Subaru Crosstrek

El Subaru Crosstrek es un SUV compacto que se sale de lo común en algunos aspectos, entre los que destaca un comportamiento off-road que, sin ser el de un todoterreno puro, supera al de la competencia. Culpa de ello la tiene el programa X-Mode, que con sus diferentes programas es capaz incluso de enviar todo el par a una rueda para ayudar a salir de un embrollo.

No obstante, lo normal es que el cliente que adquiera este vehículo pase la gran mayor parte del tiempo sobre vías convencionales, donde la mejor definición que se le puede dar al Crosstrek es la de cumplidor. La suavidad con la que entrega la potencia su motor ayuda a potenciar su confort en marcha, algo en lo que tiene que ver también su transmisión por variador continuo. Además, las relaciones simuladas que presenta hace que la sensación al volante no resulte extraña de primeras como puede pasar, por ejemplo, en los Toyota que usan una tecnología similar. Lógicamente no llega a percibirse como un vehículo dotado de un cambio automático tradicional, pero se asemeja.

La principal pega del propulsor es que, en ocasiones, se queda corto. Cuando la carretera se empina o en situaciones como adelantamientos o incorporaciones hay que pisar con vehemencia el acelerador para obtener una respuesta adecuada. Eso, lógicamente, tiene su reflejo en el consumo de carburante, que fácilmente puede irse por encima de los 9 litros a los 100. Es algo que sucede habitualmente en los Subaru y que ni siquiera su carácter híbrido logra mitigar.

El comportamiento dinámico del Crosstrek merece más elogios. En todo momento aporta sensación de aplomo sobre el asfalto. Y lo que es mejor, sin recurrir a unas suspensiones especialmente firmes que afecten al antes mencionado confort en marcha. También ofrece un tacto más que correcto la dirección, precisa y fácil de leer en lo que a transmisión de sensaciones se refiere. Tan sólo el tacto del freno se siente no muy natural, mal endémico de casi todos los vehículos electrificados. Eso sí, en el caso del Crosstrek al menos no provoca que el conductor caiga en imprecisiones por una en este caso inexistente irregular potencia de deceleración a lo largo del recorrido del pedal.

El cliente potencial de este producto está, por tanto, bastante definido. Es aquel que quiere un vehículo que sirva para todo en lo que al día a día se refiere y que además permita un acceso a terrenos de cierta complicación sin sufrir lo más mínimo.