro por unas de 18. Desde entonces y hasta el próximo mes de agosto, el F1 ha estado en Singapur y Nueva Zelanda.