Hoznayo volvió a ser un Festival

Fue un año ‘frío’ el 2020. La pandemia supuso un duro golpe para todo tipo de eventos, incluidos los deportivos. No fueron pocas las pruebas que se vieron obligadas a cambiar de fechas o incluso a la cancelación. Hoznayo sufrió un sinfín de cambios: postergado de primeras, después tuvo que cerrar sus puertas hasta 2021… e incluso este año también se aplazó de mayo a septiembre. Pero todo eso ha quedado en el olvido esta semana.

Con una lista que superaba los 100 inscritos y con joyas de la talla de los Audi Quattro S1 E2, Lancia 037, Peugeot 306 Maxi o BMW M3 E30 –entre otros–, el Rally Festival Hoznayo se presentó el martes por la tarde en un emplazamiento de lujo como es el Palacio de la Magdalena de Santander. Hasta allí se desplazó una caravana con algunos de los participantes –escoltados por la policía local– para mostrar todos los detalles de la prueba de la manera más especial posible.

La jornada del miércoles estuvo reservada para las verificaciones en el parque de asistencia, situado en el Hotel Adelma de Hoznayo, mientras que el jueves ya empezaron a afinar los motores con un ‘Shakedown’ en el pueblo de Zurita y una primera especial disputada en el circuito de karting La Roca. Recordemos que la pandemia aún no se ha ido, así que la organización puso en marcha su propio plan para tratar de gestionar las ‘masas’ de aficionados en los puntos más ‘calientes’.

Quizás la jornada más emotiva y especial de la semana fue la del viernes… ¡y allí estuvo esta cabecera para vivirla! Por la mañana se llevó a cabo la foto de ‘familia’, con casi todos los coches en formación en la parcelaria de Entrambasaguas para dejarnos unas imágenes espectaculares. Ya entrados en la tarde, primero hubo un emotivo acto en homenaje al fallecido José Pujol y después empezó la verdadera acción con las especiales de Villaverde y Güemes.

No hay que olvidar que se trata de una prueba en la que los pilotos no van a buscar los tiempos más competitivos, sino a disfrutar de sus maravillosas máquinas en las carreteras cántabras y, sobre todo, a dar espectáculo para los aficionados. En las cunetas esperaban pacientemente los devotos… y los Senra, Garrido, Cardín, Calvar y compañía estaban más que preparados para ‘regalarles’ ese olor a gasolina y goma quemada que tanto añoraban.

Goma quemada a espuertas, sí, pero allí estaba Pirelli preparada para la ocasión. La casa italiana no sólo aportó su apoyo a la organización de la prueba cántabra, sino que además desembarcó en Hoznayo con todo su arsenal… y con precios especiales. Para los coches históricos estaban disponibles los P7 Corsa Classic; los más ‘modernos’, por otro lado, podían elegir entre los distintos P Zero en sus versiones RA, RK y RW –mojado–.

La jornada del sábado fue un fin de fiesta excelente con otras siete especiales y una bonita ceremonia de clausura –también con un homenaje al piloto asturiano Bernardo Cardín, ya que ha elegido esta prueba para decir adiós definitivamente a las carreras– para una edición que ha vuelto a ser un ‘show’ con unas características únicas en España –comparable al RallyLegend de San Marino o al Eifel Rally Festival–. Después de más de dos años –desde mayo de 2019 no se celebraba el evento–, Hoznayo por fin volvió a ser un festival… y todos los allí presentes estábamos como críos con zapatos nuevos.