La moneda que decidió la victoria en el Dakar de 1989

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13 Ene 2019 - 17:11

Hoy hace 30 años de uno de los episodios más ignominiosos del automovilismo. Jacky Ickx se paró justo delante de la meta de la última especial del Dakar, en el famoso Lago Rosa, para dejar pasar a Ari Vatanen y cederle la victoria ante los ojos abochornados de los aficionados.

Una situación similar a la de 1986 en el Montecarlo, cuando Juha Kankkunen se paró justo antes del final de la última especial, el Turini, para ceder la victoria a 'Miki' Biasion, y que también produjo ampollar en el mundo de los rallies y en las instancias federativas.

Ickx había iniciado esta corta especial de apenas 40 kilómetros y sin dificultad en la Playa de M'Boro con 20 segundos de ventaja, más que suficiente. Y se paró 2 minutos para que no hubiera lugar a dudas.

Ari Vatanen, conocedor de la situación, no levantó el brazo en señal de victoria, sino que esperó a que el belga hubiera entrado en la meta. Ambos –el ganador real y el ganador moral– compartieron el podio, en un rally Dakar, el undécimo, con el que Peugeot se despedía de la especialidad invicta: tres Dakar, dos Faraones, un Túnez, un Atlas y una Baja Aragón. Todo ello para ceder los 'trastos' a Citroën y marchar a buscar la gloria en la Resistencia.

Todo se había gestado en Gao, Mali. Los dos pilotos de Peugeot se estaban jugando la carrera a 'cara de perro'. Los dos Peugeot estaban en cabeza y el primer perseguidor, a dos horas. Jean Todt, el actual presidente de la FIA, era por entonces el director del equipo Peugeot y por nada del mundo quería hacer peligrar un triunfo aplastante de la marca.

La decisión de aplicar consignas era tremendamente complicada. Vatanen, fiel a su filosofía de carrera, era el héroe intrépido de todos los riesgos, capaz de arruinar en un momento el mejor de los resultados. Ickx era el corredor, inteligente, que corría los riesgos justos.

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Ari Vatanen al volante del Peugeot 405 T16

La diferencia eran tan pequeña que Todt decidió que fuera la suerte la que decidiera, en lugar de apostar por quien iba líder: Ickx con 3 minutos sobre su compañero. Allí, en Gao, con luz y taquígrafos, lanzó una monedad de 10 francos al aire para decidir el ganador a cara o cruz. La cara fue para Vatanen, la cruz para Ickx.

Lo confirmó Xavier Brugué, el español comisario de la FIA para la prueba: "Efectivamente, Todt dio a elegir cara o cruz a sus pilotos para sortear con una moneda quién de los dos sería el vencedor de la prueba y la suerte sonrió a Vatanen".  Conozco a fondo a Xavier Brugué desde hacía muchos años... ¡porque con él corrí medio centenar de rallies del campeonato de Cataluña y de España a mediados de los 70! Persona intachable, abogado de carrera, no podía entrar en juzgar la decisión. Y de hecho, escribí en Mundo Deportivo un comentario editorial titulado '¿Demagogia o utopía?'.

"Desde hace algunos días estamos arriesgando demasiado y es normal que Todt quiera apostar por la prudencia. Le doy la razón", dijo caballeroso como siempre Ickx, aunque su copiloto, Christian Tarin, furioso, quiso dejar el Dakar de la misma forma que Daniel Elena ha estado a punto de dejar la presente edición. El diplomático Ickx le convenció para seguir. Tarin fallecería durante el Rally Faraones de 1991; el Citroën que compartía con Ickx volcó y él quedó atrapado en las llamas sin que un desesperado Ickx pudiera hacer nada,

Muchos se preguntaron entonces si Ickx repetiría las consignas. El belga ya pasó por una situación así en Porsche, cuando René Metge se tomó las consignas un poco a la ligera y decantó la situación a su favor.

Jean-Marie Balestre, entonces presidente de la FIA, clamó al cielo o al desierto, según se mire. "Esta decisión desprestigia a Peugeot y desprestigia al Dakar", y anunció cambios en el reglamento para que esta situación no volviera a producirse "porque el deporte del automovilismo es un depote de hombres, no de marcas e intereses comerciales". Además, no se privó de acusar a Ickx de ser víctima de sus propias acciones, como quien recibe un boomerang, ya que fue él fue quien trajo a los grandes equipos al Dakar. Algo imposible porque las marcas, que son las que pagan la fiesta, no están dispuestas a ir en contra de sus intereses.

Gilbert Sabine, el padre del malogrado Thierry Sabine, también estaba que trinaba. "No se da la victoria de esta forma. No en un Dakar"… aunque la propia organización en muchas ocasiones había tomado decisiones que sospechosamente favorecían a Peugeot.

Fue el segundo gran escándalo que rodeó a Peugeot en esta prueba. El año anterior, Vatanen era líder cuando su coche 'fue robado en el campamento' en la jornada de descanso, para reaparecer cuando los últimos tomaban la salida el día siguiente… y no se le permitió tomarla. Oficialmente fueron touaregs, pero siempre han existido dudas sobre el episodio.

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Sin embargo, Todt conservaba la calma. Conocía las reglas al dedillo. Sabía que podía hacerlo y, sobre todo, estaba convencido de que debía hacerlo. "Aquella noche en Gao dormí tranquilamente tras tomar la decisión. Al ver el estado en el que había llegado el coche de Vatanen, era evidente que debía actuar. Habíamos salido de París con tres posibles ganadores: Vatanen, Ickx y Fréquelin. Llevábamos dos tercios de carrera y los dos primeros estaban emparejados, pero a costa de correr grandes riesgos. No me hubiera perdonado el perder la prueba o que alguno de ellos sufriera un grave accidente".

Todt reconoció que su decisión "ha falseado un poco el resultado de la carrera, pero a estas alturas el espectáculo no prevalece sobre el resultado".

Vatanen había volcado en la superespecial de Barcelona. Llegó a Gao con el parabrisas roto y el techo hundido tras un vuelco que Vatanen quiso 'disfrazar': "Pasé bajo un árbol y no calculé bien la altura", apuntó. Si no perdió allí la carrera fue porque unos motoristas rezagados le ayudaron a colocar el coche sobre sus cuatro ruedas y fue uno de estos el que contó el incidente. Y se perdió en la penúltima etapa.

Vatanen no se fiaba de Ickx, al salir de Gao, el belga había atacado, aunque después levantó el pie. Pero en la penúltima etapa iban ambos juntos cuando al salir de un poblado tomaron pistas diferentes. Vatanen se había equivocado de pista y los 6 minutos de ventaja en la general se transformaron en 20 segundos de retraso antes de la última etapa. Pero Ickx mantuvo su palabra y cedió la victoria.

Dakar
3 comentarios
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16 Ene 2020 - 16:20

Pues Nani Roma ganó de forma parecida y no veo que aquí le dediquen un artículo.

13 Ene 2019 - 20:58

Mas que anecdota, yo diria "antecedentes" de la forma de actuar del actual presidente de la FIA. Como para FIArse de este tipo.

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