Seres 5

Durante la presentación del Seres 5 hemos conducido brevemente la versión de propulsión del modelo. Sus casi 300 caballos son más que suficientes para afrontar cualquier situación del día a día, aunque no toda la potencia te la da en todos los modos de conducción lógicamente. En todo caso, ni siquiera en el más eficiente hay un déficit de rendimiento, algo interesante si se tiene en cuenta que el coche supera las dos toneladas.

Lo corto del recorrido nos impide evaluar correctamente la veracidad de los 500 kilómetros de autonomía que anuncia el fabricante. En todo caso sí se puede hacer una aproximación. Parece viable completar entre 350 y 400 kilómetros con una sola carga sin llevar a cabo una conducción especialmente suave.

Respecto al comportamiento dinámico el Seres 5 aporta, sobre todo, confort. El tarado de las suspensiones es algo más blando que en sus rivales, lo que provoca que los movimientos de la carrocería sean más notables que en ellos. No obstante, en ningún caso llega a ser algo que vaya en contra de la estabilidad. Hay que recalcar, aunque parezca de perogrullo, que se trata de un vehículo pensado precisamente para aportar esta sensación y no para enfrentarse a carreteras viradas con ritmo.

El tacto de la dirección es algo a lo que hay que acostumbrarse, ya que el coche gira más de lo que en un principio uno está acostumbrado. Utilizar menos grados de volante de lo habitual de forma natural es algo que se consigue con el propio paso de los kilómetros. Salvo por esto, el coche transmite lo que sucede en la carretera de forma bastante aceptable. Por último, apuntar que el tacto del freno, sin llegar a ser malo, es el típico de un coche eléctrico, con lo que se nota diferencia de tacto en el recorrido del pedal debido a la acción del sistema de recarga.