Volkswagen Golf 9: ya se sabe dónde y cuándo se fabricará la nueva generación eléctrica

Tras sembrar la duda hace unos meses, finalmente parece que el Volkswagen Golf tiene asegurado su futuro. Eso sí, lo hace de una forma muy diferente a la que nos tiene acostumbrados. La novena generación será totalmente eléctrica y no se descarta que se integre dentro de la nomenclatura ID. "Tenemos marcas icónicas como Golf y GTI. Sería una locura dejarlas morir. Nuestros modelos icónicos llevarán un nombre. Podríamos tener un ID. Golf", declaró hace algunas fechas Thomas Schäfer, CEO de Volkswagen.

De adherirse a esta nomenclatura, el Volkswagen Golf se sumaría al ID. Buzz como vehículo que se sale de la norma. Cabe recordar que el resto de modelos eléctricos de la marca se identifican con números. En todo caso lo importante son los detalles que poco a poco se filtran acerca de la novena generación del compacto alemán. El más relevante es que se edificará sobre la plataforma SSP, que no llegará a Volkswagen antes de 2028. Es precisamente ese año en el que está previsto que empiece a fabricarse el coche, algo que se llevará a cabo en las instalaciones que tiene la marca en Wolfsburgo.

Se espera que el nuevo Golf eléctrico tenga una estructura de 800 voltios que permita recargas del 10% al 80% de la capacidad de la batería en tan sólo 12 minutos. Además se espera un salto importante en cuanto a conectividad y también respecto a los sistemas de conducción autónoma. Es a su vez importante recordar que la plataforma SSP permitirá la inclusión de una tecnología autónoma de Nivel 4.

Otra de las cosas que parece segura es que, a pesar de la transformación del Golf en coche eléctrico, aún existirán las versiones GTI y R, esta última de tracción total. "Necesitas modelos que sean emocionantes. R siempre ha sido nuestra opción más emocionante. Hemos gastado mucho tiempo y dinero para obtener esa marca, y no vamos a renunciar a eso", declaró Schäfer en Autocar.

Que el Golf viese nacer una novena generación con motores de combustión era prácticamente imposible. Con un horizonte como el que se plantea en nuestro continente desde 2035 no tiene sentido emplear más dinero del debido en el desarrollo de propulsores térmicos.

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