De cómo el sucesor del Fiat 500 pasó a ser un Daewoo

Pongámonos en situación. A comienzos de la década de los 90, el Fiat 126, otrora sucesor del 500, contaba ya con ciertos achaques y el gigante italiano presentó una necesaria actualización del mismo. Con el renovado nombre de Cinquecento, el coche había sido dibujado por Ermanno Cressoni –creador también del Alfa Romeo 75–.

No obstante, dos años después, Fiat convocó a través de la Asociación de la Industria italiana del Automóvil un concurso para que distintas casas de diseño presentasen sus ideas de cara a una futura versión de este Cinquecento. La recompensa era que la propuesta que más gustara sería elegida como el sucesor del Fiat 500. Participaron las casas más importantes, tales como Bertone, IDEA Institute, Stola e Italdesign, con el prolífico Giorgetto Giugiaro a los lápices. Es en esta última donde nos vamos a detener.

En el marco del Salón del Automóvil de Turín de 1992, Italdesign desveló el ID Cinquecento, un simpático automóvil que reunía las principales características estéticas y prácticas que hicieron popular al 500 del año 57. Contaba con una carrocería de tres puertas y líneas suaves, que con sus diminutas ruedas con llantas coloreadas en amarillo acentuaban su simpático semblante.

Un año después, el concepto había evolucionado y para el Salón del Automóvil de Bolonia ya era un coche completamente funcional denominado Fiat Lucciola. Estrenaba un nuevo frontal con faros redondos y un techo solar de lona retráctil. Sin embargo, su cambio más importante se encontraba en el aspecto mecánico.

Contaba con un motor Diesel de 73 caballos que propulsaba las ruedas delanteras y dos motores eléctricos en cada rueda trasera de 9 caballos cada uno, lo que lo convertía en un coche urbano de propulsión híbrida, algo que hasta la época actual no hemos comenzado a ver.

No obstante, y a pesar de lo prometedor de las distintas propuestas, ninguno de éstos fue agraciado con la recompensa, y finalmente la marca decidió reemplazar al Cinquecento con el Seicento de diseño propio con Peter B. Davis a la cabeza, en un proyecto que comenzó en 1995 y culminó en 1998.

Pero no todo acabó ahí para el diseño de la casa de Italdesign, pues casi inesperadamente, una creciente marca coreana que buscaba irrumpir con fuerza en el segmento de los urbanos llamó a las puertas de la casa de diseño con la idea de aprovechar su creación.

Y así fue, el vehículo apenas recibió algunos cambios sutiles para su adecuación a producción. El más importante fue el paso a las cinco puertas, pues la marca dictó que así debía de ser el coche. Ya en 1997, fue presentado el concept llamado Daewoo d’Arts, que terminó por convertirse un año más tarde en el conocido Matiz, tal y como llego a nuestro mercado.

El modelo fue bastante exitoso. Ofrecido con dos motores, uno de 0,8 litros, tres cilindros y 51 caballos y otro más potente con 1 litro, cuatro cilindros y 63 caballos, rápidamente se convirtió en el modelo más vendido de la marca en Europa e India hasta 2002. Curiosamente y aunque se renovara en 2005 y que en 2009 desapareciera la marca de los mercados globales, la primera generación se siguió fabricando en Uzbekistán hasta el año 2014.