Marchionne quería rebajar la beligerancia de Ferrari, revela Todt

Pocas voces fueron tan críticas con la categoría reina como Sergio Marchionne, férreo defensor de los intereses de una Ferrari que siempre jugó un papel protagonista en la política del deporte.

Marchionne cenó con Jean Todt y Chase Carey un mes antes de morir, en un encuentro que debía servir para acercar posiciones y abordar el futuro cambiante de la categoría reina. La cooperación de la Scuderia era más que deseable para llegar a buen puerto.

La reunión se celebró en la más estricta confidencialidad, pero Todt reveló su existencia durante una rueda de prensa que ofreció en el pasado GP de Italia.

"El 28 de junio cenamos en mi oficina de Ginebra. Estábamos Chase Carey, él y yo mismo, para hablar del futuro de la Fórmula 1".

"El día 29 me envió un SMS para decirme que había sido una reunión fantástica, y que 'nos moveríamos positivamente por el deporte'", relató en declaraciones recogidas por la revista británica Autosport.

"La cena estaba prevista para el domingo del GP de Austria, pero me envió un mensaje para decirme que no podría llegar, para ver si podíamos adelantarlo. Así que lo hicimos el 28. Luego ocurrió la tragedia".

Sergio Marchionne falleció el 25 de julio, cuatro días después de que Ferrari ejecutase una sucesión exprés en vista de su delicado estado de salud.

Ahora la dirección ejecutiva de la casa italiana recae en Louis Camilleri, que adopta un enfoque menos tenso que el de su predecesor.

"Es una persona muy brillante. Le encantan las carreras y está claro que su estilo es diferente, pero es un hombre de negocios genial. Tiene mucho talento. Es un tipo muy directo. Estoy seguro de que podremos trabajar bien. Me siento muy optimista".