El otro Ferrari azul, el de la Écurie Rosier

Sin embargo, mucho antes, hubo otro Ferrari azul. No, no me refiero al conocido y espectacular Ferrari 512S azul marino del equipo de Roger Penske que pilotaba Mark Donohue porque fue posterior y además brilló en resistencia, sino a uno ‘bleu france’ que corrió en 1952, 1953 e inicios de 1954. en manos de Louis Rosier.

Rosier era un ‘gentleman driver’ francés que corrió 18 grandes premios con un Ferrari 500 de la Écurie Rosier, creada por él mismo, cuando Talbot -era uno de los pilotos oficiales del equipo- decidió detener su participación oficial a finales de 1950. En 1951 todavía compitió con el Talbot Lago, pero ya con su propio equipo.

Además corrió otros 30 Grandes Premios fuera de campeonato con el Ferrari 500 -en cinco de ellos empleó un 375- consiguiendo 4 victorias.

La historia de Rosier como piloto comenzó justo antes de la II Guerra Mundial y se reemprendió justo tras la contienda. En total corrió 38 grandes premios y consiguió dos podios, dos terceros puestos, en 1952 con Talbot Lago en 1950. En su último GP, Alemania 1956, fue 5º con Maserati. Falleció poco después en accidente en la Copa de París, carrera sport en Monthlery.

Pero para 1952 el Campeonato del Mundo pasó a disputarse con coches F2 a falta de coches de F1. Rosier se hizo con un Ferrari 500, el mejor F2 del momento, con el que brilló -ganó- algunas carreras de F2, pero en F1 los pilotos oficiales de Ferrari no le permitieron lograr ningún punto: un 7º puesto y dos 8º fueron sus mejores resultados antes de pasar.

En 1954, el Mundial adoptó las nuevas reglas de F1, con motores de 2.5 litros. Rossier convirtió su Ferrari 500 en un híbrido 500/625, con el que compitió la primera mitad de temporada antes de pasar al más competitivo Maserati 250 S.

No fue el único Ferrari ‘no rojo’ en las parrillas de F1. El belga Jacques Swater, creador de las Ecurie Belgique, Ecurie Francorchamps, Equina National Belge puso en pista en Ferrari 500 amarillo en la misma época.