¿Volverá Alonso a ser campeón?

La lógica dice que sí. A su favor hablan los dos títulos de campeón del mundo de 2005 y 2006 y las 32 victorias en Grandes Premios puntuables para el Campeonato del Mundo de Fórmula 1. A fin de cuentas, se trata del sexto piloto con más triunfos en la historia de la categoría reina y aunque los números se hinchan a medida que los calendarios se hacen más largos -no es lo mismo competir diez años con 14 carreras por temporada que hacerlo con 18 o 19 por temporada-, la calidad es indiscutible. No en vano Alonso es uno de los mejores pilotos de la última década, a menudo considerado como el más completo desde la primera retirada de Michael Schumacher.

Teniendo en cuenta todo esto, ¿qué llevaría a alguien a dudar de su futuro? No es su talento ni tampoco su velocidad, sino su situación, su edad y la velocidad de su montura. Los años en Ferrari han ayudado a Alonso a mantener la costumbre de pelear cada posición como un recién llegado, algo que no suele suceder con los campeones a estas edades. El mismísimo Schumacher perdió dicha costumbre tras pasarse cinco años con la mejor Ferrari de la historia. Pero incluso así, el tiempo no pasa en balde y en 2015, el asturiano cumplirá 34 años.

La historia de la categoría reina nos demuestra que a esa edad aún se puede brillar. Se puede luchar con los más jóvenes -aún si estos tienen la mitad de años, como Max Verstappen-, se les puede batir y se puede ganar. A la velocidad de Alonso hay que añadir su experiencia. Sabe de qué va esto de la Fórmula 1 y los últimos años en Ferrari demostraron que estaba en su mejor momento de pilotaje. Sobre 2015, poco se puede decir. Es difícil juzgar a alguien que no tiene un coche que le permita sumar puntos. Y ahí es donde está la clave del asunto.

Fernando Alonso se encuentra ante una situación tan difícil que bien podría ser que no ganara ningún otro gran premio de Fórmula 1. McLaren está lejos aún de los coches de delante pero es que además, Ferrari y Williams están 'in crescendo' mientras que a Red Bull casi sólo le falta un propulsor que funcione; lo mismo que le falta al equipo de Woking. Hay una diferencia, eso sí, que será siempre crucial. El paquete de Honda es mucho menos convencional y por lo tanto conlleva más riesgo aunque también más ganancias potenciales. Tras años con un techo muy claro en Ferrari, Alonso optó por aquello de 'doble o nada'.

No hay nada que demostrar a estas alturas. Ni a sí mismo ni a la prensa ni al mundo de la Fórmula 1. Alonso ha llegado al punto de ser considerado uno de los grandes de la historia de la categoría y lo que quiere es volver a ser campeón. Conseguirlo con McLaren-Honda sería un 'bonus'. No habría servido de nada quedarse un par de años más en Ferrari como estaba previsto y retirarse con cinco o seis victorias más. Pero hay que entender la situación; Alonso ha puesto su fe en un proyecto que no espera ganar a corto plazo.

Pero si lo del corto plazo es algo que no funciona con McLaren y Honda, para Alonso lo que no vale es el largo plazo. Tener un coche que fuera capaz de luchar por el título en 2017 -tercer y último año del actual contrato de Fernando con McLaren- puede ser un objetivo realista pero para ese entonces, los 36 años pueden pesar. Aún más importante; cada campeonato no ganado sería una bala menos en la recámara, siendo la siguiente casi inevitablemente menos potente.

Lo que es difícil, pero posible en 2017, puede ser una quimera en 2018 y completamente imposible en 2019, particularmente si para entonces el compañero de equipo de Alonso no es Jenson Button -ligeramente más veterano y con los días contados- sino un más experimentado Kevin Magnussen o un Stoffel Vandoorne más desarrollado, ambos con más futuro dentro del equipo. Todo esto, suponiendo que McLaren consiga tener un coche y Honda un motor que permitan a sus pilotos luchar de tú a tú con los Mercedes, Ferrari, Williams y Red Bull.

Formar una estructura ganadora lleva su tiempo y los últimos ejemplos son una muestra clara de ello. Ferrari tardó cinco años en ganar el título tras la llegada de Michael Schumacher, Renault se impuso con Alonso en el cuarto año tras el retorno de la marca de forma oficial con la revolución que trajo a Benetton y Red Bull tuvo que esperar al quinto año en la Fórmula 1 para ganar carreras y al sexto para llevarse los títulos de pilotos y constructores. Pero seguramente, el caso más relevante es el más reciente.

Mercedes estuvo tres años sufriendo con un monoplaza poco competitivo mientras intentaban descubrir cómo ganar. Lo hicieron con el piloto más laureado de todos los tiempos y aunque la edad de Schumacher en esta etapa poco tiene que ver con la de Alonso en McLaren, sí que da un ejemplo de lo que podemos ver; un coche poco competitivo, un piloto experto que sabe sentar las bases pero que se marchita mientras espera que llegue su oportunidad. Les llevó tres años ganar un gran premio y cinco alcanzar el título. Y para aquel entonces, el hombre que inició el desarrollo ya no estaba en el equipo.

Con toda la información de la que se dispone en mano, lo más sensato sería afirmar que Fernando Alonso difícilmente llegará al ansiado tercer título. Aunque sí es posible que llegue a disfrutar de un McLaren que le permita volver a ganar. Lo que está claro es que si su carrera deportiva termina en este equipo, su futuro dependerá totalmente del material que se le pueda ofrecer. No hay tiempo para emigrar a otra escuadra y empezar un nuevo proyecto. Hay que poner toda la carne en el asador de Woking y cocinarla con la mayor habilidad posible. Aunque nunca hay que olvidar que en la Fórmula 1, un 'invento' acertado puede darle la vuelta a la parrilla con facilidad.

Por fortuna, lo que sí parece es que independientemente de lo que suceda en la Fórmula 1, tenemos Fernando Alonso para rato. En 2015 habría competido en las 24 horas de Le Mans -y en las 6 horas de Spa del pasado fin de semana para prepararse- con Porsche, de no ser por la negativa de su actual equipo. La legendaria carrera de resistencia es algo que Alonso siempre ha querido descubrir por sí mismo y seguramente acabe haciéndolo tarde o temprano. Además, con el talento demostrado y sin tanto énfasis en la velocidad pura de los jóvenes de la Fórmula 1, opciones de ganar las tendría.

Un servidor se imagina lo espectacular que sería verle intentar la triple corona del automovilismo. Es campeón del mundo de Fórmula 1 y ganador del Gran Premio de Mónaco y tiene una edad que aún le permitiría irse a Le Mans con opciones de victoria. ¿Se atrevería con las 500 millas de Indianápolis? Sería espectacular, sin duda. Que levante la mano quien disfrutaría de algo así, llevando además la gran cita americana a los hogares españoles -sabemos que sucedería-. "Why not, champ?"