¿A qué se debe la tendencia de las marcas a resucitar nombres clásicos?

'Remake', 'reboot' o secuela son tecnicismos que los aficionados reciben con tanto deseo como temor. Ello hace referencia a reinterpretaciones actuales de obras clásicas –en el caso de 'remake'– y reinicios de franquicias que llevan a sus protagonistas por otros derroteros –si se habla de 'reboot'–. El mundo del cine es posible que sea el que haya sacado mayor partido de estas prácticas, con ejemplos como las últimas películas de Disney con actores reales, la última trilogía de Star Wars o la futura quinta parte de la saga Indiana Jones.

Se puede aplicar también al cada vez más incipiente sector del videojuego, con éxitos como los nuevos Crash Bandicoot y Crash Team Racing Nitro-Fueled. Precisamente este mes de abril, toma casi toda la relevancia el lanzamiento de Final Fantasy VII Remake. Pero esta práctica también es extensible a nuestro medio pues, aunque no se cuente con franquicias como tal, lo que no faltan son nombres icónicos y míticos, prácticamente de cada marca que tenga cierta historia.

El resurgir del Supra, por ejemplo, fue uno de los lanzamientos más sonados del pasado 2019. Se trata ya de la quinta generación del modelo, que honra sobretodo a su predecesor y el que tal vez sea su mayor enemigo, puesto que es el coche con el que todo el mundo lo comparará. A él lo acompañó su primo hermano, el Z4, como vuelta a la palestra de la saga Z de roadsters de la marca.

Mercedes-Benz todavía cuenta en su gama con el incombustible Clase G que, después de 40 años, presentaba su segunda generación a comienzos de 2018. Un nuevo modelo que, aunque bien podría haber supuesto una revolución después de tantos años, no podía ser más continuista. Por nombrar otro fabricante de un tercer continente, ahí está Ford, la marca del óvalo que en 2016 volvió a comercializar el GT y de la que uno de sus diseñadores aseguraba recientemente querer realizar una reinterpretación del Capri.

Pero, ¿a qué se debe la recuperación de estos nombres? ¿Es pura nostalgia u obedece a algún tipo de estrategia comercial? Algunos diseñadores, piezas clave en estos resurgimientos, ya han hablado para tratar de arrojar un poco de luz sobre este tema.

Gerry McGovern, director de diseño de Land Rover afirma que estos lanzamientos sirven para crear lazos de unión con el público y ayudan a aumentar el afecto por la marca. ''Para quienes tienen conocimientos sobre la firma, les encanta que el coche tenga cierta historia''. Ello quedó patente con la presentación a finales del pasado año del nuevo Defender, con una estética muy clásica pero adaptado a los tiempos actuales.

Pero esta nostalgia también puede acudir al rescate en caso del desarrollo de un modelo completamente nuevo, tendencia que ya se ha comenzado a aplicar en el segmento de los coches eléctricos y que, seguro, se extenderá aún más en el futuro. De esta manera se crea un enlace entre lo novedoso y lo conocido, que conlleva una mejor asimilación del modelo. Un caso bastante palpable es, sin duda, el del Ford Mustang Mach-E, el primer eléctrico global de la firma del óvalo. El coche hace uso del apellido ''Mustang'', quien sabe si para intentar enmascarar un poco el hecho de que este modelo sea eléctrico y SUV, pero sin duda para sumar adeptos y agitar de paso al sector.

Porsche también ha aplicado estos pasos en la comercialización del Taycan, también su primer modelo eléctrico. Actualmente se ofrece en tres niveles, los dos superiores con la denominación ''Turbo''. Y es que, aunque los coches eléctricos no precisan de turbocompresor, esta denominación sirve de identificativo y ayuda a comprender al observador que se encuentra frente a las versiones más prestacionales del modelo.

Hay una tercera forma de los fabricantes para evocar el pasado que no es a través de nomenclaturas, sino del propio diseño. Tenemos a Mercedes-Benz, por ejemplo, y sus ''power domes'', dos protuberancias que coloca en el capó de sus modelos deportivos –y no tan deportivos– que llevan presentes desde el lanzamiento del 300 SL ''Gullwing''. Otro de sus rasgos distintivos es la parrilla Panamericana rematada por la estrella de tres puntas, un concepto al que han querido dar continuidad en su gama eléctrica EQ, a pesar de no necesitar éstos de la mencionada parrilla. Una reinterpretación moderna que hace al vehículo más reconocible como lo que es, un Mercedes-Benz.

Finalmente también tenemos a Peugeot. La marca francesa ha presentado en sus tiempos recientes los nuevos 508 y 208 y, con ellos, decidió recuperar la tradición de colocar el nombre del modelo en el frontal del coche, justo encima de su león característico, como homenaje a los modelos de la firma de los años 50 y 60.

Según McGovern, ''estas prácticas sirven para generar cierto nivel de marca, de herencia, algo muy importante. No necesariamente como recurso para ir en busca de ideas sino para crear consistencia dentro de la propia marca”. Para finalizar, mencionar unas palabras de Robert Lesnick, jefe de diseño de la firma de la estrella, quien es mucho más escueto y directo en este asunto: ''Lo hacemos porque la gente lo quiere''.