Sainz deslumbra a McLaren: aspiran al sexto en el Mundial

Con 101 puntos en el Campeonato de Constructores, no sólo es el cuarto equipo sino que aventaja sobradamanete a sus rivales: Renault sólo tiene 68; Toro Rosso, 55, y Alfa Romeo, 52.

En lo que a pilotos se refiere, Carlos Sainz cuenta con 66 puntos y es también el mejor de ‘los otros’, emparedado entre Pierre Gasly y Alexander Albon, quienes han intercambiado sus lugares y, por tanto, habrán disputado media temporada en ‘primera’ y media en 'segunda’. Carlos casi duplica en puntos a su compañero Lando Norris, el segundo de esta particular liga, que suma 35 puntos por los 34 de Ricciardo y Hülkenberg.

Sin embargo, Zak Brown y Andreas Seidl todavía creen que particularmente Carlos puede ir más allá. No se conforman con este ‘título de segunda’ para el madileño, sino que buscan que suba hasta el sexto lugar del Campeonato, es decir, que supere a Pierre Gasly y no sea alcanzado por Albon.

Andreas Seidl es consciente de está pidiendo un objetivo muy ambicioso al madrileño. "Hay dos competidores que nos disputan la sexta plaza. Y Albon está creciendo muy rápido –en puntos, n.d.r.– desde que está en Red Bull".

Lo primero parece más sencillo que lo segundo. Gasly está sólo tres puntos por delante del madrileño. El piloto apadrinado por Estrella Galicia, además, ha recuperado puntos al francés desde que éste descendió a Toro Rosso. Por tanto, el peligro real ahora es Alex Albon, que desde el GP de Bélgica ha recuperado nada menos que 28 puntos a Carlos, aunque ello tiene una explicación.

En tres de las cuatro pruebas que Albon ha disputado con Red Bull, Sainz se ha visto obligado al abandono o a no puntuar por circunstancias anómalas. Una racha que comenzó con la rotura de motor en Spa, siguió con un problema en una rueda tras el pit-stop en Monza y, finalmente, el ‘abrazo’ que Nico Hülkenberg le propinó en Singapur, que le dejó doblado a las primeras de cambio.

Seidl admite que la situación sería mucho mejor si Carlos no hubiera "tenido mala suerte en las seis carerras en que no ha podido puntuar", y entona un claro ‘mea culpa’ porque los fallos mecánicos han sido la causa en la mayoría de ocasiones. Seidle lo resume así: "Cada vez que le hemos dado un coche para luchar ha conseguido los objetivos".

El ingeniero alemán, que se incorporó a McLaren a mediados de año, procedente de Porsche, tiene un alto concepto de Carlos Sainz. De sus palaras se desprende que es el líder del equipo, algo que ya pusimos sobre la mesa durante la pausa estival, porque está claro que McLaren quiere construir su futuro en torno a sus dos pilotos actuales, para ser mucho más que el líder de ‘segunda división’. Y, entre ellos, el papel de Carlos es central.

No lo olvidemos. En el ranking de Autosport, elaborado entre redactores y los aficionados, Carlos es el tercer piloto de la temporada, por delante de Bottas, Vettel o Leclerc; sólo Hamilton y Verstappen están mejor considerados. No sólo eso, sino que en Rusia fue el único valorado con un 10, la nota máxima.  Y lo mismo sucede con el Power Rankings que elaboran cinco expertos en el portal oficial de Fórmula 1. Son detalles que no pueden ignorarse.

Sainz hace menos ruido que otros pilotos sólo un poco más jóvenes. Quizás porque está en McLaren y no en uno de los tres grandes. Quizás porque es más serio o menos 'mediático'. Quizás porque aún aquí impera un cierto sentimiento que lo de fuera es mejor, o quizás porque una parte del público está más pendiente del retorno de Fernando Alonso. Pero tengámoslo claro, Carlos Sainz ya no es una futura, sino presente figura.

No sé si Carlos acabará sexto o no. Puede lograrlo, pero no será nada fácil. Yo diría que su logro depende más de McLaren y Renault que de sus manos. En cualquier caso, su temporada es espectacular.

En realidad, este año ha salido a la luz todo lo que ha aprendido en Toro Rosso y Renault, pero en un ambiente más propicio para que los fans de la F1 se dieran cuenta de ello. Y sobre todo ha podido ver cómo su terca y férrea voluntad de mejora y búsqueda de la perfección –sin duda los genes paternos tienen mucho que ver en ello–, su incansable trabajo, está ya dando frutos.