Alex Palou, una remontada para la historia con el 'morro' roto

El planteamiento parecía claro: Alex iba a perder una parte de su ventaja al frente de la clasificación. Y, en lugar de eso, la ha aumentado. Salvo los dos séptimos puestos de las dos carreras iniciales, el de Sant Antonio de Vilamajor siempre ha acabado en los ‘top 5’, no acumula ningún abandono y por el contrario puede mostrar cuatro victorias.

"Sabíamos que la carrera iba a ser movida y tuvo muchos altibajos con los accidentes de Alexander Rossi y Hélio Castroneves. Creo que ganar aquí habría sido posible, aunque estaba claro que saliendo decimoquinto no era factible", dijo tras la carrera.

No era factible, pero casi fue real, pese a los problemas finales que tuvo a causa del ala delantera y el morro rotos. Quizás en otro circuito ello hubiera sido más doloroso, pero en Toronto el español supo convivir con ello como si nada sucediera pese a que el ala cada vez oscilaba más.

"Toqué el ala delantera con el muro al esquivar a Castroneves, pero incluso con el ala en esas condiciones el coche iba bien", señaló Palou. Palou había parado con la bandera amarilla provocada por Romain Grosjean –con el que Palou se rozó varias veces en los inicios de carrera, intentando superar el muro que representaba el francés– y había quedado tras Castroneves y Kirkwood cuando al relanzarse la carrera este último tocó al brasileño, que hizo un trompo y Palou pudo evitar el monoplaza atravesado en la pista, pero no rozar el muro.

Todo hubiera podido acabar aquí, pero Alex quiso tentar a la ‘suerte de los campeones’ y mantenerse en pista con el alerón oscilante antes que parar en boxes a cambiarlo, lo que casi seguro le habría costado quedar rezagado, más allá de los ‘top 10’.

Al ver el alerón al final, Palou se sorprendió. "¡No pensé que fuera tanto! Las pegatinas han aguantado el conjunto. Notaba que en algunos lugares el ala rozaba al suelo, que iba a más y de repente dejé de ver la parte derecha del ala y asomar la izquierda. Claro, no era fácil pilotar así, pero mi mayor preocupación era el combustible".

El catalán llegó a ser líder de la prueba, pero no quiso entrar en la batalla final con Lundgaard. El danés no entra en la batalla por el título y plantarle cara era un riesgo inútil dadas las circunstancias. Palou arriesgó con un cambio de gomas y repostaje antes de lo previsto, aprovechando la amarilla. Eso le permitió ganar varias posiciones a costa de llegar justo al final, gestionando. En esta ocasión, había que correr con la cabeza.

"Tuvimos que gestionar las gomas, pero sobre todo intentar ahorrar toneladas de combustible para llegar al final, así que acabar segundo ha sido muy satisfactorio", dijo Palou, que pudo llegar sin tener que parar en las dos últimas vueltas, cosa que tuvieron que hacer otros pilotos que emplearon la misma táctica. Una buena muestra de ese trabajo es que Alex fue el piloto a quien, con diferencia, le restaban más segundos de uso del ‘push to pass’: no llegó a usar ni la mitad de los segundos permitidos para ahorrar combustible.

Al final, viendo el coche admitió que no sabía "cómo aguantó esa ala delantera. Estoy muy feliz. Gracias al equipo Ganassi por su increíble trabajo este fin de semana y por su acierto en la estrategia".