Alonso se encontrará overbooking en IndyCar

Se espera que en 2019 el numero de coches presentes en las carreras de Indycar aumente significativamente. Se habla de hasta 28 coches regularmente en las parrillas, con picos que pueden llegar a alcanzar los 30 coches, lo que hace pensar que en el caso de las 500 Millas podría haber más de 36 coches inscritos. Aunque al final sean 26, está claro que la categoría va en alza.

Aunque no hay confirmación del número de coches que habrá finalmente, Dallara ha admitido que ha recibido más peticiones de chasis de las previstas entre equipos nuevos y otros que desean bien ampliar sus alineaciones, bien sustituir sus chasis.

A diferencia de la Fórmula 1, en Indycar no es obligatorio que todos los coches y pilotos compitan en todas las carreras de la temporada. Aunque el grueso de los equipo lo hace, es cierto que en alguna ocasión no resisten la tentación de alinear un coche extra o bien hay equipos pequeños que sólo compiten en eventos puntuales.

Esto lo que hemos visto este fin de semana en Sonoma, la última carrera del Campeonato, con 25 coches en pista y ello podría hacer que en algún circuito haya problemas y que algún coche resulte eliminado. En Toronto, por ejemplo, la pista sólo tiene cabida para 23 coches

Todo estaba pendiente de que Honda y Chevrolet dieran luz verde a suministrar más motores para contentar a los clientes. El fenómeno no es nuevo. La reducción de costes por la adopción del aerokit universal –en lugar de dar opción a que cada motorista ofrezca el suyo– ya provocó que este año se hayan unido cuatro equipos más. Y para el año que viene se habla de dos equipos nuevos. 

Uno de ellos debe ser Scuderia Corsa, que ya debutó con Oriol Servià en las 500 Millas de Indianápolis, su única aparición. Se habla de Carlin y Rahal con un tercer coche, de Harding regularmente con dos y hay otros interesados.

Es más, muchos padres que seguían en Fórmula 2 la senda marcada por Lawrence Stroll para llevar a su hijo a la F1, se están planteando la alternativa de la Indycar. Nicholas Latifi, cuyo padre ha entrado recientemente en el capital de McLaren, y Sean Gelael podrían ser dos de los que sigan el camino marcado por Max Chilton y Jordan King.

Los costes de la Indycar son mucho más reducidos que los de la F1. Entre tres y cinco millones de euros, siete como mucho, por un coche que es idéntico al de los rivales. Otra cosa es la competencia y experiencia del equipo, pero en conjunto las diferencias son ridículas entre unos y otros, al menos comparadas con la F1.