Suenan las alarmas en Red Bull: ya no son imbatibles

En 2023 sólo Carlos Sainz logró superarlos en una ocasión, en Singapur. Este año, Carlos y Lando lo han logrado, en Australia y Miami. Un denominador común: en ambos casos se trata de circuitos urbanos. También es cierto que han mediado dos circunstancias: los problemas de frenos de Max en Australia y el safety car de Miami. Pero en ambos casos ahí estaban Sainz y Norris para aprovecharlos.

La situación podría haber sido todavía peor de no mediar las carreras sprint, donde Max ha cosechado dos victorias mientras sus rivales más cercanos no han estado tan favorecidos; Lando ni siquiera puntuó en el sprint de Miami.

Cuando a finales del pasado año Christian Horner llamó la atención de los suyos señalando que esta temporada iba a ser más complicada, muchos pensaron que exageraba o que todo lo más temía que hubiera un cierto relajo en el equipo que les perjudicaría a la hora de compensar las mejoras de los rivales.

¿Tenía razón Horner? Toto Wolff llamó siempre la atención a los suyos en su claro dominio de la era híbrida. Nadie lo tomó en serio, pero en la última temporada de esa era, una vez Honda pudo dar un buen motor a Red Bull, Verstappen logró el título y privó a Lewis Hamilton del octavo.

Horner teme que eso pueda suceder en la era híbrida, la de su dominio. Incluso que pueda ser de forma anticipada, ya en la penúltima temporada de esta era.

Sin embargo, habrá que ver la influencia en toda esta pérdida de ventaja del ‘Horner’s Factor’, también conocido como ‘Hornergate’ y su influencia en la conexión del equipo. El malestar –cuando menos– interno puede haber sido una fuente de distracción de la gente del equipo.

La batalla interna parece tener un ganador, Horner, pero también un alto precio: el adiós de Newey. Pero todo el escándalo surgió cuando se estaba en el momento crucial de la pretemporada, los últimos retoques al proyecto antes de ponerlo en pista.

Por más que se diga que en este coche, el RB20, Newey puede que no haya tenido el rol principal en el día a día de su diseño, está claro que sus consejos y supervisión han sido claves.

Pero hay otro detalle determinante, el RB20 es mucho más que una evolución del coche dominador el pasado año, el RB19. Sorprendió en el momento de su presentación y de los primeros test; parecía ser un cambio importante de concepto, incluso una aproximación del concepto ‘zero sidepods’ que tanto daño hizo a Mercedes los dos pasados años.

Incluso Honda ha admitido su sorpresa por el cambio radical de concepto, que les ha obligado a modificar el ‘empaquetado’ de la unidad de potencia. Koji Watanabe, el máximo responsable de HRC, señaló que "nos sorprendió que, tras haber ganado 21 de las 22 carreras, hubiera decidido cambiar de concepto".

Hay un dicho de carreras que señala "coche ganador no se cambia". Es cierto que lo que podía valer en los 60 y 70 se ha quedado un tanto obsoleto en la actualidad. Pero quizás se mantiene si cambiamos ‘coche’ por ‘concepto’.

Todo ello añade morbo a la llegada del GP de Emilia Romaña, en Imola, un circuito permanente donde quizás el Red Bull pueda sentirse mejor. Ya el pasado año temían los trazados urbanos, al menos los más lentos.

Lo que está claro es que McLaren y Ferrari saben que ahora Red Bull es vulnerable. Sigue siendo muy fuerte, pero ya no imbatible. No será fácil hacerlo, pero tampoco un milagro.