Mercedes ha encontrado los puntos débiles del W10 en Baréin

"Un gran resultado para nosotros y un gran alivio en un fin de semana en el que no éramos tan competitivos. Volvemos con esos puntos y también con indicaciones claras de lo que debemos hacer y las instrucciones que debemos tomar para desarrollar nuestro coche, para que no suframos el mismo tipo de problemas que tuvimos en Baréin".

"Nuestro objetivo es que a lo largo de la temporada tengamos suficiente rendimiento para que, incluso cuando tropecemos un poco, aún podamos estar al frente. Es el objetivo de cada equipo, pero estamos decididos a cumplirlo aquí como en las temporadas anteriores", comenta James Allison.

El ingeniero británico asegura que no esperaba estar tan arriba desde la primera cita de la temporada, después de unos test invernales poco satisfactorios para la marca de la estrella.

"Esperábamos un resultado mucho más duro en Australia después de los test. Esperábamos estar persiguiendo a Ferrari, pero en lugar de eso, nos encontramos volando en cada sesión, en la clasificación, en la carrera y en los libres. Pudimos sacar ventaja sin esfuerzo y obtener un resultado realmente sólido".

Sin embargo, con la llegada del GP de Baréin las tornas cambiaron. Ferrari dio un paso adelante para dominar un fin de semana en el que sólo los problemas de fiabilidad decantaron la balanza hacia Mercedes. Allison destaca que el W10 se convirtió entonces en un coche "infeliz".

"Son circuitos muy diferentes –Australia y Baréin– con características diferentes, y desde el principio teníamos un coche un poco infeliz. Es un poco nervioso en la parte trasera, lo que resulta un poco duro para los neumáticos, que sufrían sobrecalentamiento en la parte trasera".

"Todas esas cosas significaron perder una décima o dos aquí o allá, en comparación con un Ferrari que parecía tener en Baréin el fin de semana que nosotros tuvimos sólo dos semanas antes en Melbourne", expresa Allison para concluir.