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Ross Brawn ha comparado a Michael Schumacher con dos de los pilotos más destacados de la última generación: Lewis Hamilton y Sebastian Vettel. El análisis con el piloto inglés es teóricamente más fácil, pues el ingeniero británico ha trabajado con ambos pilotos y el tricampeón reemplazó al káiser en Mercedes en 2013.

Ross Brawn considera que la Fórmula 1 debe trabajar para asegurar que el modelo financiero de la competición sea viable para todos los equipos de la parrilla. El actual consejero de Liberty Media piensa que de esa forma el deporte ganaría un elemento de imprevisibilidad que atraería aún más a los aficionados y sería bueno para el deporte.

Ross Brawn se ha mostrado abiertamente crítico con la complejidad de los Grandes Premios en la Fórmula 1 actual, donde las variables estratégicas y las paradas en boxes se han erigido a lo largo de los últimos años como dos factores determinantes del resultado final. La consolidación de Pirelli como suministrador único del deporte ha incorporado un régimen de degradación más agresivo con hasta tres tipos de neumáticos a elegir en cada carrera, algo que Brawn ve confuso para los aficionados en su intento de entender el desarrollo del Campeonato del Mundo.

Brawn ha admitido que no ha acudido a una sola carrera desde que abandonó la Fórmula 1, igual ha pasado con muchos aficionados, que han quedado desencantados por culpa de las nuevas y silenciosas unidades de potencia.

Ross Brawn se quedó prendado de la habilidad de Michael Schumacher por desarrollar un equipo e involucrarse con el mismo. En Benetton consiguieron sus dos primeros títulos, en Ferrari cinco más y en Mercedes la dupla germano-británica puso las bases del actual dominio. 

Niki Lauda ha afirmado que el éxito y dominio actual de Mercedes no nació del trabajo de Ross Brawn. El presidente no ejecutivo de las flechas de plata ha revelado que Brawn no quiso trabajar con el director técnico, Paddy Lowe, y ha recordado todo lo que ha ganado el equipo desde que se fue. 

Un 23 de diciembre de 2009 se anunciaba una noticia que, pese a que no sorprendió, sí que significó mucho: Michael Schumacher volvía a la Fórmula 1, esta vez de la mano de Mercedes. El alemán cerraba así su círculo personal dentro del automovilismo de alto nivel y de paso, agasajaba a sus fans en un regreso al estilo de Michael Jordan.

Ross Brawn ha hablado con la FIA y se ha sincerado. El británico ha hablado de la evolución de Mercedes entre 2010 y 2014, y de la importancia de la política en las decisiones de reglamento. Ahí es donde entra la decisión de los equipos, y Brawn explica la implicación que tuvo en el proyecto de 2014.

Ross Brawn es una de las voces más autorizadas y respetadas de la Fórmula 1, por lo que sus afirmaciones merecen siempre ser escuchadas. Ahora, ocupado en el asesoramiento a Liberty Media, el ingeniero británico ha pasado revista a lo que llegará en 2017, un año en el que la normativa dará un vuelco y deparará una temporada llena de incógnitas. Al respecto, el ex jefe de Mercedes es claro, aunque no conoce "íntimamente" el nuevo reglamento, si cree que el resultado será una categoría más "picante".

Tras un 2015 con buenas sensaciones, 2016 volvió a ser decepcionante para el equipo Ferrari, muy lejos de su objetivo de volver a luchar por un título que lleva años sin conseguir. Ross Brawn, uno de los artífices de la última época dorada de la Scuderia, ha opinado que el equipo italiano debería recuperar la estabilidad y la confianza para poder construir un proyecto de futuro, y cree que no deben reaccionar "a tirones" para salir, poco a poco, de la situación en la que se encuentra.

Aunque aún no ha comenzado 2017, algunos ya empiezan a pensar en la próxima revolución de la Fórmula 1, algo que llegará cuando la competición dé un nuevo paso en el desarrollo de motores. La fórmula de las actuales unidades de potencia durará hasta 2020, y, en opinión de Ross Brawn, eso significa que hay que empezar a plantearse cómo será la próxima generación de motores. De hecho, el ingeniero británico ha explicado que la Fórmula 1 debería seguir siendo relevante e implantar tecnología útil para los coches de carretera, algo que la llevaría hacia los monoplazas eléctricos.