Y después del diluvio, poco cambió: Pole de Hamilton y Vettel segundo

Unos imponentes rayos lo anunciaron y el diluvio llegó. Los quince pilotos que se clasificaron para la Q2 sabían que la tormenta era inminente y salieron en tropel a la pista, y después de marcar su primer tiempo, no les dio tiempo a registrar un segundo. De pronto, el cielo les cayó encima y tuvieron que afinar las manos y sacar los remos para llegar de una pieza a sus garajes. Algunos, lo hicieron ya sin opciones de avanzar a la sesión final, como Sainz y Räikkönen.

El crono se agotó viendo como el asfalto del trazado asiático se convertía en un río. 15 minutos más tarde amainó y hubo que esperar otros 15 más para que diera comienzo la ronda final. De nuevo, prisas por salir a la pista, y una duda: calzar los Cinturato extremos o intermedios. Pronto se disipó la duda. Los compuestos verdes eran los adecuados y Hamilton tardó poco en demostrarlo. En su primera vuelta marcó un tiempo que ya nadie sería capaz de superar.

Segunda Pole de la temporada para Lewis, dos de dos, y la cuadragésima de su trayectoria. Un número redondo para el británico que a punto estuvo de evitar Vettel. Mientras los Mercedes jugaban al gato y al ratón tirando una vuelta a la basura con un nuevo juego de intermedios, Sebastian tiró de su mejor armamento y volvió a demostrarnos lo mucho que le gusta el asfalto mojado. Pasó por meta y se quedó a 74 milésimas de dar la campanada.

Solo un peor tiempo en el segundo sector hizo que se quedara por detrás de Hamilton, pero, al menos, su talento innato cuando las gotas le resbalan por el casco le valió para sobreponerse a Rosberg y dejar a las flechas de plata sin la primera fila de la parrilla, esa que tienen por costumbre visitar cada sábado de Gran Premio. La explosión de alegría del box de Ferrari estalló en sus oídos cuando consiguió una proeza de tal magnitud solo permitida por la lluvia.

Esas mismas condiciones anómalas hicieron poco reconocible el resto de las posiciones de la parrilla. Y es que, detrás del trío de cabeza no vemos a ningún Williams, los que se supone que tenían plaza reservada en ese lugar, sino a una avanzadilla de motores Renault. El agua ocultó las deficiencias de los criticados propulsores del rombo y sus monoplazas pudieron hacerse con unas notables posiciones de salida. De la cuarta a la sexta. Ricciardo, Kvyat y Verstappen, por ese orden.

Solo faltó a la cita de los galos el ya mencionado Sainz. No lo merecía, como así indica la cuarta posición con la que se clasificó en la Q1 calcando el tiempo de Vettel, pero se vio en un fuego cruzado bajo la tormenta del que no salió bien parado. Su nobleza le llevó a reconocer un error por no anticiparse a la lluvia. De todo se aprende. Carlos fue la primera de las malas noticias para nuestros representantes de los españoles, hubo dos más. Todas.

En el de Toro Rosso estaban puestas las esperanzas de la bandera roja y gualda porque de Alonso y Merhi no se podía esperar mucho. McLaren ha recortado algo de distancia a sus rivales, pero no la suficiente como para pasar el corte de la Q1. Allí se quedó Fernando por detrás de Button y difícil tendrá salir de ahí en carrera. Y Roberto tuvo suficiente con probar el asfalto, algo que Stevens no hizo por problemas en la bomba de la gasolina de su Manor.

De vuelta a los diez primeros, encontramos en sus dos últimas filas a los Williams mezclándose con un Lotus, el de Grosjean, y un Sauber, el de Ericsson. El monoplaza azul que sorprendió en Melbourne de Nasr, se quedó fuera a la primera de cambio. Y, entremedias de todos, los Force India. Desorientados, estancados y cabreados como reflejó Hülkenberg ante las cámaras. Mañana la lluvia podría cambiarlo todo. Ya saben, esto es Sepang.