Los seis cilindros en línea regresan por más razones que las nostálgicas

Si miramos al pasado, tampoco hace falta que mucho tiempo atrás, nos encontrarmos con vehículos cuyas mecánicas de seis cilindros los convirtieron en leyendas. Ahí está el Nissan Skyline GT-R R34, que en su renovación cambio la configuración en línea por un V6. También está el Toyota Supra, recientemente revivido gracias precisamente a BMW, pero que en su generación anterior todavía utilizaba un motor de fabricación propia, el JZA70, o los Mercedes de finales de los años 90.

BMW hizo míticos a sus M3 con estos motores, aunque durante la década de los 2000, experimentó con el modelo al colocarle todo un V8 en sus entrañas, y funcionó. Ya desde la generación anterior, de 2014, se decidió volver al redil, pero ya hay otros fabricantes como Mazda que han anunciado el desarrollo de nuevos motores con seis cilindros en línea, así como Genesis, que vende su primer SUV, el GV80, con una mecánica Diesel.

Mazda rsentó hace poco un primer atisbo de su nuevo motor de seis cilindros en línea

La razón de todo ello, sí, puede deberse también a razones nostálgicas y puristas, pero hay también otras consideraciones para estos motores que vamos a pasar a comentar.

BALANCE Y SUAVIDAD

Un motor de combustión interna genera muchas fuerzas en su interior que deben ser necesariamente balanceadas para que no se rompra por completo. Se pueden dividir en tres: la propia explosión, la fuerza centrífuga de la rotación de las bielas y las propias inercias de los tiempos en que no está generando ningún trabajo.

Comparemos un cuatro cilindros con uno de seis. Si tenemos en cuanta que el ciclo de un motor de cuatro tiempos es de 720º, el primero tiene los pistones desfasados un ángulo de 180º. Éstos se mueven par con par, es decir, dos suben y dos bajan, sin embargo, cada etapa del proceso –explosión, expansión, etc. – ocurre por separado. En un seis cilindros, los pistones están a cada 120º de vuelta del cigüeñal. La clave está en que siempre hay dos pistones coincidentes en la misma etapa de ciclo –la explosión– y cada uno de ellos también tiene un gemelo moviéndose en dirección contraria.

Con ello se consigue que el balance de pesos en movimiento sea completamente uniforme y se logre una suavidad inmejorable, aparte de la mayor potencia derivada del incremento en el número de cilindros. Este posible resurgimiento tendría su razón de ser en la proliferación de nuevas tecnologías para mejorar la eficiencia, como los sistemas eléctricos de los 'mild-hybrid' o los turbos y e–turbos, con los que se puede reducir el tamaño de los motores.



El progreso también ha hecho que otros elementos ubicados en el vano motor y que en el pasado se activaban a través del movimiento del cigüeñal, como la bomba de agua, ahora estén actuados de forma eléctrica, por lo que se pueden redistribuir mejor por esta zona, y aprovechar el espacio transversal que deja la configuración en línea.

Aparte de ello, también hay beneficios económicos derivados de un diseño más sencillo y la menor necesidad de piezas como árboles de levas y culatas. Por contra, la disposición longitudinal siempre roba espacio al habitáculo y eleva la longitud del conjunto, por lo que éstas mecánicas se presentan idóneas para modelos tales como berlinas de altas prestaciones.