Cuarta victoria de Miguel Molina y Toni Vilander, en Portland

Como es habitual, la victoria de la pareja se gestó en una perfecta estrategia y la rapidez en el cambio de pilotos. Hasta ese momento, Toni Vilander se había mantenido segundo, muy ceca del Porsche 911 de Michael Cristensen.

Poco antes de iniciarse el cambio de pilotos, el Bentley de Daniel Ávaro Parente, que era sexto y junto al otro Bentley de Rodrigo Batipsta intentaban acosar al Mercedes de Daniel Morand, se fue contra la barrera de neumáticos; un abandono que hizo ondear la bandera amarilla y que privó a Andy Soucek de subirse al coche, El segundo Bentley no tuvo mejor suerte y dejó la carrera por problemas mecánicos.

En ocasiones anteriores, el Ferrari había jugado la baza del ‘undercut’, pero esta vez Christensen quiso evitar que le sorprendieran y paró antes.  Cuando el Ferrari se detuvo, una vuelta más tarde, Vilander había marcado un gran crono y Molina salió a la pista como líder. Tras resistir el ataque inicial del Porsche y una vez los neumáticos se calentaron, Molina se escapó y abrió un nueco sin que Pumpelly, que había relevado a Christensen, pudiera hacer nada por impedirlo.

En realidad Molina no fue ‘líder’ de la carrera hasta que sacaron bandera negra al Mercedes de David Askew, que no paró en la ventaja obligada entre los 25’ y 35’ minutos de carrera.

Al final, Molina tuvo un pequeño problema pero entró con 1”43 de ventaja sobre el Porsche, mientras que el Audi del veterano Ryan Daziel y el dejoven piloto de 17 años Parker Chase acabaron terceros al aprovechar el abandono de los dos Bentley y los 20” perdidos en el Mbox por el Mercedes de Morand y Matt Brabham.

“Ha sido mu divertido volver a correr en Estados Unidos. Por supuesto, ganar también ayuda a que la diversión sea mayor”, dijo Molina. Es la cuarta victoria -de siete carreras- esta temporada en GTX del piloto de Lloret en las Pirelli World Challenge, donde acumula además dos segundos puestos, lo que le permite ser líder junto a su compañero Matt Vilander.

Molina añadió que este trazado de Portland le recordaba “a algunas pistas más antiguas de Europa. Este de circuit siempre es divertido”, y admitió que pasó un momento delicado “al salir de boxes con las gomas aún frías. Sabía que tenía no podía dejar que el Porsche me superara. No fue fácil”.

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