Suma y sigue: Max Verstappen ya tiene su tercera corona

No ha sido algo inesperado. El joven neerlandés está ejerciendo esta temporada uno de los dominios más dictatoriales que se recuerdan en la Fórmula 1. Y parece llamado a romper todos los récords existentes.

Recién cumplidos sus 26 años, no sólo ha logrado tres títulos mundiales, sino que ha subido al podio en la mitad de todas las carreras que ha disputado, 92 de 179, y ha ganado más de una cuarta parte de los Grandes Premios en los que ha tomado la salida, 48 de 179). Además, ha sumado nueve ‘hattricks’ y tres ‘grand chelem’.

Max parece llamado a batir todos los récords de  la categoría… si está el tiempo suficiente en ella. Su nombre estará siempre asociado al de Hekmut Marko y Christian Horner… sin olvidar, como muchas veces sucede, a Adrian Newey.

Marko creyó en él desde que lo vio. Puede decirse que se convirtió en su protector, su tutor… y apartó de su camino todo lo que podía retrasar o dificultar su ascensión. Max saltó de la Fórmula 3 a la Fórmula 1 y su precocidad fue tal que asustó a la FIA que impuso el ‘sistema de puntos’ para evitar saltos tan precoces, un solo año en el automovilismo.

Max tiene un talento innegable. Pero a la vez ha sido ‘programado’ para ganar… o para arrasar, mejor dicho. Lo suyo es ganar, ganar y ganar. La dura escuela de su padre, Jos, no le dejaba otra opción.

Desde que llegó a la Fórmula 1 se le vio como un campeón. Rápidamente Marko lo subió de Toro Rosso a Red Bull, convencido de que seguir su formación normal era perder tiempo. Era superdotado y tenía que ser tratado como tal.

Tuvo que tener un poco de paciencia. Eran los años de dominio de Mercedes, años en los que Red Bull se veía ‘mortificada’ por el motor Renault. Incluso Newey sufrió por no tener un motor a la altura de lo que sus coches merecían. Pero desde que tuvo el coche adecuado, gracias al salto casi temerario al motor Honda, no ha perdonado.

Fernando Alonso dijo en su día que necesitaba ganar su primer título con Schumacher en pista; si no estaba Michael, valdría menor. Max ha hecho algo parecido: ganó su primer título cuando Hamilton y el invencible Mercedes estaban en pista… 

Algunos vaticinan que acabará siendo el mejor de todos los tiempos. Es difícil decirlo. Sólo es previsible que tras este lleguen dos títulos más, los de 2024 y 2025, pues nadie ve posible que los equipos rivales puedan poner un coche a su altura.

Ya se sabe, el mejor piloto acaba siempre llevando el mejor coche. Es ley de las carreras. Y entonces, claro... Poles, victorias y títulos se acumulan en auténtica racha. Quizás acabará un día, seguro, pero en el paddock no esperan que sea antes de 2026, cuando nuevas reglas entren en vigor.