Lancia Theta: el Ave Fénix eléctrico de Lancia

Nuestro colaborador y experto en técnica, Pol Santos, nos ha sorprendido con esta idea nada disparatada: la de colocar a Lancia en la carrera de los coches eléctricos. ¿Por qué la marca italiana? Porque "cuando piensas en Lancia, vienen a la cabeza coches muy distintos, pero con un denominador común: la innovación. Y dada la situación de Lancia en el seno del grupo FCA, lo único que cuadra es hacer de ella la competidora de Tesla, pero a la italiana".

© Pol Santos

La idea de que sea eléctrico y se llame Theta no es una casualidad, porque el Theta original fue el primer coche europeo en incorporar un avanzado sistema eléctrico de serie –eso sí, de origen americano –, que funcionaba con una tensión de 6 voltios e incluyó, entre otras cosas, el motor de arranque, un generador, dos faros, dos luces adicionales, una luz trasera e incluso la iluminación del salpicadero. Vincenzo Lancia estaba tan convencido de la bondad del nuevo sistema que eliminó la manivela de arranque, que estaba incluida en el equipamiento, pero para emergencias.

Así que el Theta debía renacer en este tiempo como un coche totalmente eléctrico. Se trata de una berlina de lujo que nace para competir directamente con el Tesla Model S, y que encaja perfectamente en la tradición tanto de lujo como deportiva de la marca. Cuenta con dos motores eléctricos colocados delante y detrás, y un juego de baterías en el suelo del coche, lo que ayuda a que el centro de gravedad del Theta sea muy bajo. No contamos con datos de potencia ni autonomía, pero ante las perspectivas del proyecto, sin duda no estarían lejos de las cifras de los mejores modelos acutales.

© Pol Santos

El diseño exterior, en un profundo azul eléctrico y negro, se muestra orgánico, y las distintas formas del coche interactúan entre sí. Por ejemplo, en la vista lateral podemos apreciar una especie de Z que se dibuja del pilar A al C, atraviesa el lateral hasta la rueda delantera y se lanza hacia la trasera. Pero hay muchos más detalles. Como el techo, con un pilar en Y que permite una luminosidad interior soberbia, además de un remate elegante para el techo. Destacan también unas llantas de aleación que nos parecen un hermoso guiño a las que usaban los Lancia del campeonato del mundo de rallies, con esa superficie por encima, pero mucho más dinámicas.

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Si nos dirigimos al frontal, nos llama la atención la forma de morro de tiburón que adquiere el coche en el lugar donde debería ir el radiador, lo que dota al conjunto de un aspecto agresivo gracias a unos faros led sutiles pero que no ocultan su presencia y que llegan a invadir con delicadeza el paso de rueda, en función de luz lateral. Algo similar ocurre en la parte trasera, donde encontramos una forma de flecha que genera un interesante voladizo superior rematado en los extremos por unos sutiles y elegantes juegos ópticos, que tienen su reverberación en la luz de freno central, surgida de la desembocadura del pilar en Y del techo. Y precisamente en esta zona encontramos otro detalle ingenioso, ya que esos voladizos se abren para dejar salir una cómoda bandeja en la que cargar el equipaje, que queda almacenado con discreción en la parte trasera.

© Pol Santos

Según el diseñador, "buscaba algo fluido pero que no quedara blando, usando unas líneas afiladas entre superficies que dieran algo de tensión sin llegar a la agresividad. Ese equilibrio extraño que caracteriza a los diseños italianos." De hecho, una idea interesante la encontramos en las ventanas. Además de la ausencia del pilar B, el conjunto está enmarcado en una forma geométrica que recorre el Theta desde el frontal, como un vestigio orgánico del que no puede liberarse y que le dota de personalidad. Esa forma es la que rodea el marco de la puerta.

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Porque, efectivamente, el Theta no tiene varias puertas, sino una sola a cada lado, cuya abertura se produce hidráulicamente hacia la parte superior. Es difícil definir este sistema, que podríamos llamar 'puertas telón', que dejan un espacio amplio para el acceso al interior del coche. Un interior listo para cuatro ocupantes con asientos individuales. De carácter sobrio, moderno, pero sin estridencias utópicas. Perfectamente real. La ausencia de todo tipo de retrovisores en el exterior, o de pivotes con cámaras, encuentra su sentido al saber que en el interior tenemos tres pantallas dispuestas como los retrovisores convencionales: una central, y dos laterales, a través de las cuales, y de manera moderna pero ortodoxa, podemos vigilar nuestro entorno.

© Pol Santos

El lujo define el interior, con remates en maderas nobles, pero a la vez bebe de la sencillez y practicidad nórdica. Encontramos, eso sí, un juego de botones para la activación de algunos sistemas, como el climatizador, un elemento que puede parecer obsoleto en los tiempos de los comandos por voz, pero que tiene su razón de ser en la fiabilidad de algunos comandos que no influyen en la conducción. Con asientos blancos y paneles en negro, el conjunto resulta armónico a la vista. Y eso no es poco cuando has de viajar muchos kilómetros a bordo de un coche.

© Pol Santos

Así que 100 años después, aquí está de nuevo el Theta, en una forma nueva y atractiva que mira al futuro. Que podría plantar cara sin complejos ante los Tesla y similares. Porque mientras Lancia se dirige lentamente hacia la extinción, existen alternativas. Como la de hacer de ella la sección eléctrica de lujo del grupo FCA. Sin duda, a algunos les pondría nerviosos la imponente presencia del Theta. 

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