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Suzuki Escudo Pikes Peak: el monstruo de las montañas

Fue una de las máquinas más radicales, con cerca de 1.000 caballos
Solo alcanzó la gloria total en la prueba el año de su debut, 1.995
Su leyenda se debe en gran parte a su presencia en el videojuego Gran Turismo
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30 Jun 2019 - 09:14

A finales de los años 90, Suzuki desarrolló una de las máquinas sobre ruedas más extremas y temibles de la historia, no solo por su tremenda potencia y estampa, si no también por su rendimiento en competición. Conocido por la mayoría gracias a la saga de videojuegos Gran Turismo, el Suzuki Escudo Pikes Peak tomaba la base del cotidiano Vitara y se hipervitaminaba hasta los 995 caballos para tomar parte en la mítica 'carrera hacia las nubes'.

Este fin de semana se celebra en Colorado –Estados Unidos– la mítica Subida al Pikes Peak, la segunda carrera más longeva del país norteamericano, solo por detrás de las 500 millas de Indianápolis. Su primera edición se celebró en 1916 y, desde entonces, ha atraído la atención tanto de los principales fabricantes del mundo como de los mejores pilotos. 

Se trata de una subida en cuesta, o carrera de ascenso contrarreloj, de casi 20 kilómetros de recorrido –19.983 metros– con 156 curvas enlazadas hasta la cima del monte Pikes Peak, a 4.301 metros sobre el nivel del mar. Su normativa establece distintas categorías que van desde coches y motos de serie, hasta la categoría denominada 'Unlimited' –sin límites–, en la que participan vehículos sin prácticamente ninguna restricción. En muchas ocasiones, el piloto –sin copiloto– solo alcanza a ver el cielo como horizonte, y el precio a pagar por un error puede ser la caída por un barranco de cientos de metros, como se puede apreciar en el mítico vídeo 'Climb Dance' de Ari Vatanen en su participación a bordo del Peugeot 405 T16 Pikes Peak en 1988.

Actualmente, la prueba ha adquirido un cariz mucho más seguro, pues desde hace siete años la pista sobre la que se corre se ha asfaltado por completo –antes su último tramo era de tierra– y mucha de la atención y los récords se centran ahora en los vehículos eléctricos. De hecho, el récord de pista absoluto lo ostenta el Volkswagen I.D.R., logrado en la edición del pasado año por Romain Dumas con un tiempo de 7’57’’178, lo que de paso lo ha convertido en el primer vehículo en bajar de los ocho minutos en toda la historia de la prueba, si se obvian los obtenidos con el recorrido acortado.

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El ID.R tomando la subida en la edición del año pasado

Sin embargo, hubo un tiempo durante la década de los 90 en el que los japoneses coparon los primeros puestos de la carrera con máquinas casi monstruosas llevadas al límite de cerca de 1.000 caballos de potencia. Una de ellas fue Toyota con el Celica/Tacoma y la otra fue Suzuki, una firma que no se caracteriza por contar con un palmarés muy extenso en las principales competiciones y que es, sin embargo, una de las marcas más respetada, sino la que más, dentro de los círculos de Pikes Peak, con una trayectoria en la prueba de más de 20 años y siete victorias absolutas. Su mayor exponente fue el Escudo Pikes Peak que participó desde 1995 a 2001. 

El Suzuki Escudo –Vitara, tal y como se conoce al coche en nuestro continente– de primera generación fue un pequeño SUV presentado en 1988 en el Salón de Tokyo y denominado así por la moneda portuguesa predecesora al euro, el escudo. A lo largo de su vida comercial hubo infinidad de modelos, versiones y derivados: ha adoptado no menos de siete nombres en diferentes mercados, muchos de ellos, además, se trataban únicamente de variantes de carrocería, como el X-90 o el Nomade de batalla larga por citar dos ejemplos. En España se fabricó en la factoría de Santana hasta el año 2005 para después fabricar un vehículo derivado denominado Santana 300 hasta que tuvo que echar el cierre en 2011. En Ecuador se estuvo fabricando hasta bien entrado el año 2013.

Al llegar el cese de su producción para los principales mercados en 1998, había equipado siete mecánicas distintas, incluido un V6 de 144 caballos en 1994, potencia que en generaciones posteriores se incrementó hasta 158 caballos. Sin embargo, la versión más espectacular del mismo no llegó a carreteras convencionales, pues únicamente tomó parte en pruebas 'de subidas' con Nobuhiro 'The Monster' Tajima  a los mandos.

 

UNA MÁQUINA RADICAL, SE MIRE POR DONDE SE MIRE

El Escudo Pikes Peak no fue sin embargo el primero de su clase, Suzuki y el propio Tajima ya contaban con cierta experiencia en la prueba, pues hasta entonces habían participado ya en dos ocasiones con una versión del Swift –Cultus en el mercado japonés– en los años 1992 y 1993, la cuál contaba con la tremenda particularidad de montar dos motores de cuatro cilindros en línea, uno sobre cada eje, para una potencia conjunta de 800 caballos y 900 Newton metro. De esta manera se aseguraba el funcionamiento del vehículo en caso de rotura de una de las dos mecánicas. El control de estos motores 'gemelos' se otorgaba a un diferencial de accionamiento electromagnético.

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El Suzuki Cultus Pikes Peak, que con su doble motor tomó parte en las ediciones de 1992 y 1993

Aunque satisfechos con su rendimiento, marca y piloto se propusieron mejorar la fórmula para poder asaltar, de una vez por todas, el primer puesto de la prueba. Para la edición de 1995, eligieron como base el Escudo y, en primera instancia, decidieron continuar con el esquema de doble motor, potenciado cada uno de ellos hasta cerca de los 500 caballos. No obstante, en las ediciones posteriores decidieron equipar un solo motor, esta vez el del V6 del Vitara más potente de la firma, modificado hasta cotas increíbles: aumento de cilindrada hasta 2.5 litros, dos turbocompresores, un intercooler y tres válvulas por cilindro para un total de 995 caballos a 8.000 revoluciones por minuto y 935 Newton metro. El objetivo era encontrar la mayor potencia posible en un peso contenido, así pues, el chasis tubular de aluminio se fabricó de cero y se diseñó una carrocería compuesta de materiales ligeros con los rasgos del Escudo ya que, a fin de cuentas, había que hacer notar que se trataba de un Suzuki.

Gracias a las escasas estipulaciones de la categoría, se exprimió al máximo no solo la mecánica, sino también la parte aerodinámica al incorporar unos anchísimos pasos de rueda –para albergar neumáticos de 286 milímetros de anchura–, aletas en el spoiler delantero y un alerón trasero de dimensiones colosales que incrementaban la longitud del conjunto hasta los cinco metros. Los frenos fueron fabricados en carbono –igual que los de Fórmula 1– y contaban con ocho pistones en el eje delantero y cuatro en el trasero. En total, el conjunto apenas llegaba a marcar 800 kilos en la báscula, lo que generaba una relación peso/potencia de 0,82 kilos/caballo, cifra espectacular incluso para los estándares actuales.

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Como resultado, el comportamiento del coche era nervioso pero veloz, radical pero efectivo. No obstante, a pesar de la fama que ha cosechado, nunca consiguió todos los éxitos que hubieran deseado sus creadores, pues durante gran parte de su vida se encontró a la sombra de su gran rival, el Toyota Celica Pikes Peak pilotado por Rod Millen. Nuestro protagonista tiene su debut en el año 1995. Se trataba de una primera versión pintada de color blanco, todavía con el esquema de doble motor, y que conservaba más claramente las formas del Vitara del que derivaba. Fue precisamente ésta su única victoria en la carrera hacia las nubes con un tiempo de 7’53’’00, siete décimas más rápido que el Toyota, en un recorrido acortado por la organización.

Los años posteriores, desde 1996 a 1999, fue batido solo por el Toyota de Millen hasta que en el año 2001 llevó a cabo su última y discreta actuación en la que compartió pista con el que sería su sustituto. Donde sí cosechó éxitos fue en la 'Queenstown Gold Rush International Auto Hill Climb', una competición de similares características celebrada en Nueva Zelanda donde dominó desde 1998 hasta 2001. Aunque para la gran mayoría, su leyenda se debe en gran parte a la saga de videojuegos de Gran Turismo. En GT2 hacía su debut virtual la versión de 1996, un modelo, el más rápido de todo el videojuego, que de manera inmediata se ganó la admiración y el reconocimiento de los jugadores. Desde entonces, la saga ha incluido este coche en varias de sus secuelas en su versión de 1998.

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Tras terminar su período de competición, el legado del Escudo Pikes Peak continuó gracias a sus sucesores, los cuales copiaron la fórmula sobre la base de los nuevos modelos de la marca. Hasta 2006 no volieron a la senda de la victoria con el XL7 –que no era más que la versión alargada del Vitara–, al que sucedió el SX4 de 2009 y que logró tres victorias consecutivas. Acualmente Tajima, de 68 años, se ha pasado a la electricidad, participó por última vez en Pikes Peak a los mandos del Rimac E-Runner en 2016 y ostenta una pequeña marca que vende 'kei cars' eléctricos en Japón. Por su parte, el Escudo Pikes Peak de 1995 es parte de una colección privada de coches japoneses en Estados Unidos, mientras que la posterior con el motor V6 es parte del museo Suzuki Plaza, en Japón.

2 comentarios
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06 Jul 2019 - 00:04
Recuerdo con añoranza todos los récords de pista en grand turismo que obtuve con este suzuki, simplemente una bestia, claro está que al subirle la potencia al máximo era Simplemte inconducible, se giraba mirando al cielo y los saltos eran tan altos que llegaba al límite de la pantalla fuera de pista, increíbles recuerdos..
30 Jun 2019 - 10:57
Yo recuerdo que la primera vez que jugué al GT2 y pude comprarme el Scudo, el juego se "rompía" de lo fácil que se volvía todo. Lo mismo ocurría con el GT40. // En fin, muy curiosa la historia. Conocía algo sobre ella porque sólo por curiosidad (al querer saber más del Scudo del GT2) pero muy poco. En cuanto al Celica, no sabía nada y estoy ahora viendo algún vídeo y es una pasada de monstruo.
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