Dos horas finales de infarto que decidieron el ganador de Le Mans

A menos de dos horas del final todo pudo estar perdido para Ferrari, pero Le Mans eligió: la bola de la suerte llevaba escrito un número, #50.

El director de carrera, llamaba al Ferrari #50, ya con Nicklas Nielsen para los últimos stint, a boxes para reparar una puerta que no cerraba bien. El equipo esperaba esa llamada y ya había advertido al piloto que intentará cerrarla. No pudo ser. Y Nielsen entra a falta de una hora y 42 minutos, quedando fuera de secuencia en las paradas.

Al salir a pista pudo producirse un ‘unsafe release’, que se anunció sería investigado bastantes minutos más tarde… pero fue desestimado.

Poco después, ‘Pechito’ López superaba a Alessandro Pier Guidi y este tenía un incidente con el otro Toyota, con lo que fue penalizado con cinco segundos, además del tiempo perdido, casi medio minuto.

La diferencia del 50 en cabeza parecía suficiente… pero no lo era. Debió parar a 50’ del final para el último repostaje, muy justo, demasiado justo para llegar a la meta; incluso insuficiente si el Toyota presentaba batalla.

Cuando el Toyota y el segundo Ferrari repostaron para el último stint, a unos 40 minutos del final, la ventaja era de 32 segundos, pero resultaba muy justa. ‘Pechito’ lo sabía y atacó muy fuerte; de hecho ya lo había hecho antes y se fue de exclusión a falta de 58 minutos.

Faltaba media hora cuando Daniel Serra, con un Ferrari GT, aparcó su coche al borde de la pista. ¡Pudo haber sido el final!. Pero Eduardo Freitas, el director de carrera, decidió que la ‘slow zone’ bastaba… allí donde en F1 seguro hubiera sacado un safety. Aquí estuvo la clave de la victoria: no dejó que el Toyota se enganchara al Ferrari y pero sobre todo permitió a este un pequeño ahorro de combustible que sería brutal.

López lo intentó de nuevo y volvió a ir de excursión, pequeña si se quiere, pero a falta de 18’ en Toyota le dieron una consigna: debía asegurar al menos el segundo puesto.

Mientras, Nicklas gestionaba el consumo de combustible… la ‘línea roja’ estaba clara: faltaba bastante más de una vuelta y apenas restaba un 10% de energía disponible. En las últimas nueve vueltas cedía de 4 a 5 por giro. Al final, cruzó la meta con un 2% que no hubiera servido para un giro más. Pero el margen fue claro: 14 segundos de ventaja.

Dicen que Le Mans escoge al ganador. También qué Le Mans lo gana quien menos para. Pese a la parada de la puerta, el Ferrari ganador paró cinco veces menos que el Toyota #7 y tres menos que el otro Ferrari y el otro Toyota. Estaba claro.