Esperábamos un caos, y lo que ha ocurrido es una calamidad. El origen de la nueva F1 se torna en pesadilla

Di Caprio y El Virutas les echan a todos un somnífero en la copa de bienvenida que da la compañía aérea y se quedan fritos al instante. En ese momento el actor y el cotilla digital sacan un maletín y los enchufan por medio de sondas pinchadas en vena en un 'sueño compartido'. Leonardo dice: "métele caña", y el reportero dicharachero responde: "dosis triple, que paga Virutas con lo que está sacando con sus libros. Lo vais a flipar, corderitos". 

Una vez dentro del sueño, al principio, todo era guay. Buen tiempo, vino de Jerez, jamón pata negra, langostinos de Sanlucar, mucha expectación, aluvión de periodistas... pero poco a poco el sueño colectivo empezó a derrumbarse dejándolo todo perdido de escombros, como si fuera una película de Michael Bay repleta de androides como mala leche.

El personaje apareció de repente pero de manera discreta. Sombrero Borsalino, camiseta de manga larga de rayas horizontales rojas y negras, rostro desfigurado por el fuego, y un extraño guante acabado en cuchillas. Se coló en el sueño y dijo: "soy Freddy y sus vais a cagar. Hoy es mi día", y los soñadores empezaron a agitarse en sus asientos.

El de Lotus inició el diálogo onírico al desaparecer su coche repentinamente. Del bicorne moniplaza negro solo se conoce su fisonomía, pero muy por encima. De fondo, tras la música de Enya, sonaba la voz angustiada de Maldonado diciendo: "¿y pa esto me he cambiado yo de equipo?". 

El tipo de rojo con gafitas de empollón dio un respingo al ver un Fiat igualmente encarnado pararse en su primera vuelta, justo dos minutos después de haber salido de su box. Desde el muro, un oso hormiguero vestido con impecable traje italiano dice a través de su radio con auriculares y voz de dibujo animado: "hijo mío, ¿estas bien? vuelve al box, que es tu casa, tenemos por aquí a Pablo Motos y te dará de comer insectos negros, que te has ido sin comer". El piloto del utilitario con morro trompudo -un nórdico poco parlanchín- exclamó en voz queda nada más bajarse del taxi blanco: "...y pa esto me han hecho madrugar, vaya tela". 

Un rubiales con barbita de tres días y que anuncia helados azules se quiso pasear en un unicornio igualmente azul... que apenas se movía. Como en el cuento del soldado y la bailarina, con el calor de su corazón francés, la peana de plomo se le había derretido. Muchos soldaditos requeteazules abanicaban la musculación del jamelgo onírico que se volvió y dijo: "tengo calor". El jinete del jaco cornupeta se bajó jurando en arameo del cuadrúpedo alado al grito de "me piro a casa, que tengo un crío al que acostar", y desapareció de la escena subido en su Infiniti FX50. 

En una esquina del sueño los novicios Frijns, Ericsson (el de los teléfonos) y Kyvat le espetan a Ricciardo: "colega, vemos dao más vueltas que tú. Has elegido mal tu equipo. Sigue, sigue sonriendo, que como lo de Renault siga así de malamente se te van a quitar las ganas de que te eligieran y no al JEV. Has tirado el dinero de tus brackets".

Para rematar la faena, al preparador físico del unicornio, Remi Taffin (el jefe de Renault) es ingresado en un hospital jerezano y operado de urgencias de apendicitis.

Un alemán de Alemania con bigotazos igualmente alemanes tiene los pies encima de una mesa de caoba y recibe un mensaje en su Blackberry: "Fürher, nuestrro chico se ha atizado en prrimerras fueltas. Coche kaputt. Alerón salirr volando como Messerchmidt en plena rrecten. Inaugurrar tabla de porrazen. Ya liderrar algo, jawol". 

El bello durmiente vestido de verde se agita y trepida. Se le menean sin control las extremidades, y de repente le estalla el esternón, lo pone todo perdido de sangre y le sale un monoplaza del pecho. El monoplaza tiene toda la carita de su padre: Alien, el de 'el regreso', de su madre, la teniente Ripley, y toda la mala baba que soltaba por sus negras y halitósicas fauces. Nadie dice "que niño más bonito". Silencio en el paritorio. 

Un catamarán liado en papel Albal sale de entre las tinieblas y alguien en Woking grita al más puro estilo Rodrigo de Triana "¡coche a la vista!". A ver si el barco va bien por tierra...

El actor Nacho Vidal y su trípode aparecen en escena con forma de demonio alado, y con ojos encendidos grita con voz de ultratumba al ver el Toro Rosso dice "¡que el tamaño no importa, y lo importante es sólo la puntita. El resto es na más que pa empujar. Intrusistas, bellacos... que de esta me dejáis mal ante mi público" y se marcha del lugar refunfuñando aleteando con saña sus demónicas alas. 

Dos azafatas vestidas completamente de blanco entran en la cabina con Ross Brawn de la mano y dicen "nos lo llevamos al cielo de los ingenieros". Como decía Peret, no estará muerto, sino tomando cañas, pero de carreras ni pun.   

La portezuela de la cabina de los pilotos se abre y en ese momento sale Bernie bañado en luz. El mandamás no caminaba, sino que levitaba, con sus brazos abiertos en cruz, y su pierna izquierda ligeramente flexionada, sin tocar el suelo. 

—¡¡Me cago en to lo que se menea!! ¡Mira la que me habéis liado, mentecatos! —Vociferó viendo la escena de los bellos durmientes aún sopa.

—Bernie, si sólo es un sueño.

—Ni sueño ni π0|_|_@$... ¡¡fíjate como lo están dejando todo estos haraganes!! Me están pisoteando el jardín, y poniéndomelo todo perdido de tierra. Como me entren en casa me lo van a dejar todo lleno de pisadas y acabo de fregar... —Afirmaba con la vena gorda y el labio inferior temblándole. —Se vais a enterar a finales de año... ¡¿a que sus meto puntos dobles en las tres ultimas carreras?!

—Oye Virutas, ¿no crees que te has pasado con la dosis? Estoy mirando el monitor y esto alucinan. Comprueba a ver que les has chutao. 

—El Virutas comprueba el dispositivo regulador de los sueños y ocurre lo inesperado. —Ostras, Leo, esto está mal, tío. No les he metido la mezcla, sino un chute de Casera limón. Estos no han soñado una mierda. La pesadilla se la han montado ellos solitos. Menos mal que es un sueño.

—Pos vete despertando a estos, que vamos a aterrizar, y ya hablaremos después, so manazas.

El Canoso se volvió a la cabina de mandos, los dos liantes escondieron "la maleta de los dueños compartidos", y los coloridos directivos empezaron a despertarse quejumbrosos de una mala pesadilla.

Ay.

Conclusión: se les han acumulado los muertos encima de la mesa. Nuevos motores, nuevas geometrías, nueva aerodinámica, nuevas reglas, nueva visión ecológica, nuevo consumo, nuevo casi todo. Los cambios cuestan tres cosas, dinero, tiempo y trabajo. 

En lo primero andamos mal debido a la crisis dineraria, a que los equipos están en general bastante tiesos, porque todos andan viendo de donde recortan y eso de pagar el doble -por poner un ejemplo- por los motores y que los premios sigan siendo los mismos les descalabra las cuentas. Innovaciones caras a cambio de nada-en-mano. 

Punto dos, el tiempo. La temporada 2013 acabó exactamente setenta y cuatro días antes de que el primer monoplaza 2014 tocase el asfalto jerezano. La pretemporada jamás había sido tan corta y a los equipos les ha pillado todo esto con los pantalones a media asta, aunque a algunos, sobre todo los que tienen más pelas, un poco mejor. 

Punto tres: lo del curro. Lo peor de la novedosa, enrevesada y tecnocompleja reglamentación para este año no es que sea laboriosa de acometer, sino que en otra época, la de las vacas gordas de los 90' o primera década del siglo, hubiera sido relativamente fácil, pero ahora mismo los equipos, por aquello de los recortes, apenas pueden mantener los tradicionales dos equipos, el de carreras, y el de desarrollo. 

Todo este follón, y viendo el calibre de los cambios, se lo hubiera ahorrado el deporte si hubieran concedido a los equipos tres jornadas de pruebas libres a puerta cerrada. Con ello, los problemas de juventud de algunos coches no hubieran chorreado como lo han hecho. 

Culpables, los equipos; responsables, la FIA por no haber previsto este fregao. Todt, el invento clave de esto ha sido una cabezonería tuya. La intención buena, el resultado final, probablemente positivo, pero tenías que haber dado más espacio a los protas del circo: esos con cara pintada de color y que están quedando como los payasos tontos del show. Pos ale, a mejorarse en Bahréin.

Peladilla final: (tercer aviso) ojo a los Mercedes, que vienen advirtiéndolo desde verano. Como Lewis tenga un año salao y su motor acabe bufando como se rumorea, los va a poner firmes a todos.