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Alonso y la burbuja de la Fórmula 1 en España

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José Miguel Vinuesa
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20 Nov 2018 - 10:57

Fernando Alonso disputa este fin de semana su último Gran Premio de F1 tras 17 temporadas y 18 años en la máxima categoría del automovilismo. No hablaremos aquí de sus obvios logros, que quedan en los anales de la historia, sino del impacto de su trayectoria en la apreciación de la F1 en España. En ese tiempo, un deporte minoritario en nuestro país ha vivido una curva ascendente que lleva años declinando, coincidiendo de manera para nada casual con el mismo descenso de resultados del piloto asturiano en las pistas. Y el sabor que deja, tanto en lo deportivo como en la permeabilidad social de este deporte, es agridulce.

Tenemos que remontarnos a 1999, cuando España recuperó su presencia en el campeonato del mundo por partida doble, con Marc Gené y Pedro Martínez de la Rosa a los mandos de un Minardi y un Arrows respectivamente. Era el fin a diez años sin presencia española en un deporte que seguía teniendo en Alfonso de Portago a su mejor representante, datado en los lejanos años cincuenta. Una competición que despertaba el interés de alrededor de medio millón de personas frente al televisor desde que la cadena pública de televisión empezó a retransmitir con cierta regularidad las carreras, que luego pasaron por tres años a Telecinco con una presencia residual –sobre todo en 1995 y 1996–. Pero es ese año de 1999 el que podemos señalar como el punto de partida del crecimiento de la F1 en España.

El magnífico debut de De la Rosa en Australia puntuando, o el mismo resultado logrado por Gené en Nürburgring, en realidad no despertaron un masivo interés, aunque sí curiosidad. Existía una sensación de que el logro tenía mérito, que estaba bien tener pilotos españoles en la categoría, pero 'eso' de la F1 era algo tan poco arraigado en nuestros gustos deportivos como el 'curling'. Si pasaba algo remarcable, de acuerdo. Si no, era un deporte de los de fuera. Y eso pese a que ese año se podían seguir las carreras por la televisión pública. Sin embargo, ese mismo año empezó a sonar con fuerza en el ambiente automovilístico patrio otro nombre: Fernando Alonso, que en el recién creado 'Open by Nissan' –el mismo que el año anterior había ganado Gené y le había llevado hacia la F1- asombró por su debut en monoplazas haciéndose con el triunfo absoluto. Algo que, además, pudo seguirse por la televisión.

Así que, mientras en el año 2000 seguían dos españoles en la parrilla de la F1, otro desembarcaba en la F3000, la antesala. Y cuando venció en la ronda belga del certamen, en Spa-Francorchamps, su nombre ya empezó a ser algo más repetido. Pero aun así, eso del automovilismo seguía siendo cosa de unos pocos. No sabíamos que teníamos los mimbres perfectos para haber tejido una gran red que colocase a la F1 al mismo nivel que otros deportes, especialmente el fútbol y las motos, ambos tan queridos en nuestro país. Y no fue por falta de oportunidades: las competiciones de monoplazas, que en el año 1999 sólo tenían el Open Nissan y la Fórmula Toyota en España, crecieron hasta crear un vivero a la altura de otros países. Del 2000 al 2002, aparecieron –y se mantuvieron- el campeonato de España de F3, o la Formula 1.6. En un momento dado, había hasta cuatro competiciones de monoplazas para la formación de nuestros pilotos. Hoy sólo queda el Euroformula Open de F3 y una renqueante F4, y en ambas hay pocos españoles al volante.

En el plano de los patrocinadores, marcas como Repsol y Telefónica apostaron muy fuerte en el año 1999 por el automovilismo, de la mano de Gené y De la Rosa. Ese apoyo continuaría, en el caso de Telefónica, con Alonso en la F3000, y luego con su llegada a Renault en 2003, mientras que Repsol saldría de la categoría cuando De la Rosa se vio sin volante en Arrows a finales del año 2000. Pero no sólo ellos, sino que otras empresas empezaron a surgir en los coches de los pilotos españoles, y sobre todo en el de Alonso. O fuera de ellos, con patrocinios personales de productos como relojes, lo que hacía que muchas marcas se volcasen en la propia F1 o en sus aledaños. Hasta el punto de que una entidad como el Banco Santander se convirtió en un patrocinador muy importante durante casi una década en la F1, no sólo en monoplazas y pilotos, sino incluso de Grandes Premios. La F1 en España era un producto atractivo, rentable y con repercusión. Estamos a finales del 2018: ¿qué queda de todo ello?

Cierto que la crisis económica hizo estragos, tanto a las categorías deportivas como a los apoyos económicos, pero los sólidos cimientos que se deberían haber asentado a partir de 1999 están hoy derruidos, y difícilmente volveremos a verlos crecer ante la ausencia de una interiorización de este deporte. Porque, no nos engañemos, creció con y gracias a Alonso. Y no lo hizo en 2001, cuando debutó, sino especialmente a partir de 2003 y sus espectaculares actuaciones a los mandos del Renault. La pasión por la F1 se había desatado, y si el aforo del GP de España de 2001 –con dos españoles en pista, De la Rosa en Jaguar, Alonso en Minardi- siguió la tendencia de años anteriores, a partir de 2003 la afluencia de público al trazado catalán aumentó hasta límites insospechados, desplazando notoriamente al tradicional público extranjero. Aparecieron más gradas, y los llenos eran costumbre año tras año. Incluso España, cosa nunca vista, gozó de dos carreras de F1 en el mismo año, durante un lustro entero, con la aparición del GP de Europa disputado en Valencia. Por comparar, es algo que sólo han tenido países como Estados Unidos, Alemania, Italia o Japón. En un deporte tan global, dos carreras en el mismo territorio eran síntoma inequívoco de que el deporte era de masas.

La F1 nunca había sido más popular en España, y seguramente nunca lo volverá a ser. Las audiencias de las televisiones crecían año tras año, pasando de aquel medio millón a 8 millones de espectadores en una carrera como la del Gran Premio de Brasil de 2006, el día del segundo campeonato del mundo de Fernando Alonso. A su vez, los derechos para poder retransmitir la temporada eran objeto de una encarnizada lucha, pasando de manos desde TVE a Telecinco, La Sexta o Antena 3, e incluso llegó a haber cuatro canales que dieron las carreras: además del nacional de turno, las autonómicas de TV3, Canal 9 y la televisión asturiana, todos con periodistas desplazados a los circuitos. Cierto es que TV3 gozaba de una gran tradición retransmitiendo la F1, hasta el punto de llegar a ser la única en hacerlo en España algún año. Pero desde 2016, ni siquiera TV3 da las carreras, que han pasado al modelo de pago, con audiencias paupérrimas en comparación con tiempos pasados. Sólo la eventual retransmisión en abierto del Gran Premio de España en 2017 dio unas cifras que rondaron los dos millones de televidentes.

Con el precoz bicampeonato de Fernando Alonso en 2005 y 2006, con la polémica en McLaren en 2007, con su llegada a Ferrari en 2010, la F1 era objeto de debate en cualquier lugar. Personas que no habían visto una carrera diez años atrás seguían ahora la temporada completa, ayudados por el desembarco de unas retransmisiones públicas de gran calidad, nunca vistas en este país, con horas dedicadas a un deporte que había pasado de minoritario a ser el más visto puntualmente, en apenas tres años. ¿Era real o una burbuja como la inmobiliaria? Era muy real, pero la respuesta la tenemos en que hoy las audiencias han caído en picado, gracias a que Fernando Alonso lleva cinco temporadas sin estar en puestos de cabeza, y al modelo de televisión de pago que también ha afectado al automovilismo. Claro, que en el país que inventó la picaresca, las opciones de visionado por internet pueden engañar en esas cifras.

Cuando Fernando Alonso, a partir de 2014, pero sobre todo desde su paso a McLaren en 2015 hasta hoy, vio mermadas sus posibilidades de competir al nivel que nos tenía acostumbrados en la pista, el interés del público más generalista, de la publicidad, de las cadenas en abierto, fue decayendo sin remedio. España, se ha dicho hasta la saciedad, no ama un deporte sino a un deportista, y sólo a aquel que gana. Y si Fernando Alonso no gana, o hace un podio o puntúa, a veces la F1 ni siquiera merece una mención en aquellos telediarios que incluso llegaron a abrir en una época sus noticias con F1. En España. La gran burbuja de la F1 en el país estalló hace tiempo y difícilmente se va a recuperar con la perspectiva de un Carlos Sainz asociado a un equipo –McLaren- que es sinónimo de desastre en nuestras latitudes. Sólo buenos resultados, de los que el madrileño es sobradamente capaz, devolverían ese interés.

Pero la realidad es que, desde hace tiempo, y acentuado con la marcha de Alonso, retrocedemos a tiempos en los que la F1 no despertaba interés general. Obviamente, se trata de un deporte que ha calado en nuestra historia deportiva y que ya a nadie le resulta extraño, que difícilmente va a desaparecer, pero los años dorados, aquellos en los que se podría haber construido un edificio compuesto por aficionados, empresas, atención mediática, y en general, cultura deportiva, se arruinó. Y se desmorona definitivamente con la marcha de un piloto que, hace 18 años, pasaba desapercibido en un paddock de un circuito español porque muchos aficionados ni siquiera lo reconocían. Fernando Alonso se marcha de la F1 dejando una impresión triste por sus últimos años. Sigue en activo, y dará más alegrías. Pero ni Le Mans ni Indy calarán en el aficionado como hizo la F1 en su momento, ni arrastrarán tanta atención, ni generarán un interés amplio por las competiciones en concreto.

Fuimos inmensamente ricos, y dilapidamos nuestra fortuna con prodigalidad sin pensar en que el futuro no podía atarse a un nombre, sino a un deporte. Una oportunidad que jamás podremos recuperar. Como nunca habrá otro Alonso.

72 comentarios
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20 Nov 2018 - 14:01
Gran artículo. En mi caso, yo contrataría F1 si hubiera alguna plataforma que lo vendiera por 10-20€ al mes, pero tener que hacerte de movistar y pagar 70 euros solo por querer ver la f1 me echa muy para atrás, y como yo más gente. El fútbol si lo puedes encontrar en varias plataformas (pero me la bufa) pero la F1 o pagas dineral o nada y así no se crea afición la verdad.
20 Nov 2018 - 14:00
Opa! Buenísimo artículo. Mucha veces uno se topa con gente que piensa así. Yo pienso que Alonso es un pilotazo. Pero solo eso, Cuando se señalan los claroscuros del personaje los termocefalos creen que se odia a España y que se es anti...... Todavia me recuerdo que uno así me dijo que los sudamericanos no teníamos historia en el f1..... No sabia que senna, piquet, fangio, el lole, fitipaldi y otros tantos son de por aca (13 campeonatos) por cierto era el.mismo ciego que insiste que Alonso y senna se parecen en su estilo Jajajajaja. José gran artículo como siempre
20 Nov 2018 - 14:00
Fernando se despide de la F1 aun motivado y con sus capacidades intactas, además quiere seguir superándose demostrando que NO se encuentra acabado, por eso para mí es un motivo de superación y alegría, ya que consiguió retirarse habiendo entregado todo y obteniendo lo que cualquier piloto busca en su carrera profesional, alcanzar la cúspide del automovilismo con el título mundial (conseguido 2 veces). Los fans alrededor del mundo, la prensa especializada y las distintas personalidades del motor reafirman el legado que deja Fernando a sus sucesores. Las leyendas del automovilismo se forjan no solo por sus éxitos conseguidos, que en el caso de Fernando fueron muchos, también se conciben por su carisma dentro y fuera de la pista, la UNICEF así lo confirma cuando lo elige embajador por su gran interés por temas sociales vinculados a la infancia. En fin, nos deja un gran piloto solo en la F1 producto de un sistema que no ofrece oportunidades a nadie, como en sus días lo demostró Jenson Button retirándose cuando todavía podía dar mucho más.
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Ascari
20 Nov 2018 - 13:57
@#6 Se creó una moda. No hubo profesionales que se preocuparan de exponer la F1 como competición. La preocupación y el desafío fue "crear " un héroe de un modo más que subjetivo. No hay arraigo en la F1. España no tiene el arraigo que tienen Italia, Japón, Brasil, por nombrar algunos. Para mi el gran error ha sido periodístico. Se buscó el negocio, el click, pero tengo claro que aunque sea una minoría se ha enganchado gente que la seguirá DESPUÉS DE.
20 Nov 2018 - 13:57
También gracias a Fernando hubo gente que se enganchó a F1 y seguirá viéndola tras su marcha. Sé que no es la generalidad, y si excepciones. Por uno sólo que fuera, gracias Fernando.
20 Nov 2018 - 13:47
Muy buenas palabras. Grandísima descripción.
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20 Nov 2018 - 13:38
Es un apena que a grandes rasgos sea verdad lo que se dice en este artículo. Me quedo con que unos pocos miles hemos crecido viendo este deporte junto a Fernando y hemos descubierto una pasión. Muchos como yo, (que llevo viendo las carreras desde que tenía 12 años y no me he perdido una, al contrario, cada día veo más y de más competiciones) amamos al deportista y al deporte y estaremos aquí para siempre. Grandes palabras, este fin de semana será duro.
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Ascari
20 Nov 2018 - 12:56
El último párrafo es para sacarse el sombrero JMV.
20 Nov 2018 - 12:49
se te olvida una parte muy importante, el transmisor de la pasión, el comentarista.
20 Nov 2018 - 12:44
Gracias José Miguel y felicidades por un excelente artículo. Y Gracias Raulos por tus palabras hacia los seguidores españoles de la F1 en general y de Fernando en particular.
20 Nov 2018 - 12:26
Felicidades por artículo, como siempre un gran artículo. Como bien se dice en el mismo: "España no ama un deporte sino a un deportista, y sólo a aquel que gana."
20 Nov 2018 - 12:20
Gran artículo. Hay que felicitar de corazón a aquellos seguidores de F1 en España y también a los incondicionales de Alonso que lo han seguido y lo seguirán, durante éstos años de sequía. Una pena que no haya cuajado bien el deporte en sí, y más por Carlos Sainzs, quien sí tiene una verdadera herencia en las tuercas y merece todo el apoyo y respeto. Saludos.
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