AMG ONE: Cara a cara con el Fórmula 1 de calle de tres millones de euros tan radical que no se puede matricular en Estados Unidos

AMG ONE. Su nombre produce tantos escalofríos en la competencia como en la propia Mercedes-Benz, que ha creado un coche exagerado en todo: potencia, par motor, concepción, precio y coste de desarrollo. Es posible que, aunque cueste tres millones de euros y se fabriquen 275 unidades, muchas para este tipo de coches, ni siquiera sea rentable. De hecho, no se ha podido homologar para circular por la calle en Estados Unidos, e incluso el patrón de la marca de la estrella, Olla Källenius, dijo que el consejo debía estar 'algo contento' cuando firmó la autorización para fabricarlo… al final ha llegado, con cuatro años de retraso, para convertirse en uno de los mejores deportivos de la historia del automóvil.

El origen del AMG Project One era llevar el motor V6 1.6 litros de más de 700 caballos multivictorioso en la Fórmula 1 a un coche de calle. A partir de ahí se diseñó un chasis casi de carreras, con fibra de carbono por doquier, pero convertido en biplaza, y se dotó al coche de algunos cambios extra para llevarlo a la calle. No solo equipa los sistemas eléctricos de la F1, como el motor eléctrico para la gestión del turbo u otro motor eléctrico para la parte trasera, sino dos motores eléctricos más, uno para cada rueda delantera de casi 200 caballos cada uno. En total, 1.065 caballos en un coche que equipa una batería recargable de 8,5 kilovatios hora que le da una autonomía eléctrica de 18 kilómetros –lo que le daría en España la etiqueta eco–, pero obviamente eso es una casualidad dentro del desarrollo del coche. Lo crucial son todas las soluciones adaptadas en llantas, de magnesio, suspensión, tipo 'push-road' de competición, aerodinámicas, que parece una mezcla de la Fórmula 1 y Le Mans… etcétera.

MULTADO EN… ¡TERUEL!

En persona, impresiona, aunque ya nos habían hablado largo y tendido de las unidades que pisaron España para la fase final de desarrollo. Bajo estrictos contratos de confidencialidad NDA –non-disclosure agreements– el AMG ONE ha pisado tanto en el Circuit de Cheste, como en el Jarama y, crucialmente, en las carreteras más calurosas y deshabitadas de la España vacía, donde el deportivo de Mercedes pilló 'receta', a más de 190 kilómetros/hora en una carretera de 90… 'peccata minuta', como dirían en Italia, aunque los conductores tuvieron que pasar por caja… y por el juzgado.

Pero vayamos a nuestro cara a cara con el AMG ONE. Del coche impresiona su aspecto bajo e intimidante. El frontal es muy bonito, y se nota que el equipo dirigido por Gorden Wagener sigue haciendo coches impactantes sea cual sea su cometido. Los afilados faros y el logotipo pintado en la carrocería dan lugar a un lateral en el que destacan los 'flaps' en las ruedas delanteras, que pueden provocar un gran efecto 'downforce' para mejorar el apoyo del tren delantero en el modo 'race' para circuitos. También funcionan como aero-frenos, donde se activan de forma independiente dependiendo del giro de la curva. Las llantas son de magnesio cubiertas con planos aerodinámicos en fibra de carbono. Por supuesto los neumáticos son Michelin específicos, para poder llegar sin problemas a los 357 kilómetros/hora que alcanza este coche.

La cabina parece la de un coche de Le Mans. La puerta se abre de manera vertical y diagonal y deja paso a un interior en el que el asiento es fijo, muy largo en su parte baja y lo que se mueve son los pedales –manualmente, así que habrá que regularlos antes de subir– y el volante, este sí, de forma habitual.

UN INTERIOR DE CARRERAS

El volante es de carreras: cuadrado, con algunos botones típicamente Mercedes y otros de competición: un botón que da cuatro ráfagas de luces al estilo Le Mans, otros que combinan estas ráfagas con una mayor velocidad al esconder el alerón y usar toda la potencia disponible o el botón 'pit' que pone la velocidad máxima al velocímetro que le indiquemos en el pit lane de cada pista –50, 70 o 90 kilómetros/hora, por ejemplo–. Hay dos pantallas más que controlan el rendimiento y es un coche que es mejor llevar con casco o con atenuadores de sonido, ya que el ruido es enorme.

Este 'ruido' proviene del V6 1.6 de 574 caballos a 11.000 revoluciones por minuto. No parecen muchos, pero el rendimiento de 360 caballos por litro es de otro planeta, cuando los 470 caballos del motor cuatro cilindros de AMG –230 caballos por litros– ya supone un récord mundial. El V6 se ve apoyado por un motor eléctrico de 163 caballos, dando lugar a una propulsión híbrida trasera y, a la vez, otro motor eléctrico actúa sobre el turbo, como en F1, para ponerlo a girar antes de que llegue la suficiente potencia de los gases de escape. Delante, los dos motores suman 326 caballos –163 cada uno– que se gestionan de forma independiente, para provocar un 'torque vectoring' o direccionalidad en base a la potencia.

En cuanto al escape, con dos catalizadores y cuatro filtros para cumplir la Euro 6, todas las emisiones se canalizan a través de uno único, central y enorme y su ruido es tan atronador que ha sido imposible homologarlo en Estados Unidos, sin duda un quebradero de cabeza para las ventas del coche, aunque no faltarán coleccionistas americanos que quieran tener este coche en su garaje.

MAGIA AERODINÁMICA

La parte trasera es pura magia: la aleta central, típica de los Fórmula 1 y los coches de Le Mans, nace justo como prolongación de la toma de aire central que alimenta la mecánica, justo como los coches de carreras. El alerón trasero es gigante, y tiene muchas posiciones según el objetivo: máximo agarre, adelantamiento o velocidad máxima. El difusor es de carreras, con unas formas que nos hacen ver en realidad como son los 'difusores simulados' de muchos deportivos, que lo son, pero que no están, ni de lejos, en esta liga.

El peso final del coche es alto: casi 1.700 kilos, y es que Mercedes-Benz no ha querido dejar nada al azar en cuanto a seguridad y, en cierta medida, equipamiento. En este sector de coches artesanales la firma alemana tiene que estar a la altura, y es que el coche es así: artesanal. El motor se fabrica en la misma planta Mercedes-AMG High Performance Powertrains en Brixworthn, Inglaterra, y la carrocería también se monta y fabrica en Reino Unido, con la ayuda de Multimatic, el especialista canadiense en este tipo de coches involucrado en muchos desarrollos de hypercars. Una vez montado, se envía a la sede de AMG en Affalterbach, donde se entrega el coche a los clientes.

Hay algunas opciones y también limitaciones. El color original de esta unidad es el más reconocible: flecha plateada, estrellas pintadas a mano por doquier y el tono verde turquesa de la petrolera Petronas, que ha colaborado en el desarrollo del coche. Existen algunas opciones, pero quedan reservadas a los clientes, que reciben un detallado curso de conducción e instrucciones de uso para el coche: Mercedes recomienda no conducirlo en pista de forma particular, sino esperar a los eventos de la marca, al estilo de los Ferrari XX.

RÉCORD EN NURBURGRING

El tiempo en Nürburgring es de 6'35'', y fue conseguido con algo de humedad en pista, por lo que la marca señala que los 6'30'' son posibles. Ahora bien, parece que será el último récord de un coche de combustión. Sólo Mercedes-Benz, entre los fabricantes de este tipo de coche, ha querido llevar su coche de forma oficial a esta pista, por lo que puede que su récord sólo sea superado en el futuro por algún modelo totalmente eléctrico.

Nosotros nos quedamos deseando escuchar el sonido de esta unidad, perteneciente a un coleccionista español que también espera su Bugatti Tourbillon. Cuesta tres millones de euros, se han fabricado ya 70 unidades de las 275 previstas y será francamente muy difícil verlo rodando por la carretera, así que, disfrutemos del primer Fórmula 1 'de calle' de nueva generación, un deportivo que, si se propusiera su desarrollo hoy en día, podría significar un despido fulminante…