Tanques rectangulares, una solución más para la movilidad a hidrógeno

Para muchos expertos, el hidrógeno como sistema de combustible es el futuro para el transporte de largas distancias, como en el caso de los tráileres y autobuses. Se trata de la alternativa más directa para la sustitución de aquellos vehículos comerciales con mecánicas Diesel.

El funcionamiento cotidiano de cara al conductor no difiere en prácticamente nada, únicamente el repostaje debe hacerse en unas condiciones especiales de seguridad debido a que el almacenaje del hidrógeno en estado líquido requiere que los tanques lo contengan a una presión que actualmente ronda los 700 bares.

Los producidos actualmente son en su totalidad cilíndricos para acometer este esfuerzo, manufacturados en fibra de carbono. Los investigadores de Symbio proponen que éstos sean cúbicos, dando un paso adelante en la modularidad que permitiría esta disposición para con las arquitecturas actuales.

Y es que, si lo pensamos, sería de gran utilidad para aquellos fabricantes que deseasen ofrecer tanto propulsión eléctrica como de pila de combustible en su producto sin tener que desarrollar dos plataformas distintas.

En el uso de los tanques cilíndricos, desgraciadamente, queda demasiado hueco sin utilizar entre los mismos cuando éstos se colocan en la estructura. Por el contrario, si se utilizan aquellos de formas cúbicas, permitirán que los tanques de almacenamiento ocupen todo el espacio disponible en la estructura. Así, y según Tarek Abdel-Baset, ingeniero jefe en el desarrollo de este proyecto, se conseguiría almacenar entre un ''40 y 50% más de hidrógeno en el mismo volumen, lo que repercutiría en el subsiguiente aumento del 40 al 50% en el rango operativo''.

Otra manera de verlo es que, para la misma autonomía, podría reducirse la masa prácticamente a la mitad. La clientela, además, podría pedir estos tanques según el tamaño y cantidades que requieran.

Los investigadores se guardan para sí los entresijos de su desarrollo, pero comentan que exteriormente también están construidas en fibra de carbono con un interior revestido en nylon para evitar la permeabilidad del material, es decir, que escapen las moléculas de hidrógeno. La estructura interna, según dicen, ''es como el andamiaje de un edificio, solo que las columnas en lugar de estar a compresión trabajan siempre a tensión''.

Por supuesto, se ha trabajado para que su implementación no conlleve un coste superior al actual. Symbio ya cuenta con un prototipo plenamente operativo, en el que actualmente trabaja para mejorar y escalarlo hasta los niveles requeridos y óptimos. Por su parte, los potenciales clientes que ya han podido comprobarlo 'in—situ', aclaman el empaquetamiento y la reducción en el peso que logra todo el sistema.

En otro orden de cosas, Symbio, en colaboración con Stellantis, inauguraron recientemente en Saint—Fons, Francia, la mayor gigafactoría europea dedicada a la fabricación de pilas de combustible de hidrógeno, a la que han denominado SymphonHy, con una capacidad de manufactura de 16.000 unidades anuales que planean incrementar hasta 200.000 para 2030.

Carlos Tavares, CEO del grupo Stellantis, afirmó que el hidrógeno entra en sus planes de futuro para las furgonetas de tamaño medio y superior, una tecnología que estará disponible en la gama de camionetas RAM. ¿El objetivo? Alcanzar el 100% de ventas eléctricas en Europa en el año 2030 y el 50% en los Estados Unidos.