SsangYong Torres

El SsangYong Torres que hemos probado es el de gasolina con cambio automático y tracción total. El motor de 163 caballos turboalimentado es suficiente para mover un coche que, en la variante probada, anuncia un peso de 1.618 kilos. Durante la breve prueba realizada durante su presentación nacional, de menos de 100 kilómetros, no hubo situaciones del tráfico habitual en la que se demandase más rendimiento. No obstante, algo más de potencia le hubiese permitido funcionar sin que la transmisión tomase más protagonismo de la cuenta a veces.

Esta versión de tracción a las cuatro ruedas se asocia necesariamente al cambio automático de seis velocidades. Es, seguramente, uno de los puntos más flojos del coche en lo que a su dinámica se refiere. Es lento tanto en la transición entre marchas como en la gestión ante las demandas que se hacen desde el acelerador, algo que se hace especialmente evidente al realizar un adelantamiento o al encarar un carril de aceleración.

Respecto a la capacidad 4x4 del SsangYong Torres poco podemos aportar porque apenas condujimos unos kilómetros por unas pistas de tierra muy sencillas. Si éste es el uso más off-road que se le va a dar al vehículo nos parece más que suficiente adquirir una de las versiones de tracción delantera, que además permitirán ahorrar algo de combustible. Y no es esto último algo sin importancia, ya que la versión de tracción total se va sin esfuerzos por encima de los 10 litros a los 100 kilómetros. Es cierto que con más experiencia con el coche y una conducción más eficiente se puede limitar algo el consumo, pero el homologado del Torres 4x4 ya está por encima de los 9 litros, con lo que no se pueden esperar milagros.

La mayoría de los kilómetros completados con el Torres se llevaron a cabo por autopista, seguramente donde más cómodo se encuentra el SUV. La suspensión es más firme de lo que uno puede esperar pero sin llegar a afectar negativamente al confort, algo que a su vez limita en cierta medida las inercias tanto en frenada como en los virajes más pronunciados propios de otro tipo de vías. En ellas también sale a relucir una dirección que ofrece un tacto aceptable. La respuesta del volante es suave y el feedback que ofrece, filtrado pero aún natural. No tanto sucede con el tacto del pedal de freno, que se asemeja curiosamente al de un vehículo electrificado sin serlo.

Es cierto que el SsangYong Torres está un punto por detrás en general de rivales como el Peugeot 5008 o el Hyundai Santa Fe, pero también que existe un ahorro económico –casi 5.000 euros de diferencia de precio de partida respecto al primero– a la hora de adquirirlo respecto a ellos. Depende de lo que uno valore o no sus puntos más flacos es lo que hará que merezca la pena el ahorro, pero siempre con la tranquilidad de saber que este SUV es uno de los mejores productos que ha puesto en liza la marca en nuestro mercado.