¿Macan 'Four' o Macan Turbo? Hemos conducido ambos Porsche y elegimos nuestro favorito

Entrar y conducir el Macan es fácil y cómodo, pero el asiento está más bajo y el piso más alto, así que los de mayor estatura tenemos que tener una posición más retrasada para apoyar bien los muslos en los asientos… o perder algo de confort. Con la nueva posición del cambio la consola se despeja, pero se pierde algo del 'glamour' de aquellas palancas mecánicas que ya no volverán, al menos el botón de arranque sigue en la izquierda... así que arrancamos, aceleramos y ¡wow! este coche anda, anda de verdad, y no sólo acelera como muchos eléctricos, sino que, aunque te pega al asiento, el coche no cabecea o traspasa su peso a la trasera de forma escandalosa.

Empezamos nuestro recorrido con el Macan Turbo de suspensión neumática y dirección trasera y el coche maniobra de maravilla, casi como si no sintiéramos esa ayuda de cinco grados de giro que tan bien nos irá unos kilómetros más arriba, en plena montaña. En la ciudad se desenvuelve muy bien y en absoluto se siente grande. Porsche no emplea el sistema 'one pedal' de retención hasta parado, así que el coche decelera de forma muy natural hasta que lo paramos con los frenos, con un tacto típicamente Porsche, es decir, acariciamos el pedal y el coche frena de verdad. Su tamaño es comedido, y entre atascos y tráfico –hay que ver cómo está la Costa Azul– afrontamos por fin la montaña.

Las carreteras de aquí son de dos carriles sin arcenes, con muy poca anchura, en plena montaña y con mucho tráfico y ciclistas pero aún así, buscamos terreno despejado y empezamos a darle un poco de vidilla al Macan, que responde con la entereza habitual en la marca. Se sujeta muy bien, la carrocería balancea poco y los frenos parecen indestructibles, aunque como veremos más adelante, tendrán sus límites. Lo que más me gusta es la precisión de la dirección, lo que menos, que no tenga esas levas de retención tras el volante que tan bien vienen en los coches eléctricos. Para perder velocidad hay que tirar siempre del pedal de freno –fíjense qué cosas– y eso hace que el coche pierda un poco más de ritmo… al menos hasta que nos dejamos llevar y nos atrevemos a meter los 2.500 kilos que pesa en cada curva con más aplomo y velocidad que antes. Una, otra, otra más, la aceleración es bestial, y si queremos probar el 'boost' que es de serie en los dos Macan presentados, tendremos en este caso 639 caballos de potencia ¡639! que digo yo que podrían haber redondeado a 640 ¿no?. Falta el sonido, falta la emoción de extraer la quinta esencia de una mecánica, pero la velocidad está ahí… y la destreza de las suspensiones también. Mover y sujetar esta masa no es ninguna broma y Porsche se lo toma en serio, así que, sí, es más duro de lo que pensábamos. Por otra parte, la dirección trasera ayuda a tener una agilidad extra, y a buen seguro que este coche pierde mucho sin ella en zonas de curvas, así que si lo nuestro es esto, curvas y conducción, mejor gastar los alrededor de dos mil euros en una opción que tiene toda la pinta de ser de serie en los eléctricos de gama alta en pocos años. Los frenos, decíamos, no desfallecen… pero tampoco los hemos podido probar tan a fondo como para fatigarlos. Por cierto, el Taycan tiene dos marchas y el Macan tiene una relación directa de una única velocidad y aun así alcanza los 260 kilómetros/hora.

Tenía ganas de conducir, sobre todo, el Macan 4. Por que 85.300 euros es un precio realmente competitivo. Es lo que cuesta un Kia EV9, por ejemplo, que es otro tipo de SUV eléctrico pero… que un Porsche y un Kia cuesten lo mismo no deja de ser chocante. El 'Macan Four' es más cómodo, todo lo cómodo que puede ser un coche con 408 caballos, tiene una suspensión más suave, es algo menos rápido –decir lento sería una tontería porque alcanza los 100 kilómetros/hora en 5,2 segundos– y se mueve con el buen aplomo de una suspensión 'pasiva' de muelles, a la antigua usanza, donde Porsche suele echar el resto para tener un coche simplemente efectivo. Me gusta más su confort y, de nuevo, echamos de menos las levas para poder 'frenar' con más progresividad además de regenerar batería. Es ágil y preciso, y muy rápido, pero no tan deportivo, y eso a mi me gusta, creo que encaja más en el carácter de un SUV familiar, y por mucho que ahora se lleven las prestaciones extremas en cualquier tipo de coche, para mi un SUV es un vehículo en el que viajar cómodo, con calidad y, si queremos, muy deprisa, pero no tanto para ir de tramo, aunque estoy seguro de que se venderá más el Turbo que el Macan 4 en este lanzamiento.

Nos quedamos con las ganas de conocer el consumo real a velocidad de autovía, que van a marcar los kilómetros que podemos hacer entre paradas –calculamos unos 300– y si va a poder ser un buen coche para viajar, que todo apunta a que sí, pero para eso tendremos que hacer una nueva prueba en España, y es que cualquier excusa es buena para conducir este coche.

Entretanto, si vale la pena uno u otro depende de las necesidades de cada uno, pero un Macan 4 bien equipado –mi configuración se ha ido a los cien mil euros– se nos antoja una de las mejores opciones para el uso familiar. En cuanto al equipamiento opcional, mucho ojo al diámetro de las llantas, ya que aumentan el consumo y disminuyen la autonomía. Vale la pena unas llantas 'estándar' aunque de diseño abierto y poder aguantar unos kilómetros más entre puntos de recarga. En cambio, bienvenido un techo solar que se abre muchísimo, los nuevos asientos con masaje, las cortinillas eléctricas traseras, la pantalla para el pasajero o los tapizados exclusivos…, pequeñas cosas que hacen la vida más fácil, también en un coche eléctrico… y que mejoran su reventa sin complicarnos la vida en la mecánica.

En el Macan Turbo la dirección trasera nos parece muy necesaria y, a partir de ahí, llantas, tapizados interiores exclusivos y un color de los 59 que no son de serie también nos apetecen para convertir el coche en un exótico modelo, así que vale la pena preparar la cartera. De serie viene, por cierto, con 'turbonita' que es un acabado con todos los logotipos de Porsche en color negro. ¿Sacrilegio o tendencia? Si tenemos en cuenta que este es un Porsche, SUV y eléctrico, bienvenidos sean los sacrilegios.