1.000 kilómetros con el Audi A7 40 TDI Sportback: El 2.0 TDI sigue dando alegrías

Parece que fue ayer cuando el grupo Volkswagen lanzó el primer motor TDI, el 1.9 de cuatro cilindros con inyección directa y 90 caballos. Esta mecánica revolucionó la industria del automóvil al reducir el consumo y aumentar las prestaciones, tanto que llevó el Diesel a la competición, y no sólo en series relevantes como el mundial de turismos, sino que la presión de las marcas por vender Diesel como alta tecnología hizo que hasta compitieran y ganaran en Le Mans, tanto con Audi como con Peugeot.

Después cayó en desgracia. El escándalo del 'Dieselgate' destapó unas emisiones reales mayores a las homologadas, de modo que ahora tienen que tener un montón de filtros anti-emisiones además del famoso AdBlue, tecnologías que no se llevan muy bien con el uso más urbano, así que los Diesel, se ofrecen sobre todo en coches grandes, especialmente de marcas premium o todo terrenos.

Aquí entra en escena el Audi A7, uno de los mejores coches de Audi, y que equipa en este caso no el famoso V6 TDI de la marca, sino el 2.0 de cuatro cilindros, en su versión de 204 caballos, un motor muy sofisticado, sí, pero que todavía tiene 'algo' de aquel 1.9 TDI que lo revolucionó todo en las últimas décadas.

UN DISEÑO 'ESPAÑOL'

El diseño es obra de un español, el valenciano Juan Carlos Huerta, formado en el máster de diseño de la Universidad Politécnica de Valencia, y eso nos gusta, así que recogemos el coche en el Audi Center de, precisamente, Valencia, y nos disponemos a disfrutarlo. Nuestro destino es Madrid, donde viajamos de forma constante por trabajo y que nos sirve también para medir consumos. Así que, ponemos el control de velocidad a una cifra fija y tiramos kilómetros. Momento de disfrutar de sus soberbios asientos, de la calidad de todas las piezas del interior y del excelente cuadro de mandos. Es época de pantallas, y el A7 tiene nada menos que tres, aunque una, la dedicada al climatizador, se la podrían haber ahorrado, aún así da gusto manejarla, con esa respuesta por vibración –'háptica' en su nombre correcto– que hace que pulsemos con más confianza. Aun así, nos gustan más las teclas, especialmente para el clima. Las plazas traseras son muy amplias, el maletero tiene más de 550 litros y el coche es tremendamente cómodo.

El navegador va bien, pero es mejor el de Waze o Google, que no aparece en la pantalla de relojes del coche, aunque sí en la central. Eso sí, el de fábrica de Audi es una maravilla por la precisión de sus fotos: casi podemos ver cuántos nuevos viñedos han aparecido alrededor de la carretera desde sus imágenes por satélite, pero lo que es para circular, mejor el Waze.

EN CARRETERA: 6,2 LITROS CADA 100 KILÓMETROS

Llegamos a Madrid plenamente descansados, sin repostar y con la serenidad necesaria para afrontar una jornada de trabajo que terminará un par de días después con el viaje de vuelta a Valencia. En autopista nos sorprende con un consumo similar al V6 TDI que probamos en el S6 hace pocas semanas. ¿Cómo? ¿Un cuatro cilindros consumiendo lo mismo que el V6? Pues sí, es algo menos eficiente, porque si el S6 es más pesado, menos aerodinámico y tiene ruedas más anchas y consume casi lo mismo es porque va más relajado. En todo caso, 6,2 litros cada 100 kilómetros es una cifra bajísima, y nos da más de 1.000 kilómetros de autonomía. En el S6 nos quedamos por debajo de 7 litros.

Terminamos la prueba en ciudad y recorridos interurbanos, donde el coche se defiende bien, correcto, muy grande en tamaño, sin mucho ruido y con la calidad excepcional habitual en Audi, aunque al motor le cuesta un poco arrancar y salir desde parado con agilidad en, por ejemplo, un stop o rotonda.

Hacemos las fotos y devolvemos nuestra unidad de pruebas. Nos ha gustado mucho este A7, que tiene sabor a despedida de una generación de modelos con combustión que difícilmente volverán, sustituidos por híbridos enchufables o eléctricos que se conducen de forma diferente, pensando en la eficiencia y autonomía, y no como los TDI, donde daba y da igual la velocidad a la que vayamos porque el consumo apenas aumenta.

CLARA ALTERNATIVA A LOS SUV

El precio de esta versión base sin tracción total y, por tanto, delantera en este caso, y con cambio automático es de 80.700 euros. Si queremos ir a alta velocidad por autovía, el A7 es uno de los mejores coches del mercado. Además, su carrocería tiene clase y alma, no es el típico sedán ni el típico familiar, sino algo diferente que crea escuela, y de hecho sus rivales son el Mercedes-Benz CLS o el BMW Serie 6 de cuatro puertas, dejando al Volkswagen Arteon para un segmento más pequeño. Como buen Audi, hay que comprar algunas opciones y, el único pero, es que el motor rinde bien, pero preferimos el V6. La diferencia entre ambos, 9.000 euros, no se va a compensar, y además el coste de uso del 2.0 TDI es tremendamente bajo: menos aceite en las revisiones, piezas estándar realmente económicas y un andar más que suficiente para que nos frían los radares.

Así que, mientras evoluciona la tecnología eléctrica, este Diesel con etiqueta eco será muy bienvenido en los garajes de los que hacen más kilómetros cada año en carretera, donde nos gusta más que los típicos SUV, y también podemos pensar que el motor no se aleja mucho de aquél que tenía nuestros primer Audi A3 TDI de hace veinte años.