Desastres del automovilismo: Opel Calibra 4x4 Grupo A

Para los aficionados al mundo del motor, y de la competición en particular, el Opel Calibra es un mito sobre ruedas, sobre todo debido a su paso por el campeonato alemán de turismos DTM durante la época dorada en los años 90, donde se impuso con su tracción a las cuatro ruedas y su incomparable V6 fabricado por Cosworth capaz de girar a 15.000 revoluciones por minuto. Pero ¿sabías que estuvo a punto de luchar por el Mundial de Rallyes?

El Calibra llegó en 1989 con el objetivo de aprovechar la creciente pasión por los coupés de económico acceso que se multiplicaron durante comienzos de los años década. Destacaba su trabajadísima aerodinámica, que logró registrar un coeficiente de resistencia Cx de 0,26, récord absoluto para coches de producción. La versión más suculenta del Calibra era aquella que contaba con motor 2.0 turbo de 200 caballos y tracción 4x4, y su paso por los rallies estaba 'cantado'.

La marca había cosechado muchos éxitos con los Manta 400 y Ascona, con pilotos del calibre de Walter Röhrl, así que era un buen sitio para promocionar el coche, y la marca. La mecánica fue el principal punto de mira durante el desarrollo, equipando al motor de 2.0 litros y cuatro cilindros —no el V6, también presente en la gama— con dos turbos del fabricante KKK con los que lograba entregar 280 caballos de potencia. Su tren de potencia destacaba por incorporar dos diferenciales activos, uno por eje, una especie de 'Torque Vectoring' como el que hace uso hoy en día marcas como Porsche.

Jimmy McRae y Bruno Thiry fueron los escogidos para llevar las pruebas piloto desde abril de 1992 —McRae incluso participó con el Vectra 4x4 en el Rally de Córdoba de aquel año—. La presentación oficial tuvo lugar en el Helledorn Rally, prueba puntuable para el Campeonato de Europa celebrada en tierras holandesas, aunque en esta ocasión únicamente estuvo como 'ouvrier'.

DEBUT EN... ¡ESPAÑA!

El debut 'en pista' se dio en el Rally Tierra de Lugo celebrado en octubre de 1992, puntuable para el Campeonato de España de Rally, con Borja Moratal al volante. Todavía estaba en fase de pruebas, pero logró finalizar en 6º posición, tan solo por detrás de los Lancia Delta, Ford Sierra y un prototipo de Citroen AX 4x4 pilotado por Antonio Zanini.

No obstante, la prueba definitiva llegó en febrero de 1993 durante el Rally de Suecia, prueba puntuable para el mundial. Para pilotarlo contaron con la inestimable presencia de Stig Blomqvist, siete veces ganador de la prueba, que además corría en casa. El equipo, además, se presentaba como oficial de fábrica.

Pasaban los tramos y los tiempos nunca se encontraban entre los diez primeros. Pero las cosas fueron a peor… Y no era por su peso de 1.200 kilos superior al de sus rivales, pues Stig comenzó a reportar pérdidas de potencia —y ello sumado a que los 280 caballos ya estaban por debajo de los de la competencia—.

Desafortunadamente para el equipo, los mecánicos no consiguieron dar con la causa del problema durante las paradas de asistencia y el desastre ocurrió durante la última jornada de la prueba, cuando rompieron por completo el motor, abandonando.

A pesar de que podría considerarse un fallo de fiabilidad asumible por un coche y equipo que están dando sus primeros pasos, parece ser que la matriz decidió retirar los fondos del programa para centrarse en las carreras de turismos, quedando este episodio casi como una olvidable anécdota en la carrera competitiva del fabricante de Russelsheim. 

GENERAL MOTORS APOSTÓ POR EL DTM

Pero ¿por qué se quedaron atrás? Lo cierto es que, durante los años 80, hubo planes para desarrollar un Manta de tracción total que lo equiparase en la medida de lo posible con la competencia de Audi o Lancia, que más adelante mutaron en un programa de desarrollo de un Kadett para el Grupo S, el sucesor de los Grupo B que prometía vehículos más radicales si cabe, pero tras diseñar el Calibra Grupo A, General Motors reduce el presupuesto de rallies para centrarse en el DTM con el Omega, que derivo en el Calibra y que supuso un éxito brutal para la marca. Comercialmente, el Calibra se vendió tanto que se tuvo que fabricar incluso en una planta externa a Opel: en la de tractores de Valmet en Finlandia, además de cancelar el cabrio previsto porque la marca no daba abasto con los pedidos.

Actualmente, la casa alemana sigue contando con los rallies en su cartera, de una manera minoritaria, todo hay que decirlo, con la copa ADAC Opel Electric Rally Cup, que hace uso del Corsa eléctrico como coche común del campeonato, con citas en varios países centroeuropeos. Misma mecánica 100% eléctrica de 136 caballos, pero chasis adaptado y homologado a competición.