McLaren Senna: 800 caballos de leyenda
De un nombre tan vacío de sensaciones como P15 a un nombre de leyenda como Senna. Esa es la evolución que ha vivido el último hypercar de la firma de Woking en su camino hacia la vida. Nace con alma propia, sin intención de ser el reemplazo directo del P1 y sí como el último y más reciente miembro de la gama McLaren Ultimate Series. Bajo el nombre del piloto de Fórmula 1, ganador de tres títulos en 1988, 1990 y 1991, ya está aquí el McLaren Senna.
El McLaren Senna nace como el último hypercar de la marca y no como un relevo directo del McLaren P1, que sí tendrá su continuación en el prototipo de tres asientos que recibe el nombre de BP23. De hecho, el McLaren Senna se sitúa de alguna forma en paralelo del P1, ya que la marca ha aprovechado toda la experiencia adquirida en el desarrollo del McLaren 720S para crear este modelo –el coche de carretera más extremo de su historia– siempre con el circuito en el punto de mira.
A la hora de desgranar el diseño del McLaren Senna hay que tener en cuenta que la marca lo ha desarrollado a partir de la plataforma del 720S, por lo que nace a partir del chasis de fibra de carbono ‘Monocage III’, lo que unido a su carrocería ultraligera le permite acreditar un peso final de 1.198 kilogramos. Esta cifra le convierte en el coche más ligero de la marca desde el icónico McLaren F1. No obstante, es unos 220 kilos más ligero que el McLaren 720S. Sin embargo, su trabajo aerodinámico es todavía más espectacular.
En este aspecto, el McLaren Senna presenta un frontal reconocible, muy en la línea de otros diseños de la marca. Sin embargo, su diseño está orientado a la eficiencia aerodinámica en su totalidad. Su enorme splitter frontal y sus enormes canales de aire son ya de por sí ejemplos palpables. Sin embargo, lo más destacado son los elementos de aerodinámica activa que casi pasan desapercibidos. Sus aletas móviles ocultas en las tomas de aire –de hasta cinco colores diferentes– harán que el McLaren Senna no se despegue del suelo.
Más allá del frontal y de su consabida aerodinámica en forma de lágrima para su cabina, con un corte en el acristalamiento –que puede ser sustituido por fibra de carbono– y enormes canales a través de los pasos de rueda, el punto culmen de su diseño es su zaga. No obstante, todos los elementos de aerodinámica activa, las tomas de aire y los distintos conductos aerodinámicos hacen que el aire fluya directamente hacia su gigantesco alerón trasero de dos planos –de sólo 4,87 kilos– de ajuste variable para encontrar a cada instante el nivel de carga aerodinámica óptimo. Mientras que la triple salida de escape central define su diseño, su gigantesco difusor doble echa el resto.
En sus entrañas, el McLaren Senna esconde el icónico motor V8 biturbo de 4.0 litros de la firma británica. Situado detrás del conductor, este propulsor esta asociado a una transmisión de doble embrague de siete velocidades que trasmite toda la potencia del motor hacia las ruedas traseras. El V8 de la marca produce en este caso 800 caballos de fuerza y 800 Newton metro de par máximo. Gracias a estas prestaciones acelera de 0 a 100 en 2,8 segundos y alcanza una velocidad máxima de 340 kilómetros/hora. Su relación peso/potencia es de 668 caballos por tonelada.
Una de las claves a nivel mecánico del McLaren Senna es la utilización de una suspensión independiente de doble brazo que deriva de la usada en el McLaren P1 y que monta amortiguadores adaptativos hidráulicos con ajuste independiente. Gracias a este sistema, el Senna no necesita equipar barras estabilizadoras, algo que no afecta a la dinámica del coche y su rigidez variable, también controlada por un sistema independiente. De hecho, el McLaren Senna presenta un 'Race Mode' con una altura de conducción más baja y configuraciones de suspensión más rígidas.
En cuanto a su sistema de frenado, la marca apunta que es el más avanzado que nunca se haya instalado en un coche de calle, ya que utiliza discos carbocerámicos y tecnología propia de la competición. Del mismo escenario deriva el diseño de su habitáculo, toda una oda al minimalismo en el que sólo cabe lo esencial.
Baquets ligeros, volante de tres radios, sencilla pantalla como cuadro de mandos y pantalla táctil tipo tablet. Con eso es suficiente. El resto, fibra de carbono, Alcantara y pequeños elementos opcionales, siempre con el peso controlado. Los clientes pueden elegir entre cinco colores estándar de carrocería, a los que se suman los 18 colores de pintura exterior que ofrece McLaren sin coste alguno y los 16 tonos cortesía de MSO.
Cualquiera lo diría si tenemos en cuenta que el precio del McLaren Senna es de 750.000 libras en el Reino Unido, lo que supone al cambio unos 850.000 euros. Lejos queda esta cifra de los casi 3 millones de euros que se han pagado por la última unidad, que se subastó en favor de la Fundación Senna. Sea como fuera, el McLaren Senna está limitado a 500 unidades y, aunque se podrá ver de nuevo en el Salón de Ginebra en el mes de marzo, su producción no arrancará hasta el tercer trimestre de 2018.
Ahora que ya conocemos todas las claves técnicas del McLaren Senna, la última creación de los ingenieros de Woking, es hora de entrar en un prisma más sentimental. No obstante, el nuevo McLaren Senna rinde homenaje a Ayrton Senna, uno de los mejores pilotos de la historia. Por ello, la firma británica ha querido llevar poner a prueba su superdeportivo en un circuito, el hábitat natural del malogrado Ayrton. ¿Y quién ha llevado el coche al límite? Nada más y nada menos que Bruno Senna, también piloto y sobrino de Ayrton.
La presencia de Bruno Senna en este vídeo, el casco que utiliza y que recuerda al de su tío y el propio nombre del superdeportivo de Woking hacen el resto para dar a este particular test ese toque emocional que tanto nos gusta. No obstante, ver el McLaren Senna en acción con sus 800 caballos, su espectacular aerodinámica o sus enormes capacidades dinámicas ya de por sí emociona, toda vez que McLaren ha puesto toda su capacidad técnica al servicio de un coche que a su vez es todo un homenaje.
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