Bolero 330 BT 1998: la berlina que pudo cambiar la historia de Seat ¿Por qué no lo fabricaron?

Hoy en día, ¿quién quiere una berlina pudiendo permitirse un SUV? Pero el mercado era muy diferente a comienzos del siglo XXI, cuando las familias medias podían permitirse adquirir una berlina del segmento D, un segmento que hoy en día copan casi al completo marcas premium. Lla marca española buscaba expandir sus horizontes y Seat lanzaría su propuesta, ya que el grupo Volkswagen tenía planes de convertir a la firma en una 'Alfa Romeo', con automóviles de cierto lujo y gran pasión. El concepto vio la luz en el Salón de Ginebra de 1998 en forma del Seat Bolero 330 BT, un gran turismo de agraciadas cotas. El 330 venía de su potencia, 330 caballos originados en el V6 de 2.8 litros montado en posición delantera longitudinal turboalimentado por partida doble. La potencia se distribuía a ambos ejes a través de la tracción total y se indicaba una aceleración de 0 a 100 kilómetros/hora en cinco segundos para una punta de 275 kilómetros/hora

Estéticamente fue el último Seat en emplear aristas en su frontal, ya que el diseñador Walter da Silva terminaba de llegar a Seat para imponer su estilo redondeado en los futuros León y Altea, anticipados por el prototipo Tango. La carrocería era la de una berlina de cuatro puertas con un techo en caída que le daba un aspecto ciertamente coupé y que desembocaba en un maletero separado en un tercer volumen. No obstante, el aspecto más llamativo eran las puertas traseras que se abrían en sentido contrario debido a la ausencia de pilar B.

Las medidas eran las siguientes: 4.520 milímetros de largo, con una batalla de 2.650 —el Exeo medía 4.661 milímetros con una batalla de 2.642—. La altura era mínima, de 1.380 milímetros, junto a una anchura de 1.840 milímetros, contribuyentes ambas a marcar su estampa deportiva. El maletero cubicaba en torno a 400 litros.

En el salón suizo recibió todo tipo de parabienes, a todo el mundo parecía entusiasmarle la visión de Seat para este modelo, calificándolo del 'mejor concept car de Seat hasta el momento'. Cuentan incluso que un jeque árabe que visitaba la feria quedó tan prendado del coche que solicitó precio de venta con la intención de hacerse con una flota de 300 unidades.

Con todo lo recabado, el paso lógico era pasarlo a producción en serie. Y lo cierto es que es probable que Seat diera luz verde al proyecto con el objetivo de comenzar las pruebas físicas hacia el año 2000 para una comercialización en 2001. No obstante, los planes cambiaron: alguien pulsó el botón rojo y paralizó la llegada de una berlina que hubiera cambiado la historia de la marca para siempre, convirtiéndola en un rival a tener en cuenta en el sector de los modelos más grandes del mercado. ¿Fue Audi por temor a que afectara a las ventas del Audi A6? Parece que no fue así, y nos espera un giro novelesco, porque la idea de una berlina grande terminó en… ¡Skoda!

En 2001 el otro fabricante 'menor' del Grupo Volkswagen lanzó el Skoda Superb ante la sorpresa general al ver a una marca catalogada como 'low cost' entrar en el segmento de las berlinas grandes... y además con el tipo de portón trasero 'inventado' por Seat en el Toledo mkI y copiado ya en el Skoda Octavia. ¿Casualidad? Las malas lenguas dicen que la familia Piech, entonces al frente del grupo Volkswagen y propietaria de la importación de Skoda en varios países clave, decidió impulsar la marca checa porque, de forma indirecta y a través de los beneficios de la red comercial, agigantaba sus bolsillos. 

La verdad no la conoceremos, pero Seat perdió tres oportunidades de oro: Bolero y Salsa, solo el Tango se convirtió en el nuevo León, aplicando un nuevo diseño, pero sin hacer crecer la gama con un nuevo modelo que diera mayores ventas y acercara la firma hacia Alfa Romeo.