Las bicis eléctricas, en el punto de mira de la DGT

Las e-bikes son un tipo de bicicletas eléctricas a las que se ha acoplado una batería para ayudar en su avance en algunas circunstancias. En general, cuentan con una autonomía de entre 30 y 60 kilómetros y, en la actualidad, son consideradas como bicicletas corrientes siempre y cuando cumplen las condiciones siguientes:

• Su potencia no supera los 250 vatios
• El motor se desconecta a partir de 25 kilómetros/hora
• El peso no debe exceder de los 40 kilogramos
• Sólo proporcionan energía cuando se pedalea

Algunos ayuntamientos, como el de Barcelona, crearon planes de apoyo para este medio de transporte sostenible con una subvención de 250 euros para quien comprase una e-bike pero, últimamente, otras grandes ciudades han visto una proliferación de patinetes eléctricos o segways, que no tienen todavía una ley reguladora.

Esta situación ha propiciado numerosas quejas de ciudadanos y otros colectivos a efecto de velocidad máxima permitida o los lugares por los que pueden transitar estos vehículos. Por ello, la Dirección General de Tráfico –DGT– prepara un proyecto de modificación del Reglamento General de Circulación por el cuál, los usuarios de estos vehículos de movilidad personal deberán contar con una licencia obligatoria para poder circular, a fin de estar identificados y restringir su uso en caso necesario.

El problema, según la Asociación de Marcas y Bicicletas de España –AMBE– es que la DGT pretende incluir a las bicicletas eléctricas en ese grupo regulado lo que, de llegar a ocurrir, supondrá un "gran paso atrás" para este sector en alza y "un impedimento para que ciudadanos europeos circulen libremente por nuestro país con sus e-bike", en palabras AMBE.

Es por ello que, en una reunión de este organismo con el director de la DGT, Pere Navarro, alegaron que las bicicletas eléctricas ya cuentan con un código regulador europeo mediante el Real Decreto 339/2014, que consiste en una placa identificativa del fabricante, número de bicicleta, marca y modelo.

La propuesta todavía está en estudio por la DGT, por lo que es susceptible de cambios hasta que llegue a aplicarse formalmente. En lo que sí trabaja la DGT actualmente es en aplicarla cuanto antes en el caso de los patinetes eléctricos.