El Toyota 8 gana Le Mans con drama; Alonso, nuevo campeón del WEC

El dorsal 7 había exhibido un control inusitado desde la Pole Position hasta la hora 23, pero un pinchazo lo ha arruinado todo. El equipo ha hecho un pit-stop de emergencia, pero tan sólo cambiaron el neumático delantero derecho, que era la rueda de la que sospechaban. En la siguiente vuelta se ha confirmado que el problema persistía, pues en realidad la anomalía estaba en la trasera derecha. Ha sido en esa segunda parada, una parada que nunca debería haber ocurrido, cuando el Toyota 8 ha asaltado la primera posición para cabalgar hasta la victoria.

Hasta ese instante, Mike Conway, Kamui Kobayashi y José María López tan sólo habían soltado el liderato por un instante al caer la noche del sábado. No había sido por diferencia de ritmo, sino por un cúmulo de accidentes y errores de pilotaje. Cuando todo se volvió a encauzar, abrieron hueco sin oposición y construyeron una ventaja que superó los dos minutos en los últimos compases de la carrera, hasta que ha ocurrido el famoso incidente.

Alonso y sus compañeros lo han pasado mal ante la imposibilidad de sostener el ritmo de sus rivales. Existía la esperanza de que el Toyota 8 ganase velocidad al caer la noche y las temperaturas, pero no ha sido así. El asturiano no se ha sentido cómodo con el balance de su prototipo y ha revelado una falta de velocidad punta que ha atribuido a una puerta que no cerraba bien, si bien la sangría de tiempo ha continuado también cuando la han cambiado.

Con el resultado final, Alonso, Buemi y Nakajima se han coronado campeones del Mundial de Resistencia por primera vez en sus trayectorias deportivas. Les bastaba con terminar séptimos, algo que han conseguido con holgura. Han cerrado la supertemporada con cinco victorias de ocho posibles, incluido el primer triunfo de la historia de Toyota en Le Mans en el año 2018 y una segunda corona en 2019. Fernando ya ha anunciado que no seguirá en el campeonato el próximo curso.

Antonio García ha firmado una actuación formidable con el Corvette 63, que ha estado en la pelea por la victoria hasta que tan sólo faltaban cuatro horas. Una parada en boxes bajo coche de seguridad les apartó del líder, pero un accidente en una resalida les privó definitivamente de ocupar las posiciones de honor. El Ferrari de Miguel Molina ha abandonado con problemas de motor.

Las 24 Horas de Le Mans de 2019, el colofón a la supertemporada del WEC y la 87ª edición de la carrera de resistencia más famosa del mundo, comenzaron el 15 de julio con una participación récord de 61 coches –uno causó baja tras los entrenamientos–. La princesa Charlene de Mónaco fue la encargada de ondear la bandera de Francia para dar la salida de forma puntual a las 15:00 CEST.

Fernando Alonso saludaba a mecánicos e ingenieros para conjurarse para una buena carrera. El asturiano siguió los primeros compases desde la distancia, pues el responsable de hacer el primer relevo del Toyota 8 fue su compañero Sébastien Buemi. El suizo partía desde la segunda posición de la parrilla, sólo por detrás de Mike Conway y su Toyota 7.

La salida fue impoluta. Conway controló el tempo y no dio opción, y así negoció la chicane Dunlop sin que nadie le pusiera en apuros. Buemi lo pasó peor, pues tuvo que lidiar con el ataque de Gustavo Menezes. Le disputó el interior, pero resistió por el exterior. Menezes lo pasó en Hunaudières, pero Sébastien recuperó la segunda posición tras Mulsanne. El TS050 era vulnerable por un instante, pues todavía no contaba con toda la potencia híbrida porque no había tenido suficientes frenadas para generarla.

Mike Conway fue la sensación de los primeros compases. El británico protagonizó un cuádruple stint estelar, en el que situó el dorsal número 7 en otra liga. Le sacó 16 segundos a Buemi, que pasaron a ser 10 tras la primera parada. Amplió la renta a 23 y a 41 en los dos siguientes stints y protagonizó un último para cederle el testigo a Kamui Kobayashi con un margen de 46 guarismos sobre su rival.

Mientras tanto, Antonio García dejaba huella. El madrileño, tercero en parrilla, adelantaba al Ford 67 y al Aston Martin 95 para poner su Corvette 63 en la primera posición de la categoría GTE-Pro. Dejó el coche en manos de Jan Magnussen, que consolidó el liderato. Al acercarse el ocaso cayeron a la tercera plaza, esta vez con Mike Rockenfeller al volante.

Fernando Alonso completó sus primeros kilómetros cuando pasaban 2 horas y 30 minutos. Heredó un déficit de 46 segundos, que se amplió a 65 después de un Full-Course Yellow desafortunado. A partir de ahí, el asturiano emprendió una remontada en cuatro stints para terminar su último relevo a 45 guarismos de Kobayashi.

Cuando pasaban 5 horas y 5 minutos, Dirección de Carrera decretó un coche de seguridad por un accidente de un LMP2 en Mulsanne. La neutralización llegó justo al final de la tanda de los Toyota, que tuvieron que entrar sí o sí para poner combustible. También cambiaron de piloto: José María López se subió al 7; Kamui Kobayashi, al 8. Ya en bandera verde, la diferencia entre los dos había crecido hasta los 66 segundos.

La fortuna del Toyota 8 cambió a las 5 horas y 40 minutos, cuando otro coche de seguridad volvió a meterlo de lleno en la carrera. La causa, un accidente. Satoshi Hoshino, protagonista de dos trompos y un accidente en la primera hora con su Porsche 88 de la GTE-Am, envió el Corvette 64 (GTE-Pro) de Marcel Fässler contra el muro al no percatarse de su presencia.

Nakajima cogió el mismo coche de seguridad que López y eso hizo añicos el déficit, que se redujo de 73 segundos a tan sólo 18. Al poco de la bandera verde, el Rebellion 3 se fue contra el muro en la segunda chicane de Hunaudières y provocó un nuevo Safety-Car, del que el Toyota 8 emergió en una sorprendente primera posición que antes parecía inalcanzable.

José María López adelantó en pista a Kazuki Nakajima a las 6 horas y 42 minutos, en lo que pareció una orden de equipo. Aunque llegó a abrir un hueco de seis segundos, el piloto argentino echó todo el trabajo por la borda a las 7 horas y 5 minutos, cuando se salió en Mulsanne mientras intentaba cambiar la distribución de frenada. Perdió nueve segundos y la posición con Kazuki. Estaba tan nervioso que, instantes después, se salió en Indianápolis durante un Full-Course Yellow. Su equipo le pidió que mantuviera la concentración, aunque su ritmo por vuelta era notoriamente inferior al del japonés.

Al caer la noche sobre Le Mans, todas las incidencias del ocaso habían compactado a los dos Toyota, que ahora rodaban en un pañuelo. Nakajima dejó paso a Sébastien Buemi y López a Mike Conway, y así el dorsal número 7 recuperó la primera posición a las 8 horas y 15 minutos con un simple overcut. La distancia entre el británico y el suizo era de tan sólo un par de segundos.

Existía la esperanza de que el número 8 diera un paso adelante en las horas nocturnas, de que la superioridad que el 7 había exhibido durante el día se apaciguara con una temperatura más baja, pero rápidamente se pudo comprobar que esa perspectiva no era real. El coche de Conway torció al de Buemi como había hecho en los primeros compases de la prueba.

El accidente primero del Aston Martin 97 y del Aston Martin 95 después provocó un coche de seguridad a las 9 horas 25 minutos. Conway ya había forjado un colchón de medio minuto, pero quería más. Mantuvo al suizo contra la espada y la pared, y así amplió su renta hasta los 60 segundos al llegar a las 10 horas de competición. La superioridad de su TS050 era innegable.

Poco después de confirmarse el abandono del AF Corse 71 –el Ferrari de Miguel Molina– por un problema de motor, Egor Orudzhev protagonizó un espectacular accidente con el SMP 17. Ese lance provocó un nuevo coche de seguridad. Esa circunstancia ayudó momentáneamente al Toyota 8, que recuperó la cabeza de carrera a las 11 horas 20 minutos cuando Conway entró en el Pit-Lane para dejar su prototipo en manos de Kamui Kobayashi.

Estaba previsto que Fernando Alonso se subiera entonces al otro prototipo, pero su equipo cambió de planes y le pidió a Buemi que completara una tanda más. El turno del asturiano llegó al poco de superar el ecuador de la prueba. Emergió de boxes en segunda posición, con una desventaja de 12 segundos.

El problema de ritmo de Buemi no se solventó con Alonso, que no se sentía el prototipo como él quería. El español no estaba contento con el balance aerodinámico de su prototipo y perdía terreno en cada paso por mea. 38 segundos tras una bandera amarilla, un minuto al cabo de poco.

Fernando cambió la puerta derecha de su prototipo a las 13 horas 25 minutos. Luego recortó ligeramente la ventaja de Kobayashi, que dejó paso a José María López a las 14 horas 25 minutos. Pero perdió ritmo en los últimos compases y terminó su relevo con una desventaja de 64 segundos. A las 15 horas 22 minutos, cedió el volante a Kazuki Nakajima.

Con 15 horas 39 minutos, hubo un Full Course Yellow por la salida de pista de varios GTE-Am. El Toyota 7 tenía 79 segundos. A las 16 horas 12 minutos, Pastor Maldonado se estrelló en Tertre Rouge. El venezolano perdió el control de su DragonSpeed 31 e impactó frontalmente contra las barreras, lo que le condenó al abandono. El subsecuente coche de seguridad amplió la diferencia a 84 guarismos.

A las 16 horas 39 minutos, las opciones de podio del Rebellion 3 se desvanecieron. Recibió un Stop & Go de tres minutos por una irregularidad en el uso de un neumático, lo que le costó la tercera posición con el SMP 11 de Stoffel Vandoorne. Gustavo Menezes intentó atraparlo, pero se salió de pista media hora después en las curvas Porsche. Terminó en una puzolana y perdió dos vueltas con el prototipo ruso, que así se consolidó en el tercer puesto.

Dirección de Carrera decretó una zona lenta para que la grúa pudiera recuperar el LMP1. Esa circunstancia favoreció a Kazuki Nakajima, que recuperó 12 segundos –de 91 a 79–. Fue la última vez que el Toyota 8 amagó con meterse en la contienda, pues a partir de ahí la diferencia entre los dos no hizo más que crecer.

Con la bandera verde, Mike Conway sacó a relucir toda su velocidad para enterrar cualquier opción de reacción. En media hora ya había ganado 18 segundos para situar la renta en 97, que pasó a ser de 106 después de la parada en la que Nakajima dejó paso a Sébastien Buemi.

Con 18 horas 15 minutos transcurridas, el Signatech Alpine 36 asumió el liderato de LMP2 después de que el G-Drive 26 tuviese que entrar en el Pit-Lane para someterse a reparaciones. Emergió del mismo séptimo. En LMP1, el Rebellion 3 pasó un cuarto de hora en el box y cayó a la quinta posición, tres vueltas por detrás del otro prototipo del equipo suizo.

El United Autosports 32 perdió su tapa motor a las 18 horas 55 minutos, lo que provocó una neutralización por bandera amarilla en todo el circuito para que los comisarios pudieran recuperar la pieza. Apurado de combustible, Conway tuvo que hacer una parada de emergencia para poner cinco litros, lo justo para aguantar y entrar en bandera verde para hacer un pit-stop normal. Aun así, conservaba 108 segundos de colchón.

Consolidado como la estrella de la carrera por su ritmo en todas las fases de la competición, Mike Conway completó su tercer y último relevo con el Toyota 7 cuando pasaban 19 horas 40 minutos de la salida. Entregó el coche a Kamui Kobayashi, que heredó un cómodo margen de 117 segundos sobre el Toyota 8, entonces en manos de Sébastien Buemi.

Mientras tanto, Antonio García lideraba la categoría GTE-Pro a los mandos de su Corvette 63. Líderes tras las primeras horas, rezagados momentáneamente al séptimo puesto durante la noche, el coche del madrileño conservaba un margen de 11 segundos sobre el Ferrari 71 de AF Corse. El tercer clasificado era el Porsche 92, que se encontraba a poco más de medio minuto.

La distancia entre los dos Toyota superó la barrera de los dos minutos al entrar en la vigésima hora. Fernando Alonso emprendió su último relevo diez minutos más tarde y nada más salir se encontró con un coche de seguridad. El causante era Nyck de Vries, que se había estrellado en la aproximación a Indianápolis con el Team Nederland 29.

Antonio García paró en régimen de Safety-Car, puesto que estaba a punto de quedarse sin combustible. Dejó el Corvette 63 en manos de Jan Magnussen. Como la salida del Pit-Lane estaba cerrada, tuvo que esperar para recibir luz verde. En consecuencia, perdió un par de minutos con el Ferrari 51 de AF Corse, que se destacaba en el liderato de GTE-Pro.

Cuando ondeó la bandera verde a las 20 horas 45 minutos, las opciones del Corvette 63 se evaporaron. Magnussen mordió el piano interior de la curva 25 y perdió el control del coche, que trompeó y golpeó el muro. El danés entró en boxes para las reparaciones de turno. No se alargaron, pero le relegaron al séptimo puesto, apartándoles definitivamente de la contienda por el podio y la victoria.

Con la resalida, Kamui Kobayashi y Fernando Alonso emprendieron sendas, separados por 126 segundos. Sus relevos fueron una mera continuación de lo que ya se había visto hasta el momento, y así la distancia entre los dos TS050 se mantuvo estable en los dos minutos a medida que la carrera se adentraba en su fase final.

Alonso terminó su participación en las 24 Horas de Le Mans –y en el WEC con Toyota– a las 22 horas 19 minutos, cuando entró en el Pit-Lane para dejar el TS050 en manos de su compañero Kazuki Nakajima.

Luego ocurrió el desastre. A las 22 horas 55 minutos, Toyota se puso en contacto con José María López por radio. El argentino tenía un pinchazo lento y tenía que entrar en boxes, aunque el liderato no corría peligro porque tenía dos minutos de margen. El equipo le cambió el neumático delantero derecho, pero, en la siguiente vuelta, se confirmó que el problema en realidad residía en la trasera derecha. El Toyota 8 lo atrapó en la aproximación a la chicane Ford y tuvo tiempo de sacarle un minuto de ventaja antes de que volviera a la pista.

En declaraciones a la realización internacional, el jefe del equipo Toyota admitió que se habían equivocado al no cambiar los cuatro neumáticos por precaución en la parada anterior. López regresó a 59 segundos de su rival, condenado a una remontada imposible.

El Toyota 8 hizo su última parada en la hora 23 minuto 33 y el dorsal número 7 siguió sus pasos cuatro minutos después. La distancia entre los dos era de tan sólo 24 segundos, con un José María López desbocado que hacía todo lo que estaba en su mano para reducir la brecha. Su ingeniero le pedía con tono abatido que se preocupara de terminar la carrera, simplemente.

A las 15:00 CEST del domingo, exactamente un día después de que Charlene de Mónaco ondeara la bandera de Francia para dar la salida, el Toyota 8 capitalizaba el desliz de su rival y se anotaba un triunfo del todo imprevisto en las 24 Horas de Le Mans. Fernando Alonso, Sébastien Buemi y Kazuki Nakajima conquistaban así la carrera de resistencia más prestigiosa del mundo por segundo año consecutivo.

El resultado también suponía la consecución del Mundial de Resistencia, tras proclamarse campeones del título de Pilotos LMP del Mundial de Resistencia. Un éxito arrollador, aunque la celebración no dejaba de ser agridulce por la sensación colectiva de que el equipo le había fallado a uno de sus prototipos.

En LMP2, el Signatech Alpine 36 de Nicolas Lapierre, André Negrao y Pierre Thiriet se alzó con la victoria con una vuelta de ventaja sobre el Jackie Chan DC Racing 38 y el TDS Racing 28. El United Autosports 22, el coche del equipo de Zak Brown, terminó en cuarta posición. El G-Drive 26 tuvo que conformarse con el sexto puesto tras verse condicionado por una avería.

En GTE-Pro, el Ferrari 51 de AF Corse ha capitalizado el accidente del Corvette 63 para cabalgar en solitario hasta la victoria. Alessandro Pier Guidi, James Calado y Daniel Serra han vencido la carrera con 49 segundos de margen sobre el Porsche 91 y 67 sobre el Porsche 93. El coche de Antonio García ha terminado noveno, condicionado en última instancia por un imprevisto que le ha mantenido en boxes.

En GTE-Am, la victoria ha sido para el Ford 85 del equipo Keating, que ha capeado el Stop & Go y resistido en cabeza con 44 segundos de margen sobre el Porsche 56 del Team Project 1 y el Ferrari 84 de JMW Motorsports. Ben Keating, Jeroen Bleekemolen y Felipe Fraga han sido la tripleta ganadora.

RESULTADOS 24 HORAS DE LE MANS 2019