Dacia Duster: sube de categoría y ahora es más atractivo que nunca

El nuevo Duster se despide de la antigua plataforma que sirvió de base para las dos primeras generaciones y adopta la misma arquitectura que encontramos en coches como el Renault Clio o el Nissan Juke. Y esto se traduce inmediatamente en un mayor aplomo en la carretera. Los viajes por autopista, a velocidades de 120 kilómetros/hora o ligeramente superiores, son pan comido para un coche que en ningún momento transmite la fragilidad o vulnerabilidad que en otros tiempos podríamos haber esperado de esta opción low-cost. Y, en ciudad, el debut de un híbrido puro con cambio automático lo convierte en una opción deseable para aquellas personas que busquen un SUV cómodo con poco consumo.

De un tiempo a esta parte, Dacia se ha embarcado en una transformación para convertirla en una marca más apetecible para el gran público. La nueva generación del Duster es un buen ejemplo de ello por su diseño, que es uno de sus puntos fuertes, pero también por una oferta de motores electrificados que lo hace tan válido como el que más y un nivel de equipamiento –freno de mano eléctrico, cargador inalámbrico de teléfono móvil– pensado para satisfacer las necesidades de un público que hasta ahora no se habría planteado comprarse un Dacia.

Y ésa es seguramente la clave del nuevo Duster: que ahora apela a un público más amplio. ¿Quieres un coche barato? Lo tienes con un motor GLP de 100 caballos de potencia y un precio de 19.290 euros. ¿Que quieres un coche barato pero con pantallas y buena conectividad? Mismo motor, pero un interior mejorado y 21.390 euros. ¿Qué echas de menos el motor Diesel porque haces kilómetros y quieres consumir poco? Tienes el GLP y el motor microhíbrido, que reducen el consumo en un 40% y un 10% respectivamente frente a un motor de gasolina convencional. ¿Vives en una ciudad? Lo tienes con un motor híbrido de 140 caballos que incluye la única caja de cambios automática de todo el modelo, con arranque en modo eléctrico y un 80% del tiempo en modo eléctrico en ciudad. Y siempre con la etiqueta Eco de la DGT, independientemente de la motorización escogida.

Por más que el nuevo híbrido apela a un perfil urbanita, los Duster siempre han tenido un aire aventurero y la nueva generación también incluye una versión con tracción a las cuatro ruedas para las personas que quieran ir un paso más allá. Se corresponde con el microhíbrido de 130 caballos de potencia, que además de ofrecerse con tracción delantera para las personas que buscan reducir el consumo, también existe como 4x4 para los más atrevidos. En esa configuración, el Duster es único y distinto del resto de motorizaciones porque gana 8 milímetros de altura libre al suelo gracias a un trabajo sobre las suspensiones, neumáticos específicos. También tiene modos de conducción específicos para nieve, tierra y off-road, incluyendo un control de descenso que frena automáticamente el vehículo en pendientes pronunciadas para que su velocidad no pase de 10 kilómetros/hora, de tal modo que el conductor tan sólo tenga que centrarse en el volante sin preocuparse de los pedales. No sólo eso, sino que la mayor altura libre al suelo le confiere mejores ángulos de ataque y eso le permite cruzar los ejes con total solvencia, si bien hay que tener presente que aquí seguimos hablando de un cambio manual, con embrague. El sobrecoste entre el microhíbrido de tracción delantera y el 4x4 es de algo más de 2.000 euros, pero el salto prestacional es tan grande que estamos hablando de un coche completamente distinto que amplía si cabe la bolsa potencial de clientes.

Al volante, el Duster sorprende porque confirma un salto de calidad y se convierte en un coche perfectamente homologable a su hermana mayor, Renault. Hereda de ella algunos vicios, como un pedal del embrague muy suave con un punto de mordida demasiado leve –esto es sólo un problema en el GLP o el microhíbrido, porque el híbrido tiene cambio automático– o una dirección muy ligera, pero principalmente hereda fortalezas. Y basta con conducir el nuevo Duster a velocidad ligera para comprobar que el coche tiene más aplomo y transmite más seguridad y confianza en todo momento, confirmando así que el precio ya no es el único atractivo de este coche. Su comportamiento también es válido y convencerá fácilmente a clientes que de otra forma se habrían ido a opciones más generalistas.

El interior del Duster varía en función del nivel de equipamiento. Aquellos que se decanten por el coche más barato, el GLP de 100 caballos de 19.290 euros, no tendrán ni el panel de instrumentos digital de 7 pulgadas ni la pantalla de infoentretenimiento de 10,1. En su lugar, tendrán un panel de instrumentos analógico y el sistema multimedia se controla desde el mismo volante –con información visionada en una pantallita de 3,5 pulgadas en medio de la instrumentación– o con una aplicación para el teléfono móvil, que se puede montar con un soporte oficial de Dacia para actuar de pantalla accesoria. A partir del segundo nivel de equipamiento, que parte de 21.390 euros con GLP, de 22.890 euros con microhíbrido o 26.290 con el híbrido puro, ya tenemos el interior completamente digital, con cámara de visión trasera para ayudar al aparcamiento.

El ’punto dulce’ del Duster en materia de equipamiento, lo que hace que este coche sea atractivo para un público con mayor nivel adquisitivo, es en realidad el tercer nivel de acabados, que se llama Extreme. Aquí, el interior digital se combina con una tapicería mejorada para los asientos y alfombrillas de goma. En el exterior, ganamos unos retrovisores con plegado eléctrico y unas barras de techo modulares. Su precio parte desde 22.890 euros con GLP de 100 caballos, 24.390 euros con microhibridación y 27.790 euros con el híbrido puro. El salto de precios de esta última tecnología evidencia hasta qué punto este coche apela también a un público que hasta ahora no se planteaba comprar un coche de Dacia.

¿Qué podría ser distinto? Los avisos sonoros son molestos y el asistente de mantenimiento de carril es intrusivo y a veces poco intuitivo, pero por fortuna todo es fácilmente desconectable, bien con un botón del volante o a través de los ajustes del vehículo en la pantalla de infoentretenimiento. Esta queja, sin embargo, no es exclusiva de Dacia, sino que se hace extensiva a la mayoría de coches que llegan al mercado. Todos están obligados a cumplir con la nueva legislación europea, que a partir del 1 de julio prohibirá la comercialización de vehículos que no cuenten con un mínimo de asistencias ADAS. En el fondo, que un coche de esta gama de precios se beneficie también de esta tecnología es una buena noticia, por más que las personas que disfruten de la conducción harán bien en desconectarla nada más subirse al volante.