Marcello Gandini: De diseñar los mejores deportivos italianos a inspirar el Tesla Cybertruck

Porque, ¿qué puede tener un diseño para que Elon Musk lo elija para 'que sus coches del futuro parezcan del futuro'? Algo especial, sin duda, el toque de un diseñador maestro, capaz de obras como el Lamborghini Countach, el Lancia Stratos o el Bugatti EB110, coches que muchos soñamos con conducir, no digamos tenerlos en el garaje, pero también diseñó modelos como el Renault Supercinco, el Citroën BX, el Alfa Alfasud o el BMW Serie 5, modelos que, en muchos casos, podía comprar prácticamente cualquiera que tuviera al alcance adquirir un coche nuevo y que tenían el toque de uno de los magos del diseño.

Gandini nació en 1938, y su primer trabajo en un estudio fue para sustituir ni más ni menos que a Giugiaro en la casa Bertone. La compañía italiana lo contrata en 1965, con 27 años, y uno de sus primeros encargos es el ahora considerado el primer superdeportivo del mundo: el Lamborghini Miura, un automóvil de escándalo con motor V12 central transversal. Gandini lo diseña en pocos meses para presentarlo en el Salón de Ginebra, donde resulta un tremendo éxito. Tras su consagración llegaron más encargos, y durante sus 14 años en Bertone Gandini firma los Lamborghini Jarama y Espada, el Alfa Romeo Montreal, modelos de Maserati, el Fiat X 1/9 o el Bertone Carabo, donde empieza a imponer unas líneas que culminan, sobre todo, el Countach. ¿Cómo ha podido un diseño así seguir levantando expectación cincuenta años después? Es imposible no identificarlo como uno de los diez coches más atractivos de esa época dorada del automóvil: sus líneas rectas, sus aristas, sus tomas de aire, su afilada trasera…

Para muchos, esa es su obra cumbre, pero detengámonos en coches más 'mortales'. En 1982 lanza el Citroën BX, el mismo que quizás tuvo tu padre, o tu tío, o los padres de aquél amigo del cole. Con su estilo rectilíneo, la rueda trasera tapada y aristas por todas partes, el del BX es un diseño que, en realidad, Gandini había realizado ¡para Volvo!, y que los suecos vieron demasiado arriesgado… para luego inspirarse en él de cara al Volvo 480 Coupé. Del Citroën se vendieron más de 2 millones de unidades en doce años que mantuvieron a tope incluso la fábrica española de Vigo, de dónde salió su versión 16 válvulas, el primer modelo con ese tipo de mecánica ‘made in Spain’. Entre sus coches populares, a Gandini no se le caían los anillos al inspirarse en modelos ya existentes, como ocurrió con el Renault Supercinco. La marca tenía que sustituir el R5 y Gandini, ya fuera de Bertone, fue llamado a hacer su magia, como ya había hecho con la versión turbo del R5 de competición. Y así llegó el Supercinco -1985-, con 3,5 millones de unidades en once años, más de 300.000 coches anuales, lo que lo colocaría ahora mismo en el Top 5 europeo con gran diferencia.

Pero aunque sus coches más 'populares' fueron siempre atractivos –el Autobianchi Mini, muy popular en Italia, el Alfasud, primer modelo popular de Alfa o el BMW Serie 5, donde colaboró con Paul Braq, también tienen su magia–, su especialidad fueron los deportivos. Tras iconos como el Lancia Stratos y, por supuesto, también un Ferrari como el 308, su estilo supo evolucionar con los años y creó en los noventa un superdeportivo hoy icónico, como el Bugatti EB110 de la compañía impulsada por Romano Artioli en plenos tiempos de crisis, el Maserati Quattroporte, un símbolo de elegancia que hoy en día nos sigue cautivando, el Lamborghini Diablo, que también hoy inspira a los deportivos de la marca o el Cizeta Moroder, una locura creada por Claudio Zampodi –de ahí la C y la Z de 'Cizeta'– y el músico Claudio Moroder que vistió un motor V16, transversal como en el Lamborghini Miura, en su espectacular carrocería. Gandini siguió trazando coches hasta, al menos, el año 2000, cuando presentó el De Tomaso Pantera 2000, un coche que sabía interpretar las tendencias del diseño para llevarlas al genuino estilo Gandini. A partir de ahí, llegó el reposo del guerrero, la admiración de sus obras por parte de un público cada vez mayor, e incluso la reedición del EB110 por parte de Bugatti, en una obra que no fue muy de su gusto porque le resultaba poco innovadora respecto a los coches que él siempre había firmado.

Ahora, con 85 años, cierra su vida, pero no su obra. No sólo Tesla se ha fijado en el Countach para diseñar su Cybertruck; para muchos, en el nuevo R5 hay más del Supercinco de Gandini que del modelo original, y su obra seguirá inspirando a las nuevas generaciones de diseñadores, mientras el resto de los mortales nos conformamos con intentar poseer uno de sus diseños. Quizás no un Countach, pero quién sabe si un Maserati Quattroporte o, más modestamente, un R5 GT Turbo con el que soñábamos ya de jóvenes.