Nissan Motor Ibérica: el punto y final a más de un siglo de historia

La factoría se trasladó a Barcelona en 1923, en la avenida Icaria. Ahí se montaban los Ford T. Más adelante, en 1929, se renombró como Ford Motor Ibérica. Fue la primera gran fábrica de España, pues antes de la Guerra Civil alcanzó una producción de 8.000 coches y camiones. Tras la contienda pasó a producir material agrícola y fue nacionalizada como Motor Ibérica, pasando a fabricar tractores y camiones con la marca Ebro.

La elección del nombre Ebro seguramente no fue casual, pues los camiones que ahí montaban eran idénticos a los camiones Thames de Ford en Gran Bretaña, en alusión al río de Londres. Estos camiones ligeros fueron los clásicos de la distribución urbana en los años 50, 60 y 70.

Tras la marcha de Ford, se alió con Massey-Ferguson y adaptó ese nombre para su productor agrícola a la vez que ampliaba sus horizontes adquiriendo otras pequeñas factorías españolas. Una de ellas era Fadisa, que producía furgones de origen Alfa Romeo en Ávila bajo el nombre de Avia. Dio origen al Ebro F100. Más adelante se hizo con Viasa, que montaba vehículos con licencia Jeep, primero el C5 y después el Comando.

Para promocionar sus Jeep, Motor Ibérica lanzó una serie de competiciones off road, los primeros rallies de tierra realizados en España, bien apoyados por sus más importantes concesionarios, que apoyaban a los mejores pilotos locales.

Fue esta experiencia con Jeep lo que hizo que Nissan se fijara en la compañía y llegara a un acuerdo para adquirirla, montando inicialmente los Nissan Patrol. La decisión se tomó en 1979 y el primer Patrol salió de las cadenas en 1981… coincidiendo con la primera edición de la Baja Aragón, que hizo las veces de presentación oficial y mediática del modelo, para demostrar su resistencia.

En 1987 se abandonó definitivamente el nombre de Motor Ibérica para pasar a ser Nissan Motor Ibérica.

A lo largo de estos más de 30 años, Nissan ha pasado por diversas circunstancias. Introdujo el Terrano II, un modelo 4x4 de tamaño compacto de 2 y 4 puertas —esta versión de mayor longitud, obviamente —, que tuvo un buen éxito. Y en su momento también asumió la fabricación de furgones para Renault y Opel, además de los que comercializaba con su marca, el pickup Navara —del que también se ha hecho una versión para Mercedes —- o el turismo Nissan Pulsar. Ya antes había pasado lo mismo con la planta de camiones de Ávila.

Sin embargo, algunos de estos productos no tuvieron el éxito esperado. Y la política de alianzas cambió de signos, apartando producción de Barcelona o trasladándola a plantas de mayor capacidad. Ni siquiera los interesantes furgones NV pudieron aportar lo que se necesitaba para mantener la planta viva.

El problema no es Zona Franca, sino una planificación por parte de Nissan que no ha acabado de cuajar en Europa. Ha hallado dos best-seller en el Nissan Qashqai y el Nissan Juke, pero no ha conseguido que otros productos tengan la misma acogida y el éxito esperado.

No es casualidad de que Nissan esté revisando por completo su presencia en el mercado europeo, donde aceptará un rol secundario en la Alianza, que apostará sobre todo por Renault y Dacia, mientras, mientras que en Asia y China es Renault la que efectuará el repliegue en beneficio de Nissan.

Una Nissan que recortará su capacidad de producción global en más de un millón de vehículos anuales en busca de rentabilidad. Y en ese contexto, la factoría de Zona Franca estaba en números rojos. Sólo las ayudas y presiones oficiales han permitido su supervivencia en estos últimos años.

Tractor Ebro

Jeep Ebro Comando