Carlos Ghosn: la caída de un gigante

El que fuera artífice del resurgir de Nissan, hace ya 20 años, y máximo responsable de la alianza con Renault, y posterior incorporación de Mitsubishi, será previsiblemente desposeído de su cargo de presidente el próximo jueves en la junta de accionistas de la compañía, según apuntan medios internacionales.

El detonante, una investigación interna realizada por la propia marca japonesa que puso de manifiesto que el mandatario pudiera haber ocultado al fisco una parte importante de su salario mediante el uso irregular de fondos de la compañía. Así, el dirigente franco-brasileño declaró ayer voluntariamente ante la fiscalía de Tokio, quien procedió a su arresto, tal como informó el diario nipón Asahi. Minutos después, las acciones de la compañía caían en la bolsa un 8,43% hasta mínimos de hace cuatro años.

Ghosn está acusado de haber infravalorado su salario en 77 millones de euros ante el fisco japonés desde 2011 hasta 2016. Además, tal como señala el rotativo económico Nikkei, una filial holandesa de Nissan Motor pagó supuestamente 15,5 millones de euros por diversas viviendas en Rio de Janeiro, Beirut, París y Ámsterdam para el todavía presidente, sin ninguna justificación comercial. Asimismo, el director representante de Nissan, Greg Kelly, también está implicado en este caso de malversación de fondos, como hombre de confianza de Ghosn en la compañía japonesa.

Desde el momento en que se confirmó la detención, el consejo de administración de Nissan propuso el cese inmediato de Ghosn como presidente de la Alianza. Por su parte, Renault emitió un comunicado en que se convocaba a su junta directiva para una reunión extraordinaria el próximo jueves en la que, previsiblemente, se oficializará la destitución del dirigente de sus distintos cargos en las compañías del grupo.

No está en disposición de seguir al frente del grupo

En relación al escándalo, el ministro de economía francés, Bruno Le Maire, ha manifestado que el máximo directivo de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi "no está en disposición de seguir al frente del grupo, tras haber sido detenido ayer en Tokio por supuestas irregularidades fiscales".

Carlos Ghosn es presidente y consejero delegado de Nissan y Renault, y presidente de Mitsubishi, así como máximo responsable de la Alianza que forman las tres compañías y uno de los hombres más poderosos de la industria del automóvil a nivel mundial.

A lo largo de su dilatada trayectoria Ghosn ha ocupado cargos directivos en diversas compañías, entre los que destaca su papel como consejero delegado de Michelin en Estados Unidos, antes de su cambio a Renault en 1990. Desde entonces, y especialmente desde su llegada a Nissan en 1999 para salvar a la compañía de la bancarrota, es conocido como 'the cost killer' por su política de recortes y contención del gasto, lo que le granjeó gran número de detractores tanto en la compañía francesa como en sus partners niponas.

Ghosn se convirtió en el primer directivo no japonés en una automotriz nipona e hizo uso de su poder para establecer a Greg Kelly, su hombre de confianza, como director representante de Nissan en Japón y vicepresidente de la casa de Yokohama en la Alianza.

Pero no sólo revitalizó Nissan y Renault como firmas automovilísticas, sino que también jugó un papel crucial en la expansión de la segunda en el mundo de la competición, concretamente en el Mundial de Fórmula 1.

En una categoría que requiere de una inversión multimillonaria para todo aquel que aspire a ser competitivo, Ghosn se atrevió a diseñar un programa a largo plazo con el objetivo de que Renault alcanzase la cúspide del automovilismo por méritos propios, en respuesta a años de improperios y descalificaciones de su socio Red Bull, muy crítico con el rendimiento de sus motores.

La simbiosis entre Ghosn y Cyril Abiteboul es la explicación a la rápida expansión de la escudería, que en los últimos tiempos ha recuperado el control sobre la infraestructura de Enstone, ha ampliado sus instalaciones y actualizado su maquinaria, contratado a más de un centenar de trabajadores y atraído a un piloto de primer orden para el próximo curso: Daniel Ricciardo.

El directivo consideraba que la Fórmula 1 formaba parte de la identidad de la marca, que representaba su pasión por el automovilismo y era motivo de orgullo para todos los empleados de la empresa. Un homenaje a los padres fundadores de la marca, los hermanos Renault, que en el año 1906 desarrollaron el coche que ganó el primer Gran Premio de la historia, el de Francia, con el húngaro Frederic Szisz al volante.