Alex Palou: ahora ya soy campeón de la IndyCar

Este torbellino empezó en la misma línea de meta de Long Beach. Esa tarde fui del Victory Lane a la rueda de prensa y de la rueda de prensa a una serie de eventos y sesiones de fotos. Tuve a mi pareja al lado. Mi padre también estuvo ahí, aunque cuando mi agenda se empezó a complicar me dijo que se iba a celebrarlo con mi preparador físico, que era la primera vez que venía a una carrera. Yo me pude unir a ellos más tarde cuando ya había hecho todo lo que tenía que hacer. Cenamos con unos patrocinadores y esa noche lo celebramos con unos tequilas.

Tenía previsto volver a mi apartamento de Indianápolis ese mismo domingo por la noche, pero no pudo ser. Entre celebración y celebración, vino una persona del equipo de comunicación y me dijo: ‘Escucha, que al final no te vas, que te tienes que quedar en California un par de días más para hacer cosas de prensa’. Habré hecho unas 10 o 15 entrevistas por día desde entonces, así que ya debo de llevar un centenar. Ahora ya tengo bien memorizada la respuesta a la pregunta de si me veo corriendo en la Fórmula 1 algún día.

Así que eso es lo que implica ser campeón de IndyCar. Estuve un par de días en California y luego volé a Indianápolis para continuar con las actividades de prensa. A mí siempre me ha gustado organizarme yo mismo las entrevistas, pero esta vez vi rápidamente que sería imposible porque estaba del todo sobrepasado. Después de la carrera me escribió toda la prensa, muchos medios de Estados Unidos que yo no conocía, así que tuve que pedirle ayuda al equipo para no terminar sepultado en el intento.

Ha sido bonito hablar con tanta gente de lo contento que estoy y la gran temporada que hemos hecho. He hablado con mucha gente, también con el New York Times, que siempre hace gracia porque quizá es el único medio de Estados Unidos que todos los extranjeros conocemos antes de mudarnos aquí. Sólo he tenido un par de momentos para descansar: el vuelo de regreso a Indianápolis y este último domingo, aunque creo que eso ha sido porque no había nadie que quisiera hablar conmigo en un día festivo.

Ese viaje de Los Ángeles a Indianápolis fue bastante útil porque me permitió ponerme al día con todos los mensajes de WhatsApp que había recibido. El domingo después de la carrera tenía 400 o 500 mensajes por leer de personas que tenían mi contacto privado. Esa noche contesté a los de la familia y poco más, y luego durante ese vuelo me tiré cuatro horas respondiendo a todo el mundo. Cuando aterricé ya no me quedaba ninguno pendiente.

En ese avión tuve por acompañante a la Astor Cup, que viajó en clase business. La copa es tan grande que no cabe en un asiento normal y es demasiado valiosa como para perderla de vista en la bodega con el resto del equipaje, de modo que la gente de la IndyCar le pagó un asiento en business como si fuera una persona más. De hecho, el trofeo siempre ha estado custodiado por alguien de la organización. La copa original pertenece a IndyCar y tan sólo me la han cedido puntualmente para fotos y eventos con los medios.

La copa que yo me podré quedar la recogí el viernes pasado en la cena de gala de final de temporada. Es una réplica un poco más pequeña que la original, de modo que es como si fuera la hija de la Astor Cup. Me hace ilusión tenerla, porque normalmente los trofeos que ganas se los queda el equipo. En este caso es distinto. Creo que la pondré en la oficina que tengo en la habitación del simulador, en una estantería junto a los dos cascos de la Indy500 y otros cascos especiales que tengo en la colección. Quedará chulo. No creo que la traiga conmigo a casa estas Navidades, porque sigue siendo una copa muy grande y me da miedo pasarla por el aeropuerto.

La cena de gala también tuvo lo suyo. Cuando recibí la invitación, lo primero que hice fue informarme de cómo tenía que ir vestido. Vi que tenía que ir arreglado, así que decidí que iría con pajarita. Nunca había llevado una y me hacía mucha ilusión. Quise comprarme una de verdad, no una de esas que ya venden hechas. Luego busqué tutoriales en YouTube para hacerme el nudo, pero obviamente no me salió bien. Pregunté en el equipo si alguien sabía hacerlo y hubo uno que me dijo que sí, que no me preocupase y que me la pondría diez minutos antes de la cena. Pero salió mal, porque tampoco le salió bien. Acabé llegando a la cena sin la pajarita. Por suerte, alguien que trabajaba ahí se enteró no sé cómo de mi situación y me llevó a un sitio apartado para ponérmela, así que terminé la noche bien contento con mi pajarita y la copa de campeón.

Esa noche estuvo muy bien. Los pilotos y jefes de equipo venían solos, pero nosotros pudimos invitar a todos los mecánicos e ingenieros de mi coche porque habíamos sido los campeones. Fue bonito que ellos también estuvieran presentes para escuchar el momento de los discursos y fue una gran sensación hablar delante de todo el mundo como campeón de la IndyCar para darle las gracias al equipo por el gran año que hemos hecho.

Llegando a la cena de gala, aún sin la pajarita

Chip Ganassi y el resto de mi equipo en la cena de gala

Ahora la temporada ya ha acabado, pero aún no estoy de vacaciones. Esta semana me toca simulador. El martes he estado rodando en Laguna Seca y el miércoles me tocará Long Beach. Estamos validando todo lo que hicimos en esas carreras para ver si lo que hicimos ahí estuvo bien o si podemos hacer algunas cositas más para mejorar. Ahora es el mejor momento para hacerlo porque es cuando tenemos el recuerdo más fresco de esas carreras y sabemos exactamente qué necesitábamos del coche para ir más rápido.

Somos campeones, y eso que las cosas se nos habían puesto muy mal tras la rotura de motor en Indianápolis y el accidente de Gateway. Mantuvimos la calma, hicimos los deberes antes de las tres últimas carreras y lo rematamos con dos podios y un cuarto puesto.

Ser campeón es muy difícil. Esto son carreras y siempre pueden pasar cosas imprevistas, y el campeonato es muy largo. Hay muchos pilotos con opciones de ganar y hay gente con mucha más experiencia que yo. Cuadrarlo todo en una misma temporada es algo realmente difícil, pero es lo que teníamos que hacer y nos ha salido bien.

Esto no ha sido casualidad, sino que hemos trabajado muy duro. Estoy muy contento. Si soy sincero, no sé si me lo esperaba. Yo creía que en mi primer año con Chip Ganassi podría pelear delante y que podría pelear por carreras, pero si a principios de año me dicen que iba a llegar al final de la temporada con opciones al título… Hubiera pensado que era la hostia. No hemos tenido una temporada fácil ni hemos sido campeones por casualidad. Nos ha pasado de todo y aun así hemos ganado.

Vamos a por 2022.

LA COLUMNA DE ALEX PALOU: TEMPORADA 2021 DE INDYCAR